Laura Ferrer Arambarri / El popular chiringuito de Cala Llenya está en el punto de mira de la comunidad tuitera y de Facebook estos días.
En pocos días deberán desmontarlo (salvo que Costas indique lo contrario) porque se ha acabado la concesión.
Esto ha provocado una oleada de quejas de clientes, que apuntan a que se trata de un cierre «para siempre» pero esto «no es así», según matiza el Consistorio de Santa Eulària.
Este año terminaba la concesión para todos los chiringuitos desmontables que hay en el municipio. Se trata de concesiones que salen a concurso cada cuatro años. Las autorizaciones municipales suelen ser de abril a 30 noviembre.
Sin embargo, el Ayuntamiento de Santa Eulària decidió prorrogar automáticamente un año más la concesión y a un precio rebajado un 50 por ciento sobre el canon habitual, en atención a la delicada situación provocada por la pandemia.
Esta concesión prorrogada ha terminado y los concesionarios tienen que desmontar los elementos del chiringuito mientras no se resuelve la nueva licitación, que será en breve.
Otros años, mientras duraba la concesión, Costas permitía mantener las estructuras durante el invierno con determinados requisitos de seguridad (como tenerlo todo recogido y cerrado).
Este año no puede ser así, en principio, porque la concesión ha terminado. No pueden pedir ese permiso para mantenerlo en invierno al no tener ya la concesión sobre el chiringuito. Por eso lo han de desmontar.
En un mes se conocerán las nuevas licitaciones de la nueva concesión. Una nueva concesión a la que han podido optar los hasta ahora concesionarios del chiringuito.
En redes sociales se han visto varias quejas de clientes que dicen: «Salvemos la playa familiar perfecta en Cala Llenya. A Esteban, hijo de Vicente y María que tuvo el chiringuito durante 52 años, se le pidió que desmontara el histórico chiringuito antes de fin de mes -este domingo 22 de noviembre estará allí el último día- a menos que alcemos la voz».
Las noticias que han corrido van en la línea de que el Ayuntamiento lo quiere cerrar para siempre, algo que el Consistorio ha negado de manera categórica.
Es más, remarcan que la nueva concesión de los chiringuitos está en trámite y que se resolverá antes de que acabe este 2020 para la temporada 2021.
Pero los amantes de este tipo de establecimientos creen que deberían ampliarse las concesiones más allá de la temporada alta, para cubrir todo el invierno, e incluso han montado una campaña en Change.org: «Solicitamos que los chiringuitos de playa puedan abrir durante el invierno en las Baleares valorando especialmente las circunstancias este año de los perjuicios causados por el covid, promoviendo así el turismo y la economía de las islas», afirma el texto de la campaña que suma este viernes 20 de noviembre 465 firmas.