@C. Vidal / Todavía son visibles las huellas del trágico accidente que el pasado martes le costó la vida a dos personas y heridas de gravedad a otros dos turistas alemanes. Fue en el kilómetro 4 de la carretera de Santa Eulària a Eivissa, en el tramo de Can Marçà, uno de los puntos negros del trazado viario de la Isla. «Por desgracia, todos los años ocurren accidentes de este tipo. Ya estamos acostumbrados», afirma resignado uno de los vecinos.
El año pasado, sin ir más lejos, se contabilizaron otras dos víctimas mortales en el mismo tramo durante el mes de abril. La primera fue una joven de 24 años que, tras lanzarse en marcha de un vehículo, fue arrollada por una moto. El segundo fue un motorista de 27 años.
«Sin embargo, el accidente de la chica no fue aquí, sino un kilómetro más allá. En cuanto al choque del martes, no tuvo nada que ver ni la carretera, ni el firme, ni nada. Fue una imprudencia y pudo haber ocurrido en cualquier otra parte. Creo que es una exageración llamar a esto el tramo de la muerte», señala una empleada del bar Can Marçà.
«Hace tiempo llegamos a tener hasta nueve accidentes en dos años, hasta que pusieron el límite de velocidad a 60 kilómetros por hora. Ha sido beneficioso, pero no suficiente, porque hay muchos coches que van como locos, sobre todo en verano», reconoce el propietario del bar, que lleva años luchando para reducir el riesgo en la carretera situada en frente de su negocio. «He ido a hablar varias veces con el Ayuntamiento, pero dicen que la competencia es del Consell, que tampoco hace nada y, al final, unos por otros, la casa sin barrer», añade.
Los parroquianos del establecimiento se ponen a discutir sobre las posibles soluciones. «Tengo que cruzar todos los días la carretera y casi se convierte en un deporte de riesgo. Yo pondría un semáforo o un paso de cebra», dice Toni. «No se puede. No estamos en un núcleo urbano y, por lo tanto, no pueden poner nada de eso. Lo único que funcionaría sería colocar un control de radar», añade otro vecino.
También se critica la falta de iluminación y de aceras en ambos lados de la carretera. «De noche no hay visibilidad y es muy peligroso cruzar la calzada a pie. Haría falta poner más farolas y respetar los límites de velocidad», asegura otro cliente del bar.
Desde 2011 se han producido 30 muertes en accidentes de tráfico en Eivissa y Formentera, con una elevada incidencia en esta zona y alrededores. «Es un misterio que se produzcan tantos accidentes en Can Marçà porque, al fin y al cabo, no deja de ser una recta bastante larga. El problema, sin embargo, es de la carretera entre Santa Eulària y Eivissa en general. Quizá deberían desdoblarla, como ya ocurrió en Sant Antoni y ahora allí hay muy pocos accidentes», señala otra de las vecinas.
Tant de bo molts de naltros no haguesim de lamentar sa falta d’una persona estimada a aquet tram. Solucions JA!!
Tant de bo molts de naltros no haguesim de lamentar sa falta d’una persona estimada a aquet tram. Solucions JA!!
Ui, no, si posem un radar en aquesta recta amb tant bona visibilitat i sense cap problema aparent, ja veureu com tothom acaba queixant-se que és per recaptar i no per la nostra seguretat.
Ui, no, si posem un radar en aquesta recta amb tant bona visibilitat i sense cap problema aparent, ja veureu com tothom acaba queixant-se que és per recaptar i no per la nostra seguretat.