D.V: Ha tardado casi dos décadas pero esta historia tiene un final feliz. Finalmente, la mejor colección de arte fúnebre fenicio-púnico del mundo ya tiene un espacio digno donde mostrarse. Hoy, a la una del mediodía, se ha realizado la inauguración oficial del Museu de Puig des Molins, a la espera que mañana se abran sus puertas al público en general.El nuevo museo dispone de un espacio de 1.514 metros cuadrados de superficie útil, repartidos en áreas de exposiciones, biblioteca, auditorio y una sala de actividades didácticas. La inversión realizada por el Ministerio de Educación y Cultura ha sido de seis millones de euros, y la remodelación del edificio ha sido total. Los elementos expositivos abiertos de cara al público se encuentran concentrados en la planta baja y el primer piso. El material expuesto es fabuloso y supone un instrumento indispensable para comprender la magnitud de la riqueza que atesora el subsuelo de Puig des Molins.
Una colección de piezas únicas
La visita al museo se inicia en la llamada “sala de bienvenida”, donde el visitante puede hacerse una idea de la totalidad del yacimiento gracias a unas maquetas y a un didáctico audiovisual. Las piezas que se pueden observar de la colección permanente están en la primera planta, distribuidas en cinco salas y abarcan toda la época fenicia (s.VII-II a.c) hasta el periodo inmediatamente posterior a la caída del imperio romano.
Las piezas expuestas pertenecen a los yacimientos arqueológicos de la necrópolis de Puig des Molins, el santuario des Culleram y el santuario de Illa Plana, y en él encontramos elementos de incalculable valor histórico, artístico y estético: se pueden admirar vasijas, abalorios, objetos de ajuares, máscaras funerarias, esculturas y figuras votivas. No falta tampoco la legendaria figura de la diosa Tánit, que se ha convertido en un símbolo de la isla de Eivissa.
La visita se completa con un paseo por la parte museizada del yacimiento, donde se puede contemplar in situ el espacio que fue la gran necrópolis púnica, y en la que se ha instalado una nueva pasarela que facilita la accesibilidad a todas las personas con movilidad reducida.
Un “alivio” tras unas obras eternas
El nuevo museo es una realidad después de un desgraciado periplo de obras que se ha extendido durante diecisiete años. Hoy, el director del museo, Jordi Fernández, se ha confesado “aliviado” y ha afirmado que los trabajadores de la entidad “han pasado unos años difíciles, pero hay que ser positivos y lo importante es el presente”.
Fernández ha recordado también que, pese a que el museo llevaba casi dos décadas cerrado de cara al público, en ningún momento se han detenido los trabajos de investigación, restauración y catalogación: “No hemos estado diecisiete años de vacaciones. Aquí hemos trabajado siempre muy duro. Ahora, por fin, todo el mundo puede disfrutar del fruto de nuestra labor”.