Jose Juan, un ibicenco que actualmente reside en Mallorca, ha acudido hoy a la Jefatura Provincial de la Policía Nacional de Baleares a interponer formalmente una denuncia penal por los presuntos abusos sexuales de los que afirma haber sido víctima cuando era un niño en la parroquia de San Pablo de Ibiza por parte de un sacerdote que acumula otras dos denuncias penales en términos muy similares además de otros tres casos que por el momento no habrían recurrido a esta vía.
No es casualidad que haya sido ahora. José Juan ha puesto la denuncia una vez ratificada por completo la Ley de protección integral de la Infancia y la Adolescencia contra la violencia, conocida también como Ley Rhodes, que ya ha sido publicada en el BOE del pasado 5 de junio y que ha supuesto para él que el delito del que asegura haber sido víctima ya no se considere prescrito, ya que sucedió en 1994, hace ahora 27 años.
Así, José Juan, de 38 años, relata en su denuncia, a la que ha tenido acceso Noudiari, que los hechos sucedieron en el verano de 1994, cuando tenía 11 años, en la vivienda anexa a la parroquia de San Pablo del barrio de Ca n’Escandell de la ciudad de Ibiza.
Todo comenzó cuando sus padres entraron en el grupo del Camino Neocatecumenal de la parroquia, cuyas celebraciones eran dirigidas por el párroco denunciado. Los padres entablaron una relación de confianza con el cura y por ello enviaron al niño a confesarse con él en la casa parroquial, a solas.
Pero ya en el primer encuentro con el cura, y, siempre según el relato del denunciante, sufrió tocamientos que empezaron por las piernas y siguieron «a sus partes más íntimas para, posteriormente, introducir sus manos por dentro del pantalón y realizar tocamientos íntegros» en sus genitales durante varios minutos.
Ante el comportamiento del sacerdote, el denunciante asegura que se quedó completamente desconcertado, en estado shock y sin saber qué hacer. Al llegar a su casa no contó lo sucedido inmediatamente pero sí lo hizo unos días más tarde, sin que le creyeran.
Pasados unos meses, los padres volvieron a enviarle a confesarse a la casa del cura donde presuntamente se volvieron a repetir los abusos en idénticas circunstancias que la primera vez. En esa ocasión no contó nada a su familia porque no le creyeron la primera vez, según explica.
José Juan ha dejado constancia de que la persona que señala ya ha sido denunciada por hechos similares, tanto por Sergi Lleó, por presuntos abusos en la iglesia del Rosario, como por una persona que ha mantenido el anonimato y que afirma haber sido víctima de abusos continuados en la misma parroquia de San Pablo de Ca n’Escandell. Ambos ejercían labores de monaguillo o de ayuda en la iglesia. Hay otras personas, al menos tres (una de ellas adulta cuando sucedieron los presuntos hechos), que han hablado con los medios a raíz de salir a la luz el caso pero que no consta que hayan denunciado por la vía penal.
Hay que recordar, además, que Sergi Lleó está pendiente de conocer la resolución de una investigación eclesiástica abierta por su caso el pasado 11 de marzo y que ya debería haber sido resuelta. Se trata de unas pesquisas abiertas por orden del Vaticano y que llevan a cabo desde la Archidiócesis de Valencia a la que pertenece la Diócesis ibicenca.
La Unidad de Atención a la Familia y la Mujer (UFAM) de Ibiza está investigando los hechos y el caso lo llevará un juzgado de Ibiza.
El sacerdote ya no ejerce en Ibiza, donde estaba ofreciendo misa en la iglesia de Santa Cruz hasta que salieron a la luz los primeros casos en el mes de marzo.
El sacerdote se habría trasladado A Coruña, donde nació en 1950, ya que allí fue localizado cuando se interpuso la primera denuncia ante la Policía Nacional.
El caso de los presuntos abusos sexuales cometidos por este sacerdote serán abordados en un magazine de La Sexta este fin de semana.