EFE / La presidenta del Govern balear, Francina Armengol, ha reclamado al Gobierno central una fórmula jurídica para que los presidentes autonómicos puedan autorizar el toque de queda tras el decaimiento del estado de alarma.
Armengol ha defendido que si las Comunidades Autónomas son las que tienen que tomar las decisiones y gestionar esta «situación complicada», le gustaría tener «todos los instrumentos para poder hacerlo de la forma más razonable posible».
«A nadie nos gusta el toque de queda o reducir las reuniones, pero estas medidas a veces son necesarias para salvar vidas y evitar contagios, y nuestro gobierno ha trasladado al Gobierno de España que se tendrá que estudiar alguna fórmula jurídica para que el toque de queda pueda ser autorizado por los presidentes autonómicos», ha expuesto Armengol en València tras reunirse con el president de la Generalitat, Ximo Puig.
Según ha dicho, la desescalada en Baleares tiene que ser «lenta» y las decisiones «adecuadas» con el fin de evitar contagios y, aunque las comunidades tengan un margen muy amplio para adoptar restricciones, «el único que está en discusión es si será posible el toque de queda, un instrumento importante a la hora de poder articular las medidas que se necesiten».
Armengol ha recordado que la justicia balear ha ratificado «todos y cada uno» de los acuerdos sobre restricciones que se tomaron el verano pasado, como también ha hecho el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana.
El president de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, ha precisado que es cierto que el aval de la justicia a las restricciones acordadas se dio en unas condiciones peores en la incidencia acumulada de las que existen ahora en la Comunitat, que tiene la incidencia a catorce días más baja de todas las comunidades.
Puig ha avanzado que le gustaría que algunas restricciones como la perimetración de la comunidad se levantaran en mayo «si fuera posible», y ha señalado que la Abogacía de la Generalitat está estudiando la casuística para, en caso necesario, tomar decisiones en el camino hacia «una desescalada prudente».
El 9 de mayo, cuando decaiga el estado de alarma, no va ser un punto de disrupción, porque en esas fechas aún será necesario avanzar más en la vacunación con el objetivo de que en junio haya un levantamiento sustancial de las restricciones. E