Laura Ferrer Arambarri / La lectura no decrece en tiempos de pandemia. Al contrario, se ha revelado como un bálsamo para hallar algo de calma en mitad de una realidad que nos estresa y desequilibra.
Los primeros lectores de En los prados sembrados de ojos de Antonio Colinas (Editorial Siruela) están apreciando exactamente eso, su capacidad para llevarnos a lo esencial, de arrojar un poco de luz serena sobre una realidad histérica.
En el nuevo libro de Colinas, la Ibiza esencial está muy presente. La isla no se ha despegado nunca de su autor y habita en lo profundo de su poesía. En Ibiza, Antonio Colinas vivió con su familia durante 21 años, un período especialmente fecundo en su actividad poética, narrativa, traductora y ensayística y de ella tuvo que irse «con dolor». Regresa cada año, aunque sea por un par de semanas.
Nacido en 1946 en La Bañeza, León, Antonio Colina es Premio Nacional de Literatura, Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, Premio Nazionale per la Traduzione en Italia, Premio Internacional LericiPea y Dante Alighieri.
Hablamos en abril, cuando estábamos en pleno confinamiento nacional, y me comentaba que tenía ganas de visitar Ibiza como cada año, a pesar de todo. ¿La ha visitado finalmente?
Sí. Estuvimos quince días. Un viaje un poco osado, aunque con Barajas y el aeropuerto de Ibiza prácticamente vacíos. Pero, sorprendentemente, nos encontramos con las playas llenas. Se ven contradicciones y bastante inconsciencias.
En los prados sembrados de ojos acaba de salir al mercado. ¿De qué manera afecta a la promoción estar en mitad de una pandemia? ¿Cómo vivió los meses de confinamiento?
Estamos haciendo la promoción desde casa con entrevistas con radios y otros medios… Consciente de la situación y llevado por los acontecimientos, durante la pandemia grabé además tres vídeos: uno de apoyo a los escritores, a los libreros y a los editores; otro para Bérgamo porque es una ciudad donde yo he vivido y donde ha habido uno de los mayores focos en Italia y también otro para mi ciudad, La Bañeza, donde también hubo un foco relacionado con una residencia muy grande de Mensajeros de la Paz.
Durante el confinamiento pude corregir las pruebas del libro e incluí un poema final. También releí a los clásicos: Séneca, Dante… fuimos vadeando la situación.
Como escritor y persona reconocida, ¿ha sido importante para usted estar en el momento, ser consciente de lo que está sucediendo y no encerrarse sino expresar su apoyo?
Por supuesto. A veces, en apariencia, paso por un poeta lírico, emotivo, emocional, pero nunca he rehuido de tratar los problemas más reales. Para ello he empleado sobre todo los artículos en prensa, el periodismo. En una situación como esta, cuando tantos han callado, yo he grabado esos tres vídeos que me salieron de manera natural.
Se ha criticado la gestión de Ministerio de Cultura, que se ha tachado de desaparecido e inoperante. ¿Cómo ve usted el panorama del sector cultural?
Preocupante, sobre todo en la vertiente de los espectáculos, el teatro, la música… Como decía otro poeta [Blas de Otero] nos queda la palabra. Cuando fallan todos los mensajes ahí puede aparecer la poesía. Bajo este punto de vista, este libro que he publicado ahora me está ayudando mucho. Me están llamando los primeros lectores y lo ven un poco bajo esa luz: que nos saca de esta tensión en la que vivimos.
Como lectora veo en este libro un compendio de todos los grandes temas que interesan a Antonio Colinas, una selección de teselas de ese mosaico que es su poesía.
Tienes razón y te lo digo por algo que me ha pasado esta semana. Me llamó un amigo que es profesor en A Coruña y me decía exactamente eso: después de acabar el libro me he dado cuenta de que en él está siempre toda tu voz y todos tus intereses, todos los conceptos de armonía, de los contrarios, de la unidad, de la plenitud del ser.
Este libro tiene seis partes que podrían ser como el germen de seis libros. Secciones muy contrastadas. Hay poemas de carácter más irracionalista, empezando por el que da título al libro [En los prados sembrados de ojos]. Hay una poesía surreal y, por otro lado, una poesía extremadamente sencilla y clara. Una sencillez engañosa. Como en los poemas de diálogo entre Ibiza y Mallorca. Son poemas que comencé a escribir en Formentor [durante las Converses de Formentor]. Con Mallorca he tenido menos relación pero siempre Mallorca me lleva a pensar y a reparar en Ibiza, que es mi isla.
Su libro deja un poso de calma bien necesaria en los tiempos actuales. Sin embargo no es un libro de certezas sino un libro lleno de preguntas.
A lo largo de los tiempos, desde los orígenes, el poeta se ha preguntado sobre el amor, la naturaleza, la muerte, lo sagrado, lo profano, sobre lo que ignora, sobre la realidad… En efecto, es un libro con muchas preguntas. Algunos de los primeros lectores me han hecho reparar en el poema que cierra el libro; un poema muy meditativo, muy reflexivo. La clave está en esos versos finales [Por ello, no pases, tiempo. ¡Detente, instante de oro!]. Es una forma de decir que no sabemos nada de lo más grave, de lo más trascendente, pero que tenemos el instante, el instante de oro. Es una variante del vivir el día a día, del carpe diem. Estamos asaetados por problemas, por enfermedades, por muertes, pero tenemos todavía ese instante de oro. Por eso yo le pido en esos versos finales detente tiempo.
No sabemos nada de lo más grave, de lo más trascendente, pero tenemos el instante, el instante de oro.
Cuando estamos sentados frente al mar, sentimos esa sensación de libertad. Cuando estamos en el verano en un pinar, respirando profundamente, ahí estamos viviendo el instante de oro. Es lo que decía Machado: el pasado ha muerto y el mañana no existe. Solo la seguridad y el gozo que tenemos en esos instantes de plenitud. Pedir que el tiempo se detenga, ese imposible para buscar la plenitud del ser. Tal vez se deba a la edad o a la madurez pero es uno de los fines que persigo, la plenitud de ser. De eso habla el poema.
Un poema escrito en Arabí d’Alt…
Es un poema muy ibicenco porque nació allí donde yo he pasado algunos veranos, en casa de amigos Tiene también ese sustrato muy profundo de Ibiza. Me dirijo a la noche de Ibiza.
Ibiza está muy presente en los símbolos del poemario: la noche, la sal, el azul, el bosque…
En el libro se ve ese contraste entre mi tierra de origen [León] y el Mediterráneo. El contraste entre las tierras del cruce de caminos, de lo telúrico, del camino de Santiago, de esas miradas de la infancia y de la adolescencia siempre dialogando con el Mediterráneo, que es un mar que no conozco como turista sino habiéndolo vivido. Los tres años que viví en Italia y los 21 que viví de manera continua en Ibiza. Y nunca hemos perdido el contacto con Ibiza.
Las referencias a Ibiza no caen en el estereotipo de lo bello y luminoso. Hay poemas oscuros como Cipreses que hablan del paso del tiempo, de la soledad y el dolor.
Fui a Ibiza solo para un año pero al final fueron 21 años en ella, apostando por ella desde un principio. Viví de cerca los problemas por los que pasó la isla y desde un punto de vista literario le debo mucho a Ibiza, a esa estancia. Ahora vivo de un modo diferente Ibiza, lo que me ha llevado no solo a recordar la plenitud del pasado sino a sentir pesar y dolor. Pero la vida es así, es dualidad.
Ahora vivo de un modo diferente Ibiza, lo que me ha llevado no solo a recordar la plenitud del pasado sino a sentir pesar y dolor. Pero la vida es así, es dualidad
Regresamos [a la península] no por razones caprichosas sino por importantes temas familiares… Si no, todavía estaríamos en Ibiza. La vida es un cambio continuo y es verdad que la Ibiza del año 2020 no es la Ibiza del año 1975. Para bien y para mal. Ibiza ha superado muchas carencias pero, a la vez, hemos dejado de ser jóvenes y la isla, en cierta medida, no es la que era.
Ibiza tiene que plantearse hacia dónde tiene que ir. Ibiza es un centro mundial de turismo. Hay que ver en qué dirección y cómo se responde. Muchos visitantes son fieles a Ibiza, a lo que esencialmente es: a la tierra, al mar…
¿Es este un buen momento para replantearse hacia dónde quiere ir Ibiza?
…ser conscientes de la Ibiza que se quiere. No podemos volver a lo que Alberti llamaba la isla de Teócrito. Una isla de siglos antes de Cristo. Ibiza es lo que es y ahora han surgido otros problemas como el paro. Pero entrar en problemas económicos y sociales… yo tengo mi cabeza ocupada con otros problemas que padecemos los escritores, como es el recorte en las pensiones a los escritores autónomos jubilados por nuestros ingresos.
¿Pero este tema no estaba ya resuelto?
El Parlamento ha sido unánime, el Defensor del Pueblo también y la Asociación de Escritores… pero no se ha ejecutado. Incluso Javier Reverte ha ido a juicio contra la Seguridad Social. Lo ganó y supone un precedente. Los abogados de la asociación de escritores me recomendaron que, mientras me ayude la cabeza, el corazón y los pies, siga trabajando y que me olvide de la pensión. El problema de fondo es que no podemos ganar como escritores más del salario mínimo. En cuanto ganamos más vienen los recortes en la pensión automáticamente. Me los han recortado tanto… hasta prácticamente no tener pensión.
El problema de fondo es que no podemos ganar como escritores más del salario mínimo. En cuanto ganamos más vienen los recortes en la pensión automáticamente. Me los han recortado tanto… hasta prácticamente no tener pensión.
¿Penalizando a los creadores que llevan toda su vida trabajando por la cultura del país?
Modestamente he dedicado 50 años de mi vida no solo a escribir sino a traducir, a hacer labores de conferencia, a lo que yo llamo misiones pedagógicas. ¿Cuántas veces hemos ido aquí o allá a cambio de nada? Una labor cultural a lo largo de 50 años. Este concepto de la cultura no se comprende.
¿Ha seguido de cerca una de las últimas polémicas dentro del mundo literario: la concesión del premio Espasa de poesía a un autor de dudosa calidad pero con miles y miles de seguidores en sus redes?
Tengo mis reservas respecto a esta poesía que algunos llaman poesía de encefalograma plano o poesía propia de un adolescente de 14 o 15 años. Esto responde a algo más global, esta visión mundialista del todo vale. La poesía está en el mundo desde el siglo 25 antes de Cristo. Poesía ejemplar, poesía en el tiempo que no tiene absolutamente nada que ver con poner unas palabras debajo de otras. Lo que he podido ver yo me parece prosa cortada en trozos… aunque no he entrado en profundidad en este tema en concreto.
¿Se plantea cómo sería ser hoy un poeta joven que quiere publicar cuando parece que para algunos sellos editoriales solo cuentan los seguidores en redes sociales?
Si tuviera que volver hacia atrás sería fiel a mi voz. Creo que cada poeta tiene una voz. La poesía de una cierta dignidad tiene una voz. No pienso en mí sino en los poetas valiosos. Hay que ser fiel a esa voz… Pero en todos los momentos ha habido cantos de sirena. Cuando comencé a escribir la poesía se debatía entre lo que eran los últimos estertores de la poesía social, un neoclasicismo caduco y el estallido de los Novísimos, que fue una gran apuesta por la libertad expresiva, por las nuevas lecturas, por la cultura… fue un gran soplo de aire puro. Y también tuvo sus excesos.
La poesía está desde los tiempos más remotos con el ser humano y respondiendo a esas grandes preguntas. La poesía no está para hacer refritos ni para engañar al lector ni para hacer suspirillos sentimentales.
Puede que vendan mucho en un momento dado pero desde luego trascendencia no tendrán…
La prueba del paso del tiempo es otra de las pruebas del creador. Como decía Machado poesía es palabra en el tiempo. Pero hay que ser conscientes de la dualidad porque, por un lado, existen fenómenos como estos, incomprensibles, pero, por otro lado, los medios permiten una mayor difusión. Creo que respecto a mi época son mejores tiempos para la poesía. Hay más colecciones, más premios literarios y más posibilidades para los poetas que empiezan. Cuando yo comencé había tres o cuatro colecciones de poesía y todo era un poco más difícil.
Para mí no hay más satisfacción que la del lector anónimo, es decir, una persona que por Internet ha sabido de ti, ha leído una muestra de tus poemas y te escribe una carta de dos folios desde cualquier lugar del mundo. No hay mayor satisfacción que esa conexión de sensibilidades y de sintonías.
Y las conexiones que genera internet con todos los lectores de habla hispana del mundo…
Y lo importante que es para la poesía todo el mundo hispanohablante. Ellos tienen una poesía que se distingue, además, porque es muy rica en cuanto al lenguaje. Cuando estamos valorando libros en un jurado se ve enseguida cuál es el libro que ha llegado del otro lado del Océano. Y eso por no hablar de lo que supone la poesía en países como Colombia o México. Allí se llenan anfiteatros en recitales de poesía. La poesía allí es algo muy serio. Quizá venga de la educación. Sucede algo similar en Extremo Oriente. Allí el poeta es el maestro. Ni escritor ni señor, maestro. Eso remite a que hay una parte de enseñanza en la poesía. El escritor tiene esa dignidad que en otros sitios no tiene.
En Extremo Oriente el poeta es el maestro. Ni escritor ni señor, maestro. Eso remite a que hay una parte de enseñanza en la poesía. El escritor tiene esa dignidad que en otros sitios no tiene.
Este es un momento para centrarse en la promoción del libro pero seguro que ya tiene proyectos entre manos.
Sí, como dices me voy a centrar en la promoción, pero ya he comenzado y está en el horizonte el que sería el cuarto Tratado de Armonía; estos libros de aforismos que reuní en tres libros. Pero es un tipo de libro que no fuerzo. Estos poemas breves o pensamientos los escribo cuando me llegan. Y lo ultimísimo que he hecho es un texto sobre una pintora de Ibiza, Marta Torres. Se va a editar un monográfico sobre ella y me han pedido un texto y es lo que he estado haciendo en estos días. Ya ves que Ibiza siempre vuelve aunque esté muy lejos.