El precio medio de la electricidad sigue disparado en el mercado mayorista y pulveriza todos los registros, alcanzando para mañana el máximo en la historia -106,57 euros/megavatio (MWh)-, y su impacto en la factura del consumidor sólo lo recorta la rebaja del IVA del 21% al 10%.
La electricidad rebasa mañana, miércoles, el máximo histórico de 103,76 euros/MWh que marcó el 11 de enero de 2002, al que supera en 2,81 euros.
La luz se encarece así un 4,6 % respecto a hoy, el segundo días más caro desde que hay registros, con una media diaria de 110,64 euros/MWh.
Según el Operador del Mercado Ibérico de la Electricidad (OMIE), por franjas horarias el precio para mañana llegará incluso a alcanzar un máximo de 110,64 euros/MWh y el mínimo estará también por encima de los 100 euros, alcanzando 100,83 euros/MWh.
El precio medio de la electricidad ha estado por encima de los 90 euros/MWh durante 15 de los 21 primeros días de julio -dos de ellos por encima de los 100 euros/MWh- y sólo seis por debajo.
La media de precio durante esos primeros 21 días de julio es de 92,04 euros/MWh, también el precio medio más alto en un mes desde que hay registros.
Estos altos precios repercuten en la factura de la luz que pagan los consumidores acogidos a la tarifa regulada o Precio Voluntario al Pequeños Consumidor (PVPC), que tienen, entre otros, los beneficiarios del bono social eléctrico, un descuento en la factura de la luz que disfrutan los consumidores calificados como vulnerables.
Impactos
Algo más de diez millones de hogares están acogidos a esta tarifa, en cuyo recibo los precios de la luz en el mercado mayorista -en el que los generadores eléctricos casan sus ofertas para el día siguiente- tiene un peso del 24 %.
Los alrededor de 17 millones que están en el mercado libre, que pagan por el kilovatio hora los precios que ponen las compañías con las que contratan el suministro, no se ven afectados por las oscilaciones al alza, pero tampoco se benefician cuando se producen a la baja, como ocurrió el año pasado.
No obstante, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha detectado cada vez son más las ofertas a los nuevos clientes del mercado libre que carecen del compromiso de mantener el precio contratado durante un periodo de tiempo, normalmente anual, y los contratos recogen la posibilidad de actualizar precios cuando la empresa lo estime oportuno o con un preaviso.
Para un consumidor tipo acogido a la tarifa regulada -con una potencia contratada de 4,4 kilovatios, un consumo mensual de 250 kilovatios hora (KWh) al mes (distribuido en 70 KWh en horario punta, 60 KWh en horario llano y 120 KWh en valle)-, el recibo de la luz en los 20 primeros día de julio de 56,69 euros, menor que el de junio, si bien hay que tener en cuenta que el Gobierno ha rebajado hasta fin de año el IVA de la luz del 21 % al 10 %.
La factura de julio es así un 4,17 % más barata (2,47 euros menos) a la del mismo periodo de junio, cuando se alcanzó el recibo más alto de 2021, con 62,94 euros (un 3,6 % más que en mayo, que era hasta el de junio el mayor del año).
Si se compara la factura de los 20 primeros días de julio con la del mismo periodo de 2020- año marcado por la pandemia y los confinamientos-, sería un 36,14 % más cara (15,05 euros) y si la comparación se hace con los primeros 20 días de julio de 2019 un 16,19 % mayor (7,9 euros más).
El mercado, en entredicho
La subida de precios de la luz en el mercado mayorista vuelve a suscitar el debate sobre el funcionamiento de este mercado, de carácter marginal y en el que las tecnologías más baratas cobran el mismo precio que la más cara.
El precio de la luz se está viendo impulsado por los altos precios del gas en los mercados internacionales y de los derechos de emisiones de CO2, pero en paralelo se está produciendo otro fenómeno en el mercado mayorista eléctrico.
En concreto, las centrales sin emisiones están acercando los precios de sus ofertas a las de los ciclos combinados, de forma que aunque, por ejemplo, una hidráulica cierre precio en su banda horaria su precio se aproxima al de los ciclos, que consumen gas y pagan derechos de CO2.
La ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, dijo el pasado 29 de junio que le preocupaba que haya días completos en que tecnologías sin emisiones, que no consumen combustible ni pagan derechos de CO2, aprovechando el «coste de oportunidad», estén acercando el precio de sus ofertas a las de los ciclos combinados de gas.
Ribera señaló que el marco normativo europeo lo puede permitir, pero eso no genera beneficios «salvo para el que recauda», por lo que ha enviado una carta al vicepresidente de la UE, Frans Timmermans, en la que le plantea la necesidad de trabajar en un nuevo diseño del mercado eléctrico ante los cambios que se producen.
Unidas Podemos demanda un cambio de modelo de mercado eléctrico, pero esa propuesta no se incluyó en el acuerdo para el gobierno de coalición, como sí se hizo con la limitación de los «beneficios caídos del cielo» de las eléctricas (la sobrerretribución que obtienen en el mercado las centrales que no emiten CO2 pero que cobran lo mismo que las que sí lo hacen).
No obstante, la ministra aclaró que no cambiará el mercado mayorista de la luz al margen de la UE.
A la espera de futuras reformas, los precios del gas y la electricidad y de los derechos de emisiones de CO2 siguen al alza e impulsando el coste de la luz, y lo seguirán haciendo a medio plazo, según han indicado tanto Ribera como el ministro de Consumo, Alberto Garzón.
EFE