Alicia López / El giro de Inés Arrimadas en la estrategia de Cs, dando apoyo a algunas medidas del Gobierno de Pedro Sánchez y poniendo todo el empeño en negociar los Presupuestos, junto a la renovación de los cuadros autonómicos, ha generado cierta inquietud entre la militancia, señalan algunos dirigentes.
Otros hablan incluso de malestar entre gran parte de los afiliados por este giro que ha resituado a Cs en el centro y en la política útil, como asegura la líder naranja, después de que la última etapa de Albert Rivera estuviera marcada por el «no a Sánchez».
Rivera, que con sus 56 escaños sumaba mayoría absoluta con Sánchez y acabo dejando el partido con 10 diputados, ha sido uno de los que estos días ha visualizado su rechazo a los cambios de Arrimadas.
También hay varios cargos de la formación que afirman que los militantes se están yendo «a patadas», aunque sin concretar una cifra -el último censo de militantes facilitado por el partido, del pasado febrero, lo fijaba en 27.402 afiliados-.
Desbandada
Hablan de que se está preparando una «desbandada», puede que hacia el PP -apuntan- si el desastre de Cs de las autonómicas catalanas «es de dimensiones cósmicas», porque asumen que desastre habrá.
Y se irían al PP, explican, porque es mayoritariamente del partido del que procede buena parte de las nuevas incorporaciones que Ciudadanos ha sumado a partir de 2013, ya que hasta esa fecha, aseguran que muchos procedían del lado socialista.
De hecho, en este mes, dos excargos de la formación naranja en Baleares han dejado el partido para dar el salto al PP y lo han dado después de la renovación de los comités autonómicos en octubre.
Según las mismas fuentes, el descontento que afirman que siente la militancia no es tanto porque Arrimadas haya decidido apoyar varias propuestas del Ejecutivo, entre ellas las prórrogas del estado de alarma por la pandemia, sino porque sienten que la dirección les está engañando al «rectificar constantemente» sus decisiones.
Los hilos del partido
Se quejan además de que Arrimadas ha fulminado a todos los cargos de la etapa de Rivera con la excusa -dicen- de que el partido abre una nueva página, pero dejan sin embargo a Carlos Cuadrado y a José María Espejo, vicesecretario primero de Cs y vicesecretario adjunto respectivamente, que son los que «de verdad manejan el partido».
Además son muy críticos con que la dirección haya renovado a los dirigentes autonómicos sin un diálogo de por medio con los territorios, lo que entienden como un menosprecio a las bases, aunque se trata de una potestad que se ha mantenido en los nuevos Estatutos que se votaron en la Asamblea del partido de mayo, que dio el relevo a Arrimadas.
Más allá del malestar y la preocupación que afirman que sienten los afiliados de Cs, otras fuentes opinan, en todo caso, que la presidenta tiene que tirar hacia adelante con esta estrategia de «utilidad», que varios abanderaban en los últimos meses del mandato de Rivera «para evitar precisamente lo que al final ha pasado, un gobierno con Podemos».
Presupuestos
Y apoyan que no se levante de la mesa de negociación de los Presupuestos hasta el último minuto, aunque, dicen que lo lógico sería quizá abandonar esta mesa porque creen que la partida la ha ganado ya Pablo Iglesias, que no deja a Pedro Sánchez deshacerse de ERC y Bildu.
En todo caso, estas fuentes opinan que las elecciones en Cataluña marcarán un punto de inflexión porque si el partido no se abre a ese espacio socialdemócrata que le permitió ganar los comicios autonómicos y crecer, la absorción por parte del PP será inevitable.
Se muestran pesimistas pese al repunte electoral que Ciudadanos va manteniendo en los últimos barómetros del CIS -un 9,5 por ciento en intención de voto en el sondeo publicado esta semana- y no creen que aguante otras elecciones.
EFE