El celebrado intérprete Vittorio Gassman dijo una vez que “un buen actor es un hombre que ofrece tan real la mentira que todos participan de ella”. La vida está llena de artistas magníficamente dotados, que sin embargo no actúan sobre las tablas ni bajo las tramoyas, sino en los parlamentos, los juzgados y los despachos.
En contadas ocasiones, estos espléndidos comediantes se salen de la norma y acuden a los escenarios, pero solo para beneficiarse de la grandeza que desprenden dichos coliseos. En ellos, lo habitual es que el público sea perfectamente consciente de que aquello que se despliega ante sus ojos no es más que un drama o una pantomima; pura ficción. Sin embargo, no fue así cuando el presidente Pedro Sánchez acudió al Gran Teatro del Liceo para escenificar los indultos a los presos secesionistas, desde el mismo escenario que han pisado Renata Tebaldi, Luciano Pavarotti o Montserrat Caballé. La elección de este epicentro de la cultura catalana ha estado cargada de simbolismo, pero al mismo tiempo constituye la profanación de un santuario que debería destinarse exclusivamente a las artes más excelsas.
La fusión de teatro, espectáculo y política, en todo caso, es extremadamente contagiosa y el virus poco ha tardado en desembarcar en nuestra querida isla, que estos días ha recibido una noticia muy positiva relacionada con el arte y la cultura: la puesta en marcha de la segunda fase del Palacio de Congresos de Santa Eulària, para completar el proyecto mas ilusionante que se ha concebido en la isla en los últimos tiempos. Como ejemplo de su potencial, las maravillosas óperas organizadas en el actual auditorio por Armin Heinemann, de Paula’s Ibiza.
El asunto ha levantado ampollas, sobre todo por el presupuesto de las obras, de unos 20 millones de euros, que ya son otro cantar. El portavoz socialista en Sant Antoni ha pedido al alcalde y a su vicealcalde hacer guardia a las puertas del despacho del presidente del Consell hasta conseguir una cantidad parecida para su ayuntamiento, que también pretende algo similar o incluso mejor. La vida es puro teatro, aunque en política está muy mal representado.
El Ayuntamiento que por el momento no ha alzado la voz es Sant Josep. Ahora que ‘Agustinet’ ha sido promovido a responsabilidades superiores en el Govern balear, ha dejado su municipio repleto de obras de arte, museos y escenarios. Un programa artístico desplegado meticulosamente, con una interpretación muy personal que ha completado el ciclo iniciado en Santa Eulària unos años antes. A Sant Josep no le hacen falta palacios de congresos ni teatros. En Platja d’en Bossa ya tiene las obras terminadas de uno con capacidad para 8.000 personas, solo con unos permisos de altavoces, de música supuestamente sin molestar y, eso sí, unos monumentales escenarios. Así que vayan aprendiendo los demás municipios; todo sin poner un ladrillo.
Claro que la orquesta de Platja d’en Bossa la dirige el ‘Rey Sol’, que con su influencia en los despachos del Govern balear y la intercesión de su particular Richelieu, el antiguo conseller de Turismo Carlos Delgado, pudo poner en marcha dicha platea, llenarla a diario con el beneplácito del Ayuntamiento y, por fin, entregar el testigo a su delfín y sucesor. El ‘Rey Sol’ incluso fue más allá y, cuando ocupaba la presidencia de la Mesa del Turismo, propuso a su hijo para la Medalla al Mérito del Turismo por la “innovación” de Platja d’en Bossa y el interés general de la isla a la que tanto bien han dispensado. El premio, por supuesto, le fue concedido. ¿Alguien conoce una definición mejor de nepotismo?
Nuestro ‘Rey Sol’, decíamos, erigió un teatro tan grande como el Real de Madrid, la Scala de Milán y el Metropolitan de Nueva York juntos, alineados uno al lado del otro, sin levantar una sola pared ni sostener un palmo de techo. Le bastó con construir un escenario desnudo en la terraza de la piscina de su hotel, subir a las tablas a los más afamados apóstoles de la música electrónica y dedicarse a vender entradas.
Ahora, el rey y su delfín ya no tienen un hotel sino un negocio infinitamente más lucrativo y valioso. Si en lugar de apiñar el rebaño junto a la valla de la piscina, contraviniendo las más elementales precauciones en materia de seguridad, se hubiesen construido los tres teatros uno tras otro, proyectados hacia el mar, los del Real aún podrían sentarse sobre la arena, pero los de la Scala ya se mojarían el culo y los del Metropolitan directamente tendrían que echar mano del salvavidas.
Como los ayuntamientos de Sant Antoni y Sant Josep comparten la bahía de Portmany, que es la joya de la isla, tal vez sería bueno que el primero se pusiera de acuerdo con el segundo y reclamar al Sr. Matutes la cesión de los derechos del Ushuaïa una temporada, y así recaudar fondos para financiar su propio palacio de congresos, como buenos vecinos que son.
Una sucesión de tejemanejes políticos y burocráticos, ya sobradamente inventariados en anteriores artículos, han permitido que este despropósito se asiente, fructifique y cumpla su primera década de existencia, ante el pasmo y la impotencia del sector del ocio nocturno. El hotel-discoteca va cambiando de apellidos según soplen los vientos legislativos y judiciales, pero siempre mantiene el nombre: Ushuaïa. A veces es un restaurante que pone música, otras un hotel que ofrece espectáculos, luego un beach club con animación y, finalmente, cuando le conceden un premio y todo el mundo se quita la careta, la mejor discoteca del mundo. ¿Cómo se puede ser todo a la vez y no ser una sola cosa al mismo tiempo?
Esta multiplicidad de denominaciones incluso se reitera en los documentos oficiales de las propias administraciones involucradas, que además se contradicen. En el registro insular de Empresas, Actividades y Establecimientos, Ushuaïa aparece como “sala de fiestas” integrada en un hotel del mismo nombre, con capacidad para 7.866 personas. ¿Qué pasa en el registro de actividades del Consell Insular donde los registrados no ostentan los títulos habilitantes para ello? ¿Acaso esta dicotomía hotel/sala de fiestas se inscribe simplemente presentando una instancia?
En otro certificado expedido por el Ayuntamiento de Sant Josep se afirma que su capacidad es de 4.957 personas para las actuaciones musicales al aire libre en la terraza. Este documento, que firma el propio ‘Agustinet’, añade que el Ushuaïa tiene concedido el título habilitante preceptivo para ejercer la actividad de “hotel y club”. ¿Cómo es posible que ocurra algo así cuando la categoría “club” no existe en las de actividades recreativas, salvo que sea privado? Si la innovación de este hotel pasa por tres teatros en uno, tres restaurantes en uno, música para todos y fiesta para los tres y a pleno lujo, lo único que tenemos es un uso fraudulento a todas horas.
En los teatros, entre bambalinas y el telón de fondo, ocurren todo tipo de pactos indecentes, impresentables y corruptos; alianzas urdidas entre las sombras que atentan contra la moral y que hay que sacar a la luz. Como Jesús dijo a los judíos, “la verdad os hará libres”.
Sobre la música se han escrito palabras maravillosas. Nietzsche dijo que, sin música, la vida sería un error. Schumann comentó que es un lenguaje que nos permite comunicarnos con el más allá. Cervantes añadió que la música compone los ánimos descompuestos y alivia los trabajos que nacen del espíritu. Sin embargo, quienes amamos la música también sabemos que es un arma carente de inocencia y que, como acabamos de ver, tiene la capacidad de producir el milagro de los panes y los peces. ¿Por cuánto tiempo se seguirá interpretando y permitiendo el esperpento de Platja d’en Bossa? De momento, Ushuaïa ya está a punto de anunciar su inminente apertura y el programa artístico para la temporada 2021.
Pepe Roselló
Querido Pepe, no sabes el cabreo que cojo cada vez que leo tú batalla por lograr justicia en el ocio balear.Cabreo por no poder ayudarte en un tema, que viéndolo tan claro, desconozco y metería la pata pues mi tendencia al garrotazo y tentetieso,haría infructuosa la ayuda.Pero jode ver clarísimas las cacicadas y no poder equilibrar la contienda.
Ya soy mayor para determinadas acciones, pero me gustaría “ un montón “ mandar a tomarporculo a alguno.
Porque, además, creo que les gustaría.
Ya estamos otra vez con las batallitas del abuelo cebolleta. La degeneración cognitiva propia de la edad acelerada por la de tantas noches en vela. Siempre con la paja en el ojo ajeno
Exactamente estaba pensando eso mismo
Gracias por tus artículos Pepe.
Estas son las verdades que todos sabemos, pero nadie se atreve a decir en esta isla en voz muy alta, no sea que acabe arruinado…
De orden del Señor Matutes, se hace saber, que Ushuaia es uno y trino.
https://www.youtube.com/watch?v=oSSlIakN9XE
https://dle.rae.es/cacique