Joan Miquel Perpinyà / Los peores pronósticos en relación al Club Náutico Ibiza (CNI) se han cumplido aunque algunos nos quedamos cortos a la hora de vaticinar el sideral nivel de torpeza con el que sus gestores se manejan ante una situación crítica, que ha conseguido llevar al borde del precipicio a la entidad, aún teniendo todo el apoyo social, político y administrativo. Las cosas no se pueden hacer peor y a estas alturas ya cabe preguntarse si el segundo club más antiguo de Balears después del de Ciutadella es capaz de ganar un pleito —el que sea— o un concurso —el que sea— legalmente, incluso cuando nadie más se presenta.
Las cosas no se pueden hacer peor y a estas alturas ya cabe preguntarse si el segundo club más antiguo de Balears después del de Ciutadella es capaz de ganar un pleito —el que sea— o un concurso —el que sea— legalmente, incluso cuando nadie más se presenta.
No es común que un barco concurra a una regata en solitario y acabe descalificado por ponerse a navegar en sentido contrario, que viene a ser lo que han hecho los representantes legales del CNI. Para restarle gravedad a la catástrofe, responsabilizan a la Autoritat Portuària de Balears (APB) y califican su propia negligencia de “defecto de forma”. Claro, ¿qué van a decir? Pero no se pierde un concurso donde sólo concurre un único licitador por un mero defecto de forma, sino por pisotear con desprecio las bases de la convocatoria, de forma grave e insubsanable, que es lo que hizo el CNI.
Teniendo el concurso absolutamente a su favor, hasta el punto de disuadir de concurrir a su competidor, el Club Deportivo Básico 12 Millas de Francisco Javier Jiménez de Cisneros, no siguieron punto por punto lo que allí se establecía. ¡Con lo fácil que era! Porque no es cierto que presentaran el aval requerido, como insistentemente sostienen. Dejen de hacerse trampas al solitario, amigos del CNI. Las bases requerían depositar una cantidad más el IVA y la entidad que preside Joan Marí Marí no lo hizo, razón por la cual deben desalojar sus instalaciones en el puerto y han perdido la gestión de los amarres.
Las bases requerían depositar una cantidad más el IVA y la entidad que preside Joan Marí Marí no lo hizo, razón por la cual deben desalojar sus instalaciones en el puerto y han perdido la gestión de los amarres.
El abogado del CNI, Rafael Palmer, previsible máximo responsable de haber tirado por la borda el concurso y de las nefastas consecuencias que ello comporta, pese a ser el único concurrente —que ya hay que ser torpe—, arguyó en declaraciones al Diario de Ibiza que la APB es la única autoridad portuaria de toda España que pide el IVA. Reconoció así que no le dio la gana cumplir con lo que las bases exigían, cuando su misión era muy fácil: lograr la concesión temporal. No digo ya ganar un concurso, pues no había competidor ni rival. Y si para eso había que depositar 4.000 euros más en concepto de IVA, pues se depositan y nos dejamos de discusiones bizantinas y absurdas con la APB, porque esa no es la cuestión que nos ocupa. ¿O sí lo es?
Y es que todo este sainete en que se ha convertido la concesión de las instalaciones del Puerto de Ibiza, que durante 96 años ha gestionado el Club Náutico de Ibiza, hasta ahora —y ya veremos lo que sucede porque hasta ahora no ha sucedido lo que los directivos del CNI confiaban que ocurriera—, demuestra que aquí se está jugando una partida ajena a los ojos de la ciudadanía, de los socios del club, de sus directivos y de los representantes políticos. Una partida de poder en la que el CNI es sólo una pieza más en el tablero.
A Rafael Palmer, gerente de la Asociación de Clubs Náuticos de Baleares (ACNB), el futuro del CNI le debe importar entre poco o nada. Sus preocupaciones son otras y explican las razones por las que su prioridad es siempre y en toda circunstancia, sacudir a la APB y pleitear desaforadamente —pues a eso se dedican muchos abogados— sin importarle las consecuencias que ello acarree a sus clientes. Parece mentira que no lo hayan visto ya, pero allá ellos. Sólo hay que ver cómo ha acabado el Club Marítimo Molinar de Llevant y cómo está ahora mismo el Club Náutico Ibiza.
Conviene recordar que fue el Club 12 Millas quien obligó a la APB a no prolongar más las concesiones temporales al CNI y a sacar a concurso la gestión temporal. La APB que preside el expresident Francesc Antich lo hizo porque legalmente no podía hacerse otra cosa
Conviene recordar que fue el Club 12 Millas quien obligó a la APB a no prolongar más las concesiones temporales al CNI y a sacar a concurso la gestión temporal. La APB que preside el expresident Francesc Antich lo hizo porque legalmente no podía hacerse otra cosa. Se redactaron unas bases con un enorme peso de la actividad social que servía el concurso en bandeja de plata al CNI y aún así, se anunció que se recurriría. ¿Por qué? Porque hay abogados que solo ganan dinero si sus clientes tienen problemas; si se solucionan, ellos dejan de tener trabajo. Tan a favor tenía el CNI el concurso que 12 Millas no se presentó. ¡Imagínense! Y ahora resulta que pierden el concurso por incumplir las bases y no depositar el aval más el IVA. ¡Y encima responsabilizan a la APB!
Los directivos y socios del CNI deberían analizar lo que están haciendo y en manos de quién se han puesto, si es que algún día quieren dejar de cosechar derrotas humillantes y seguir siendo utilizados como moneda de cambio para otras operaciones —y algunas vendettas— que a ellos ni les van ni les vienen, porque lo único que debería preocuparles ahora es recuperar las instalaciones que han ocupado durante 96 años y que el paréntesis que se ha abierto ahora sea lo más breve posible. Y me temo que si no cambian de abogado, será difícil conseguirlo.