@C. Vidal / Sant Cristòfol, patrón de es Canar y de todos los conductores, tuvo poco trabajo este año. Apenas media docena de carros de época fueron bendecidos por el obispo en nombre del santo, en una ceremonia que duró menos de un minuto. «La crisis parece que afecta también a los carreteros», bromeaba uno de los presentes.
La ceremonia religiosa comenzó a las 12,00 horas en la pequeña capilla de es Canar presidida por el obispo de Eivissa, Vicente Juan Segura, y con la presencia del presidente del Consell Insular d’Eivissa, Vicent Serra, y del alcalde de Santa Eulària, Vicent Marí.
Tras la misa, que contó con las voces del coro de Sant Carles, tocaba el tradicional desfile de carros, que fueron bendecidos en primer lugar por el prelado antes de dirigirse a la calle principal de es Canar ante la perpleja mirada de los turistas ingleses.
Mientras tanto, varios vecinos empezaban a preparar las paellas que, aunque ya no entran en concurso, siguen siendo uno de los platos fuertes de la festividad. La comitiva encabezada por Vicent Serra y Vicent Mari se detuvo unos minutos a hablar con uno de los cocineros, ataviado con una gorra del Barça y un delantal que ponía «El culé cuiner».
Por la tarde, a partir de las 17,00 horas, tocaba visita al mercado hippy de Punta Arabí, que este año ha sido declarado Lugar de Interés Turístico Municipal y que, como suele ser habitual, estaba a rebosar de turistas.
La festividad continuaba después con varias actividades más a ritmo de música y de desfiles. Primero fue la banda musical de Santa Eulària y, después, el baile folclórico a cargo de Sa Colla de Sant Carles en el puerto, donde hubo además un desfile de modelos. Hugh Kanza y Soul Music amenizaron las fiestas a partir de las 22,00 horas, dando paso, a la medianoche, a los tradicionales fuegos artificiales.