El conseller de Movilidad y Vivienda, Josep Marí, ha presentado hoy en Ibiza los resultados del estudio de adaptación de los puertos autonómicos al cambio climático necesario para redactar el Plan General del ente público.
El estudio evalúa los factores de riesgo asociados al cambio climático a medio y largo plazo que podrían afectar a los puertos de las Illes Balears y propone medidas generales de adaptación para evitar sus efectos.
El cambio climático afecta a las costas y los puertos por la subida del nivel del mar, los posibles cambios en las alturas y direcciones del oleaje, así como por las variaciones en las mareas meteorológicas (provocadas por condiciones meteorológicas extremas como tormentas o borrascas).
«La subida del nivel del mar representa el mayor riesgo para los puertos de las Illes Balears dada la concatenación de sus efectos, como la inoperatividad de muelles y pantalanes, el rebase por oleaje de los diques portuarios y la generación, en consecuencia, de problemas de agitación interior», advierten desde la conselleria.
En caso de los puertos de Ibiza la principal consecuencia de esta subida «sería el impacto que el mar podría tener sobre la estabilidad de las infraestructuras portuarias.»
Este análisis ha sido realizado por el Laboratorio de Ingeniería Marítima de la Universitat Politècnica de Catalunya BarcelonaTech, un centro de investigación (CER) de reconocido prestigio internacional en la estructura del Departamento de Ingeniería Civil y Ambiental de la Escuela de Ingeniería Civil de Barcelona. Los autores del estudio son Joan Pau Sierra, Xavier Gironella, Agustín Sánchez-Arcilla, Corrado Altomare, Vicenç Gracia, Daniel González-Marco y Arnau Gironella.
Los resultados de esta investigación permitirán adaptar el dimensionamiento y el enfoque de las propuestas de actuación del plan general que Puertos de las Illes Balears está redactando actualmente.
El documento establece dos marcos temporales consensuados por la comunidad científica para estudiar el cambio climático —el año 2045 y el año 2100—, utilizando dos supuestos basados en diferentes escenarios de emisiones de CO2; uno más optimista, en que las emisiones se mantienen estables y, por lo tanto, el incremento de la temperatura global y el crecimiento del nivel del mar es menor, y otro, en que las emisiones continúan aumentando y los efectos negativos crecen exponencialmente.
A partir del grado de exposición, la peligrosidad y la vulnerabilidad de los puertos analizados, el estudio establece los cinco principales riesgos a los que los puertos baleares se deberán enfrentar:
— La operatividad de los muelles y pantalanes
— El rebase de los diques portuarios por el oleaje
— La estabilidad estructural de los diques portuarios
— La agitación dentro de la zona portuaria
— El aterramiento o pérdida de calado de los puertos
El estudio concluye que, a pesar de que los puertos de las Illes Balears, en general, están preparados para afrontar los efectos del cambio climático en 2045 en el escenario más optimista, es importante prever acciones de adaptación para el horizonte 2100 en ambos escenarios por el aumento del nivel del mar.
Los resultados principales del estudio son:
— El mayor riesgo para los puertos es la pérdida de operatividad de los muelles a consecuencia de la subida del nivel del mar. Hay que recordar que en los escenarios utilizados, las subidas medias previstas serán las siguientes:
- RCP4.5 Escenario optimista en 2045: 18 cm
- RCP4.5 Escenario optimista en 2100: 47 cm
- RCP8.5 Escenario pesimista en 2045: 25 cm
- RCP8.5 Escenario pesimista en 2100: 88 cm
Los puertos autonómicos están, en general, «muy preparados para resistir los efectos de la subida del nivel del mar en el horizonte 2045, con un 91 % de los puertos en el escenario optimista, y un 73 % en el escenario pesimista entre los niveles de riesgo bajo, muy bajo o cero», indican.
Esta situación se podrá complicar bastante en 2100, llegando a un 52 % de los puertos en el máximo riesgo de inoperatividad en el escenario optimista y hasta un 88 % en el escenario pesimista.
Aun así, los puertos ibicencos no tienen riesgo de inoperatividad de muelles y pantalanes en el horizonte 2045 en ambos escenarios, pero sí que lo tienen, y muy alto, en la peor de las previsiones para el año 2100.
— El rebase de los diques portuarios por el oleaje es el segundo riesgo más importante para los puertos gestionados por Puertos IB, puesto que los hace vulnerables a los temporales y puede derivar en problemas de agitación interior que afecten a las instalaciones portuarias. Pese a todo, en 2045, solo tres puertos podrían estar en una situación de riesgo alto y uno en riesgo muy alto. En cambio, los puertos ibicencos muestran un riesgo muy bajo en todos los escenarios.
— La agitación consiste en la variación del nivel del mar en la lámina de agua abrigada y se produce por la interacción de las olas con los diferentes elementos que configuran la geometría del puerto. El cálculo resulta de vital importancia puesto que afecta a la seguridad en el desarrollo de las operaciones de las embarcaciones en el puerto (atraque, estiba y permanencia), determinando en gran medida los niveles operativos de las mismas. Debido a la agitación, también se ven afectadas las estructuras de defensa exterior, muelles, protecciones, amarras, etc. En cualquier caso, los puertos de Ibiza no muestran un riesgo de exceso de agitación en ningún escenario futuro.
— En cuanto a la estabilidad de las infraestructuras portuarias, se trata de un riesgo que depende especialmente del oleaje, así como del aumento del nivel del mar, que puede favorecer la llegada de olas más altas. El nivel de riesgo es similar en todos los escenarios y, a corto plazo, entre el 76 % y el 82 % de los puertos tienen el riesgo bajo, muy bajo o nulo. En cambio, respecto de este riesgo, el puerto de Sant Antoni sí destaca por mostrar un riesgo muy alto de inestabilidad en los dos escenarios del horizonte más cercano, una condición que supondrá medidas de adaptación progresivas como el aumento del peso o la forma de los bloques del dique o la construcción de bermas para asegurar el equilibrio y la seguridad estructural de la infraestructura. El puerto de Santa Eulària, en cambio, no muestra riesgo de inestabilidad en ningún escenario futuro.
— Por último, con relación a las posibilidades de aterramiento o pérdida de calado de los puertos autonómicos, si bien se trata de un problema conocido y recurrente en las infraestructuras portuarias baleares, en general el riesgo se mantendrá similar en todos los escenarios futuros e incluso podría disminuir, según las previsiones más pesimistas, dado el aumento del nivel del mar. Esta tendencia se confirma en ambos puertos ibicencos dado que tanto Sant Antoni como Santa Eulària muestran riesgos medios y bajos en todos los escenarios y momentos analizados.
A pesar de que los riesgos son reales, ya existen medios técnicos para llevar a cabo las medidas de adaptación necesarias para hacer frente a estos problemas.
De hecho, en paralelo con el desarrollo de este estudio, Puertos de las Illes Balears, junto con los científicos de la UPC, avanza en la definición de las actuaciones que, en el contexto del plan general, darán respuesta a las problemáticas derivadas del cambio climático. A pesar de que cada puerto será analizado de forma específica de acuerdo con sus peculiaridades y necesidades concretas, y de que cada proyecto tendrá que pasar la correspondiente tramitación medioambiental y administrativa, el plan general propone un marco de referencia para los próximos quince años, en que se prevén actuaciones como:
— La mejora de las condiciones de abrigo.
— La reorganización de espejos de agua ya abrigados.
— El aumento de la cota de coronación de muelles y la sustitución de pantalanes fijos por flotantes para evitar la inoperatividad.
— El recrecimiento de diques o la construcción de elementos como botaolas, bermas o diques sumergidos para eludir el rebase y mejorar la estabilidad estructural.
— La modificación de dársenas y contradiques para mejorar las condiciones de agitación interior.
— La construcción de espigones o rampas de arena para evitar el aterramiento.
Así, la línea que seguirá el plan es la de plantear medidas que puedan resolver las carencias que pueda tener el sistema portuario balear, mejorando y optimizando el funcionamiento de las instalaciones portuarias existentes sin llevar a cabo ampliaciones ni construir nuevos puertos puesto que, con la previsión necesaria y la planificación de proyectos específicos, Puertos de las Illes Balears podrá garantizar la operatividad de sus instalaciones y hacer frente a los efectos del cambio climático de forma eficiente y sostenible.
A la presentación, que ha tenido lugar en la sede del Consell de Ibiza, han asistido el conseller de Presidencia y Gestión Ambiental, Vicente Roig; el director de Transporte Marítimo y Aéreo, Xavier Ramis; y la directora gerente de Puertos de las Illes Balears, Cristina Barahona.