Alrededor del 1200 antes de Cristo, tras nueve años de asedio infructuoso, los griegos conquista ron Troya con un caballo de madera, que entregaron a los troyanos como ofrenda a los dioses, coincidiendo con su supuesta rendición. Éstos, que conformaban un pueblo muy devoto, cayeron en el engaño y lo introdujeron en la ciudad amurallada. Al caer la noche, de su interior salió un grupo de soldados de élite que acabó con los centinelas y abrió las puertas de la ciudad al ejército invasor, tomándola y terminando la guerra. Desde entonces, el mito del caballo de Troya se aplica como metáfora en todas aquellas situaciones en que una acción aparentemente inocente esconde una maniobra maquiavélica.
Muchos empresarios del sector del ocio nocturno de Ibiza hemos asistido estupefactos al desembarco de un auténtico caballo de Troya en la Asociación Balear de Ocio Nocturno y Entretenimiento (Abone), que, desde su sede en Mallorca, hasta ahora nos representaba en la defensa de nuestros intereses, bajo la presidencia de Jesús Sánchez. Los hilos de esta jugada los está manejando en la sombra la Asociación Ocio de Ibiza, cuya táctica no es otra que silenciar a un colectivo que venía haciéndoles frente desde hace una década, para frenar la competencia desleal y el abuso de muchos de sus asociados que, con el hotel-discoteca Ushuaïa como punta de lanza, se dedican al ocio diurno al aire libre en la costa, sin tener una licencia real de actividad que les ampare, anticipándose al nocturno.
Ocio de Ibiza, en este sentido, funciona como una empresa de blanqueo de capitales, solo que en vez de operar con dinero trabaja con leyes y ordenanzas, rebuscando y aprovechándose de los vacíos legales que ellos mismos van fabricando, en connivencia con algunos políticos, que ponen en marcha los cambios legislativos necesarios y les dan cauce a través del Parlament y las admi nistraciones insulares y locales. En este caso fue la autorización por parte del Ayuntamiento de Calviá a un programa de conciertos diurnos en la terraza de la piscina que ofrecía el Hotel Mallorca Rocks, hasta entonces llamado Hotel Fiesta Trópico. El empresario Andy McKay, en el libro ‘Ba learic’, de Christian Len y Luis Costa, reconoce literalmente cómo el Sr. Matutes movió los hilos para solucionarles la papeleta. En paralelo a estas estrategias abrió en Ibiza el Hotel Ushuaïa.
El siguiente paso fue la aprobación en el Parlament balear de la ley turística de 2012, que permite actividades complementarias en los establecimientos turísticos, sin dar más detalles, y que tam bién introduce la figura del Club de playa, que no ha interesado a nadie ni se ha desarrollado en ningún momento. Ya estaba hecha la coartada, el vacío legal necesario. La impulsó el conseller de Turismo, Carlos Delgado, curiosamente alcalde de Calvià cuando a Mallorca Rocks se le autoriza ron los conciertos, rompiendo la baraja de las licencias de actividad que hasta entonces imperaban.
Cabe recordar que el funcionamiento de discotecas y salas de fiestas se regulaba con unas normas en cuya elaboración participaba Abone, que también negociaba con la Administración correspon diente el IVA que se aplicaba al sector, los horarios de apertura, los aforos y las reformas que por seguridad hubiera que emprender. Un tiempo después, el Grupo Fiesta de Ibiza se asoció con el Grupo Cursach de Mallorca, para que éste último gestionara el antiguo Mallorca Rocks, toda vez que Fiesta, siguiendo su habitual política empresarial, no renovó el contrato al empresario británico, apropiándose del negocio que éste había montado y que había multiplicado el valor del hotel. Lógico, pues éste ya no era un mero alojamiento sino una sala de fiestas encubierta que facturaba muy por encima de las cifras obtenidas vendiendo habitaciones.
El reciente caballo de Troya de Ocio de Ibiza ya nos lo anticipó el gerente de esta entidad, hace unas semanas, cuando dijo que el modelo de ocio ibicenco se expandiría por Mallorca. El resultado es la nueva junta directiva de Abone, que la componen las siguientes personas: presidente Miguel Pérez-Marsá, director general del grupo Cursach, y vocales Jaime Lledó, director de la zona de Palmanova del Grupo Cursach; Carlos Lucio, director de Mega Park del Grupo Cursach; Gary Steiner, director de zona de la Playa de Palma del Grupo Cursach; Pere Joan Navarro, propietario dela discoteca Lunita de Palma; Martin David Smith, propietario de Son Amar cena-espectáculo; Juan Carlos Gelabert, propietario de Café-Milano, café-concierto; Diego Bouza, propietario de la disco teca Green Hills de Santa Ponsa; Pablo Bestard, del Grupo Palma Ocio, y Jesús Moncada, propietario de Thalassa, en el paseo marítimo de Palma.
¿Qué pasa con los derechos de los miembros de Abone en Ibiza que llevamos tantos años pagando nuestra cuota?»
De los diez miembros de la junta directiva, cuatro, incluido el presidente, pertenecen al Grupo Cur sach, los socios de Matutes en su complejo de ocio diurno de Mallorca. Alguno de ellos, además, está imputado en el denominado caso Cursach, donde la Justicia investiga delitos de tal gravedad que parecen más propios de la época de la ‘Ley Seca’ en los Estados Unidos. ¿Cómo es posible que se haya hecho con las riendas de Abone un grupo de empresarios con unos fines tan específicos y contrarios al interés general de los asociados que formamos parte de esta entidad y cuya integridad como gestores, en algún caso, está siendo investigada por los tribunales?
¿Qué pasa con los derechos de los miembros de Abone en Ibiza que llevamos tantos años pagando nuestra cuota? Abone se crea a partir de la Asociación de Empresarios de Salas de Fiestas y Discotecas de las Islas Baleares, que se fundó en los años sesenta, aglutinando a todo el empresa riado nocturno del archipiélago. Su larga historia ha generado un patrimonio cultural e histórico muy valioso, que conforma la evolución del ocio nocturno con orquesta y espectáculos, medios electromecánicos, discotecas, música en vivo, etcétera. Ahora, sin embargo, la única música que parece sonar en la sede de Abone es un “réquiem” por su entierro definitivo. Los socios tenemos todo el derecho a que este patrimonio se conserve, reivindique, digitalice y haga público. Se trata de unos derechos históricos que son inalienables y, por tanto, la junta directiva actual debe saber que desconfiamos tanto de su buen hacer, como de las prácticas ocultas que puedan ir aflorando.
Y mientras todo esto ocurre, la prensa de Ibiza nos informa a diario de lo que va aconteciendo en la sala de vistas de Ibiza en la que se juzga a los policías que robaron la supuesta cifra de 2,7 millones de euros de la caja de caudales del Grupo Fiesta. Pero solo en la prensa de Ibiza, porque de momento no hemos visto el caso reflejado en la prensa nacional, a pesar de que la víctima del robo es un ex ministro. O dicha prensa considera al Sr. Matutes lo suficientemente irrelevante como para no citarlo en sus páginas, o nuevamente se ha impuesto la ley del silencio.
Me gustaría terminar este artículo recordando el juramento que hacían los aragoneses cuando era coronado el nuevo rey de Aragón: “Nos, que somos y valemos tanto como vos, pero juntos más que vos, os hacemos Principal, Rey y Señor entre los iguales, con tal que guardéis nuestros fueros y libertades; y si no, no”. Pues eso; y si no, no…
Por Pepe Roselló.