EFE / Las navieras esperan poder reanudar sus cruceros, al menos parcialmente, el próximo año, aplicando los protocolos de seguridad y confiando en que el inicio de la vacunación permita que la situación se vaya normalizando poco a poco hasta recuperar niveles prepandemia en 2022.
La mayoría da por perdido aún el primer trimestre de 2021, tras el cual se prevé una gradual recuperación de la demanda, sobre todo, después del verano, según manifestaron la semana pasada varios directivos del sector durante la décima edición del International Cruise Summit de Madrid.
La covid-19 ha supuesto un frenazo al crecimiento de un sector que, en 2019, batió récords de cruceristas, con cerca de 30 millones, llevándolo a una crisis sin precedentes, en la que, tanto los gobiernos europeos, como el de Estados Unidos, prohibieron la actividad desde la pasada primavera.
Aunque se han ido levantado estas prohibiciones, en algunos países europeos aún no se permite el tráfico internacional, entre ellos España, mientras que, en Estados Unidos se dio hace poco una autorización condicional para reactivar los cruceros.
Además, las restricciones de viajes impuestas por muchos gobiernos obligan a las navieras a continuas revisiones de sus programas y, por ejemplo, Royal Caribbean Group ha extendido recientemente la suspensión de gran parte de sus operaciones hasta el próximo 28 de febrero, o incluso hasta el 30 de abril, en Australia, o hasta el 7 de abril, en Sudamérica, mientras reanudó la semana pasada los cruceros en Singapur.
También Costa Cruceros o MSC Cruceros han modificado las operaciones previstas, debido a las fuertes restricciones de movilidad impuestas por Italia para el periodo de Navidad y Año Nuevo que impactarían la capacidad de los futuros pasajeros, tanto nacionales como internacionales, para llegar a los puertos de embarque.
Pese a ello y que, actualmente, de una flota de unos 300 barcos sólo están navegando 18, menos del 10 % de la capacidad, según la Asociación Internacional de Líneas de Cruceros (CLIA), el sector encara con optimismo el futuro, sin renunciar a sus planes de crecimiento.
Aplazamientos de nuevos barcos
De hecho, no se ha producido ninguna cancelación de nuevos barcos, aunque sí algunos aplazamientos, de unos 100 que se encuentran en construcción hasta 2027, año en el que se prevé que el 40 % de los pasajeros navegará en cruceros de más de 320 metros de longitud, que supondrán el 17 % de la flota mundial, en tanto que los más pequeños, de menos de 160 metros, representarán el 25 % del total, pero sólo transportarán al 2 % de los clientes.
En 2020, se han retirado del mercado 37.600 camas de cruceros, pero se han introducido 24.500 de nueva construcción, a las que se prevé que se sumen todavía más de 40.000 en 2021, de acuerdo con la consultora Travelyields.
Hasta que se pueda alcanzar la normalidad y operar con plena capacidad, las navieras irán poniendo en marcha barcos en función de la demanda, para poder mantener los precios en un buen nivel.
Por otro lado, las adaptaciones que requieren las actividades en tierra, donde existe la necesidad de que los turoperadores de excursiones implementen políticas de prevención de contagios, ya que «de poco sirve tener un estricto protocolo a bordo, si fuera del barco no se tiene el mismo cuidado», aumentarán los costes operativos.
Otros cambios en los hábitos provocados por el coronavirus llevarán a potenciar rutas desde puertos de embarque accesibles en coche, dado que, inicialmente, habrá menos disponibilidad de vuelos y muchos pasajeros evitarán volar.
Asimismo, habrá una mayor diversidad de puertos de escala, ya que, con la aplicación de los protocolos del covid-19, muchos no podrán manejar varios barcos en el mismo día, por lo que las navieras consideran que habrá grandes oportunidades para nuevos destinos.
Se espera también la vuelta de Cuba a las rutas de cruceros, aunque no por motivos relacionados con la covid-19, sino por el cambio de gobierno en Estados Unidos.