EFE / La inversión en el sector de la construcción de Baleares cayó un 23 % en 2020, el año de la covid-19, lo que en números absolutos supone una pérdida de 512 millones de euros.
La presidenta de la Asociación de Constructores de Baleares, Fanny Alba, ha mostrado este viernes en rueda de prensa su «profunda preocupación» por estos datos. En 2019 la inversión fue de 2.225 millones y en 2020 de 1.713.
Se trata de un recorte «tremendamente significativo», una «pérdida» de la cuarta parte de la inversión total en el sector de la construcción, ha subrayado.
Los constructores lamentan la clara tendencia a la baja de las cifras del sector, también porque la inversión privada, el gran motor de la construcción, retrocedió en 2020 un 14,6 %, de 1.510 millones a 1.289, y un 15,8 % respecto a 2018.
Esta «reveladora caída de la inversión privada», tal como la ha definido Alba, «ha arrastrado a la baja a todos los indicadores», con una merma de la inversión en vivienda del 8,5 % (1.068 millones de euros en 2020 frente a 1.167 millones en 2019) y «un preocupante retroceso» del 43,7 % en proyectos vinculados al turismo (125,7 millones frente a 223,4 en 2019).
La obra civil pública ha retrocedido un 3,5 % (176,4 millones en 2020 y 183 en 2019).
Sin embargo, una «buena noticia» ha sido el crecimiento de la inversión autonómica en un 68 %, de 82,5 millones de euros en 2019 a 138,6 millones en 2020, así como el incremento del 53 % de la inversión de las administraciones locales de las islas, de 207,1 millones de euros en 2020 a los 135,5 millones de 2019.
Por el contrario, los constructores de Baleares califican de «pésimo» el dato de inversión pública estatal en el archipiélago: 78,4 millones de euros en 2020 y 497,8 millones en 2019.
También ha perdido fuelle la inversión en vivienda privada con un descenso del 8,5 %, de 1.167 millones de euros en 2019 a 1.068 millones en el cómputo total del pasado año.
Los constructores calculan que el déficit balear de vivienda es de 15.000 casas y recuerdan que, según el INE, Baleares aumentará su población en 20 años en 234.000 habitantes, es decir, 15.000 ciudadanos más cada año.
En opinión de Alba, el impulso de la obra pública para la mejora de infraestructuras y equipamientos, ya sean sanitarios, culturales u de otro tipo, debe ser «ahora una prioridad».
Es necesario, ha planteado, «mantener el buen pulso» en 2020 en las inversiones del Govern, consells y ayuntamientos.
Por último, los constructores exigen que «se retomen políticas verdaderamente efectivas, comprobables, como las que impulsaron años atrás las reformas de la planta hotelera, que fueron un motor fundamental en los últimos años».
Como conclusión, Fanny Alba ha dicho que la construcción es el sector «llamado a impulsar la economía y el empleo en las Islas Baleares de forma inmediata».
«Tenemos una necesidad urgente en materia de vivienda, modernización de edificios e instalaciones y mejora de las infraestructuras, pero este objetivo requiere más voluntad política y menos trabas de las administraciones; ésta una tarea urgente e inaplazable que hay que resolver este año», ha concluido