Las nuevas normas impulsadas por el Govern balear para contener la incidencia del virus del covid y las irresponsabilidades contemplan, entre otros aspectos, multas que van desde los mil a los cinco mil euros para los asistentes a botellones o fiestas ilegales en casas. Si uno de los participantes de uno de estos encuentros está pendiente de una PCR, la multa sube a dos mil euros y si es positivo, a cinco mil.
Además, si algún comercio vende alcohol después de las diez de la noche, será sancionado con una multa de, como mínimo, cinco mil euros. Por otro lado, si las fiestas ilegales tienen lugar en una casa de campo de alquiler, el propietario de la misma tendrá que notificar los datos de los arrendatarios y los promotores de la fiesta o, de lo contrario, también será multado con hasta sanciones de 600.000 euros.
Por otro lado, se reducen de nuevo las reuniones sociales y familiares hasta el final del verano, aunque siempre según los datos sanitarios. Por tanto, cuando la incidencia acumulada a 14 días sea superior a 450 casos y la presión hospitalaria supere el 10%, no se podrán celebrar encuentros entre no convivientes entre la una y las seis de la mañana, ni en interiores ni exteriores.
Si la incidencia es de 350 casos por cada 100 mil habitantes, como es el caso de Formentera, las reuniones podrán ser hasta las dos de la madrugada. En el resto de las islas, así como están los datos ahora mismo, las reuniones deben acabar a la una de la madrugada, o, de lo contrario, los participantes se exponen también a una sanción si son localizados.
El Goven balear apunta que estas medidas van destinadas a frenar las masificaciones vividas en las islas en las últimas semanas en fiestas privadas y botellones y que, según han podido comprobar, han supuesto importantes focos de infección y transmisión del virus entre los participantes y sus contactos estrechos.
En cuanto a la restauración, la hora de cierre se adelanta una hora y pasa de las dos a la una de la madrugada y con el 50 por ciento de aforo en los interiores, como hasta ahora. En las terrazas, en cambio, la ocupación máxima por mesa pasa de 12 a ocho personas como máximo y se limita también de seis a cuatro en los interiores.
El uso de la mascarilla en exteriores sigue igual y, por tanto, no será obligatorio, aunque desde el Govern recomiendan su utilización en espacios al aire libre y recuerdan que debe llevarse puesta cuando no se pueda mantener la distancia de metro y medio con personas no convivientes.
También hay novedades en cuanto a los actos culturales, cuyo aforo máximo permitido se reduce al 75 por ciento y los asistentes deben permanecer sentados a lo largo de toda la actividad, con un máximo de hasta 2.500 participantes en los eventos que se celebren al aire libre, y que también deberán terminar, como máximo, a la una de la madrugada.
Esta regulación, que entrará en vigor este jueves, tendrá que ser ratificada por el Parlament balear.