NouDiari / Agentes de la Policía Nacional de Ibiza han detenido a 10 personas, de entre 27 y 59 años de edad: un italiano, dos españoles, dos venezolanos y el resto colombianos, como presuntos autores de pertenencia a organización criminal, delitos contra los derechos de ciudadanos extranjeros y trata de seres humanos.
Tenían a las mujeres hacinadas en pisos-prostíbulos, en condiciones deplorables, trabajando 22 horas al día, siempre disponibles y con castigos y sanciones a la mínima rebelión.
Tres de ellos han sido detenidos, además, como presuntos autores de delitos de blanqueo de capitales y contra la salud pública.
La desarticulación de la organización criminal dedicada a la explotación sexual de mujeres de origen sudamericano en la isla de Ibiza se ha producido dentro de la operación Arco.
La Policía Nacional relata que la semana pasada detuvieron a diez personas y realizaron seis registros, cuatro de los cuales fueron en pisos/prostíbulos y dos en domicilios de los detenidos.
Los detenidos están acusados de pertenencia a organización criminal, trata de seres humanos con fines de explotación sexual, favorecimiento de la inmigración clandestina, blanqueo de capitales y delitos contra la salud pública.
La actividad en pisos clandestinos se ha visto incrementada desde el inicio de la pandemia COVID-19, «motivada por el cierre de los establecimientos relacionados con este tipo de actividades», apuntan desde la Policía.
La red explotaba sexualmente a las mujeres no solo en pisos de la ciudad de Ibiza sino en otras ciudades de la península.
En el trascurso del operativo policial se ha intervenido en los registros domiciliarios cerca de 35.000 euros en efectivo, y en moneda extranjera de diversos países por valor de 900 euros, ordenadores de alta gama, cámaras sofisticadas, documentación con anotaciones y datos reveladores de la actividad, así como teléfonos móviles utilizados para los contactos sexuales con los que se publicitaban.
También han encontrado 100 gramos de cocaína que se usaba para ofrecer a los clientes y que en ocasiones tenían que consumir las víctimas, a petición de estos, incluso contra su voluntad.
Según explica la Policía Nacional, la organización «estaba perfectamente estructurada, con una cúpula formada por tres personas (dos hombres y una mujer), que dirigían en todo momento la actividad delictiva».
En este nivel se tomaban las decisiones sobre captación de nuevas mujeres, localización de nuevas viviendas y la publicidad de los contactos sexuales a través de distintas páginas web.
En un segundo nivel, otras personas de confianza se encargaban de presionar y coaccionar a las mujeres, además de llevar la recaudación.
En un nivel inferior estaban las encargadas, que controlaban férreamente los contactos de las víctimas y los cobros a los clientes.
Más abajo, los transportistas se encargaban de recoger y trasladar a las mujeres, tanto a la llegada o salida de la isla, como en las salidas para contactos sexuales con clientes.
Ellos informaban de todos los detalles de la actividad de las mujeres: duración de las salidas, lugares y actividades de las mismas.
Otras personas pertenecientes a la organización favorecían el blanqueo de los ingresos obtenidos mediante empresas de hostelería establecidas en la isla que eran regentadas por los propios responsables de la organización.
Hacinadas y siempre disponibles para los clientes
Las mujeres eran captadas por la organización aprovechando su situación de especial vulnerabilidad.
Se trata de mujeres que carecían de recursos económicos y en todos los casos tenían cargas familiares. Ellas eran, además, el principal o único sustento económico.
En los pisos, las víctimas vivían hacinadas en habitaciones con varias literas, donde dormían y hacían la vida diaria.
En ocasiones llegaban a pernoctar en el suelo en la cocina para dejar las habitaciones libres debido a la alta demanda de los servicios porque los contactos se producían durante las 24 horas de manera permanente.
Las condiciones que se les imponía pasaban por estar disponibles las 24 horas para los servicios.
Sólo tenían dos horas diarias para descansar.
Debían permanecer, en todo momento, maquilladas y disponibles por si eran requeridas por algún cliente. Si no cumplían con las normas se les imponían sanciones y si no accedían a estar con determinados clientes también eran sancionadas.
Dimensión de la Organización
En el transcurso de las investigaciones se ha podido comprobar, que la organización estaba en plena expansión. Disponía de otras viviendas en varias localidades de la península y seguía buscando nuevos inmuebles y locales, tanto en Ibiza como en otras poblaciones españolas, con el fin de ampliar sus actividades.
También se ha podido comprobar que el entramado empresarial utilizado para el blanqueo de los ingresos obtenidos de la actividad ilícita crecía considerablemente en forma de nuevas sociedades que debían facilitar la expansión del negocio.
Los líderes de la organización residían en viviendas de lujo y llevaban un alto nivel de vida,
El principal organizador de la red viajaba continuamente a la península con la intención de desplazar a las mujeres cambiándolas de piso para dificultar su detección, localizar nuevas viviendas y ampliar el negocio.
Los detenidos fueron puestos a disposición judicial el pasado viernes 8 de enero.
La autoridad judicial ha acordado el ingreso en prisión de cuatro de los principales responsables de la organización.
La investigación sigue abierta y no se descartan más detenciones.