Aina Balaguer / Después del concierto de ‘The Vaccines’ de la pasada semana, Ibiza Rocks volvía el miércoles a abrir sus puertas al público con ‘Bastille’. Esta banda londinense, que debutó hace tan solo dos años y que ya ha alcanzado los puestos más altos de las listas musicales de Reino Unido, metió su pop alternativo en la maleta para traerlo hasta las islas. Después de tocar el martes en Mallorca Rocks hicieron escala en Eivissa para hacerla más bella, si cabe, con su música.
Los asistentes esperaron de buen gusto casi cuatro horas para ver subir al grupo al escenario. Durante la espera pudieron disfrutar de la actuación de los teloneros ‘The Other Tribe’, que empezaron golpeando fuertemente sus instrumentos de percusión para colmar el espacio de un ritmo incesante que hizo entrar en materia al público. Con su alternativismo musical tan rítmico que combina tanto percusión acústica como electrónica con falsetes con cierto matiz funky llenaron de energía el lugar durante cincuenta minutos para luego dejar que los asistentes volvieran al estado inicial.
Aunque el lugar no estaba a rebosar sí podemos decir que estaba considerablemente lleno. Los allí reunidos, en su gran mayoría turistas ingleses, se repartían por todo el espacio para disfrutar del sonido cada uno a su manera. Unos participaban del evento desde la intimidad de los balcones de sus habitaciones, otros charlaban en las barras, pero la gran mayoría aguardaba pacientemente en la pista intentando llegar a colocarse a pie de escenario.
Por fin a las once menos cinco de la noche el escenario despertaba de nuevo con los pasos de Dan, Chris, Will y Kyle, los cuatro miembros de ‘Bastille», que empezaron la actuación con «Bad Blood», uno de sus temas debut. Con la primera canción bastó para apreciar la calidad del directo de esta joven banda. Melodías como «Overjoyed», «The way to the limit», «What would you do» se fueron sonando hasta sonar el sencillo «Laura Palmer», el cual provocó que una parte del público experimentara un falso despertar después de no haber prestado durante la primera mitad del concierto la atención que la banda se merecía.
A partir de este momento todo fluyó y la excitación fue in crescendo de una manera brutal. Los técnicos de sonido aparecían con frecuencia en el escenario, pero si algo ocurría no se percibía. La gente no paraba de saltar y bailar mientras las canciones, unas tras otras, iban terminando para dejar entrever la tímida sonrisa del vocalista ante los intensos aplausos.
Después de trece temas, los de Londres se despidieron con «Pompeii». El líder de la banda soltó el micrófono tras un muy breve gracias para grabar con su cámara unos instantes del público presente para abandonar rápidamente después el escenario. Finalmente, esperando en vano un bis que tampoco se reclamó, la gente se fue caminando del lugar desengañándose de la idea de que esa noche los ‘Bastille’ volverían a sonar.
Leer Nou Diari es una bocanada de aire fresco a cualquier hora. Lo hacen periodistas jóvenes y suficientemente preparados (se nota) y sus crónicas y reportajes son de lo más ameno. Lo leo desde Mallorca y estoy enganchado, aunque ganaría aún mas si se ampliaran las noticias a nivel general, no sólo ibicenco.
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