El buque San Gwann de la naviera alemana FRS ha hecho su primer viaje de prueba entre el puerto de Ibiza y el puerto de la Savina. Esta naviera también ha comenzado recientemente a operar la ruta entre Alcúdia y Ciutadella.
Contrariamente a lo que cabría esperar de la llegada de un nuevo operador a las rutas marítimas interinsulares, en las Pitiusas se han oído voces que primero exigían a la Autoritat Portuària de Balears (APB) que impidiese la llegada de FRS a Formentera prohibiendo los correspondientes permisos de atraque.
Al parecer y a decir de estas voces críticas, la APB no debería tener en cuenta la capacidad de los puertos que gestiona, sino la suficiencia o no de las navieras existentes para cubrir el servicio a satisfacción de los usuarios. Pero dado que los usuarios son muchos y las navieras pocas, cada cual hablará desde su experiencia. Y lo adecuado sería que la APB mire por el interés general, no por el particular de nadie. Parece que eso es lo que se ha hecho al autorizar las operaciones de FRS en los puertos de las Pitiusas.
Recuerdo haber leído un tuit del exconcejal de Guanyem Eivissa (o Ara Eivissa, o las dos cosas a la vez, ahora no estoy seguro) en Vila, Joan Ribas, que decía: “No necesitamos más ‘trastos’ soltando suciedad en nuestro mar… Con las navieras que tenemos hay suficientes y sobran para dar el servicio. Nuestro mar no puede ser una fuente de negocio para la APB (o sea para Madrid) a costa de destrozar nuestro medio marino”.
Yo no sé en qué clase de barcos cochambrosos y contaminantes acostumbre a viajar Ribas, que van soltando suciedad en el mar, siendo un sector sujeto a estrictas normas de seguridad y de protección medioambiental. Estaría bien que señalase con pruebas a las navieras que así actúan, en lugar de difamar a todo el sector. Pero el rigor no ha sido nunca una virtud de este político al que los ciudadanos mandaron a su casa en 2019, hartos de su soberbia y de su demagogia.
Si hay una naviera extranjera interesada en hacer la ruta Ibiza-Formentera es porque la considera competitiva, lo que supondrá beneficios para los usuarios en bajada de precios y en aumento de frecuencias.
Si hay una naviera extranjera interesada en hacer la ruta Ibiza-Formentera es porque la considera competitiva, lo que supondrá beneficios para los usuarios en bajada de precios y en aumento de frecuencias. Pero es verdad que hay quienes se sienten incómodos ante la llegada de un competidor foráneo, que no consta que tenga capital pitiuso entre su accionariado. Si este es el criterio, es evidente que hay quien no ha entendido nada del mundo en el que vivimos y de las reglas de la competencia en la Unión Europea. Pero a estas alturas y conociendo el percal, lo raro sería lo contrario.