José Manuel Piña Vives / Concha García Campoy, la periodista universal surgida de Eivissa para toda España, perdió finalmente la lucha contra la muerte que llevaba dos años manteniendo con gran valentía y entereza. Sólo esa siniestra y estúpida dama, hija de la peor madre posible -cabrona, despiadada, injusta, cruel, mentirosa y tramposa-, podía terminar con tanta vitalidad, alegría de vivir y esperanza en todo y en todos como albergaba su espléndido e inabarcable corazón, reflejo natural de su alma limpia y hermosa, muy hermosa.
Un alma que se transparentaba a través de sus ojos expresivos y su franca sonrisa siempre desplegada a toda vela. Hace dos años, durante las Navidades de 2011, los médicos le diagnosticaron una de las enfermedades más destructivas y traidoras del mapa sanitario: la leucemia, que convierte en agua tóxica los imprescindibles glóbulos rojos. Sin embargo, los avances de la ciencia y los resultados favorables de las primeras actuaciones médicas en Madrid y Valencia la mantuvieron con la moral a prueba de bomba hasta sus últimos minutos.
Con Concha García Campoy desaparece una de las máximas figuras ibicencas del periodismo, con toda la seguridad la mejor junto con la espléndida Pilar Bonet. La Campoy había repartido su enorme talento a lo largo de una intensa pero serena trayectoria profesional que la llevó de Radio Popular de Ibiza (COPE) y la primera etapa ibicenca del rotativo Última Hora a emisoras punteras de radio y televisión como la Cadena SER, Onda Cero, Punto Radio, Radio Nacional de España, Televisión Española, La 2, Antena 3 y Tele 5. En todos estos medios destacó siempre por la frescura de sus propuestas, la calidad de sus argumentaciones, su ecuánime punto crítico y su capacidad para empatizar con todos sus entrevistados, aunque estuviesen en las antípodas de su forma de pensar.
Nacida en Terrassa (Barcelona), hija de emigrantes andaluces (Jamilena, Jaén), Concha García Campoy llegó a Eivissa con sólo siete años de edad. Acudió a la escuela peparatoria que doña Emilia dirigía en Dalt Vila para pasar después al instituto Santa María, donde nunca fue una gran estudiante, aunque muchos profesores la recuerdan aún con gran afecto. Su calidad humana sí era ya enorme. Estudió periodismo en la Autónoma de Barcelona y su primer trabajo fue en la COPE ibicenca. Allí fue descubierta por el periodista y escritor Fernando Delgado, que le facilitó el acceso a TVE a través de su canal autonómico.
De ahí su camino a la popularidad estatal por medio de una carrera profesional impecable, que le valió varios importantes premios como el Ondas. En sus últimos años, se había convertido en la portavoz de la Academia de las Artes y las Ciencias Televisivas que dirige Manuel Campo Vidal, actuando como anfitriona de los últimos debates televisivos entre los candidatos a la presidencia del Gobierno. Descansará en paz, seguro, como premio a una vida tan intensa y apasionante, pero demasiado corta.
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