Ya podemos hablar de hechos consumados. Ushuaïa ha vuelto a abrir sus puertas como sala de fiestas, unas semanas después del acto institucional en forma de prueba piloto, celebrada en el Hard Rock Hotel con la participación del presidente del Consell, el conseller Negueruela, el empre sario Abel Matutes como anfitrión y el gerente de ocio de Ibiza, señor Benítez, actuando de comparsa. Allí quedó sellado y puesto a punto el inicio de las actividades recreativas de esta temporada para el ocio nocturno, ocio diurno, música de día, de tarde, de noche y baile a todas horas, que el cuerpo necesita desentumecerse y físicamente desarrollarse.
A partir de ahora, todos atentos a las señales que nos llegan a los tímpanos, procedentes de estas fiestas que se están desarrollando en todos los frentes de la isla. El móvil sirve como instrumento y localización de este nuevo departamento de actividades recreativas, que el COVID nos ha dejado como testigo de su paso por la isla, ahora que ya hemos entrado en el mes de agosto.
Aquel encuentro de la fiesta piloto en el Hard Rock, con el membrete ‘Children of the 80’s’, con el fin se autentificar el sello de la fiesta que ya se venía realizando, era el cuño Matutes que garantizaba su nueva y próxima realización. Sin embargo, afloró inesperadamente un grave inconveniente en este onírico paisaje de lo que se celebraba en Ibiza: una fiesta de reguetón en la plaza de toros de Palma, que enterraba todas las ilusiones, previsiones, buenas intenciones y precauciones. La infección de una cantidad enorme de jóvenes estudiantes hizo saltar por los aires todas las esperanzas de la bonanza que nos dejarían estas dos pruebas piloto.
El tema del secuestro e internamiento en el hotel Bellver de docenas de jóvenes, por cierto, ya ha tenido cauce en la Justicia al imputar a la señora Font, directora general de Salud Pública del Govern balear, por detención ilegal y confinamiento obligado sin pruebas positivas del Covid-19.
Aquellos parabienes y saludos afectuosos del Hard Rock, los efectos adversos de la plaza de toros y la confrontación de responsabilidades a las que estamos acostumbrados, como no podía ser de otra manera, han derivado en una proliferación de eventos y fiestas ilegales que sacuden la isla en la costa, en el interior, en los pisos, en la calle… Y como no hemos llegado a tiempo de cambiar el código penal, cuestión tan solicitado durante el invierno por el vicepresidente de la CAEB y por el gerente de Ocio de Ibiza, ahora nos encontramos sin medios para contener este alud de fiestas, legales ninguna, y todas las demás a gusto del consumidor, el grito en el cielo, dinero negro, sin impuestos, ni declaraciones responsables, ni horarios, ni aforos, ni algo que se sepa auténtico.
La confrontación entre el conseller Negueruela y el Consell Insular d’Eivissa no ha tardado en estallar en los medios: “Que el presidente haga su trabajo”, le ha dicho Negueruela a Vicent Marí. El Consell tiene cedidas las transferencias turísticas, pues que las ordene y las regule. Como respuesta, el vicepresidente primero y conseller de Infraestructuras Viarias, Ordenación Turística y Lucha contra el Intrusismo, Mariano Juan: “Nos han dejado solos”, frente a este desbarajuste del ocio nocturno. Ahora el Consell insular rastreará la redes sociales y se anticipará a la celebración de estas fiestas mediante la contratación de una empresa externa de detectives (¿financiada o estructurada con la colaboración de Ocio de Ibiza?), para controlar el desarrollo de este plan tan ambicioso como necesario: el fin y el objetivo es frenar y evitar que se celebren estas fiestas para que sus clientes no anden desparramados por los campos y las villas, lo que mermaría su facturación habitual, esa misma a la que están acostumbrados en tiempos de bonanza.
Lo tienen claro. No pueden competir con tanta fiesta que se está celebrando en la isla con flagrante ilegalidad, pero igual de flagrante que cuando el hotel Ushuaïa emprendió su actividad, el 28 de mayo de 2011, bajo el eslogan “El hotel que nunca duerme”. Y recordemos que, en 2011, no había ley turística, ni horarios, ni calificación que ampara este desafuero. Simplemente existía el matasellos Matutes, que desde entonces ha entronizado estos modos y este mal hacer, que nos han per seguido a toda la industria del ocio y a la hostelería, durante tantos años.
Ahora toca revalidar tantos sacrificios y buenos resultados, estando presentes de nuevo en esta desescalada tumultuosa, con nuestras actividades complementarias, las principales y todas las que nosotros implementemos, con nuestro poder de seducción y transgresión, porque somos geniales y beneficiamos a toda Ibiza.
Ushuaïa ha reabierto este sábado, pero transformando la discoteca en un restaurante con animación musical. El epicentro del ocio nocturno ya no es la pista de baile, sino las mesas; y todos van a ser estrellas: los dj’s, los chef y el lío que tienen organizado.
En el registro de actividades turísticas del Consell Insular figura un expediente con número 15/2016- 0604 que incluye la ficha técnica de la “oferta de entretenimiento llamada Ushuaïa Ibiza”, en el hotel del mismo nombre, que tiene 417 habitaciones y 838 plazas. Dice que la capacidad de esta “sala de fiestas” es de 7.866 plazas, distribuidas así: 70 en barra, 7.796 en terraza y 0 personas en la sala. A buen entendedor, sobran las palabras.
El asunto aún se complica más al revisar el aforo que le autoriza el Ayuntamiento de Sant Josep, que le deja actuar como hotel y “club” con espectáculos en su terraza, que es de 4.957 personas. Sorprende, y mucho, la diferencia de más de 3.000 personas entre el aforo que establece una ad ministración y otra, pero aún resulta más surrealista que el consistorio de Sant Josep lo defina como “club”, cuando ésta es una categoría que no existe en la legislación que regula la industria del ocio. A los únicos “clubs” vinculados al ocio nocturno con servicio de habitaciones se les conoce como burdeles.
Mientras tanto, las instituciones mallorquinas ganan juicios por negarse a autorizar estas actividades complementarias, que son una tomadura de pelo y se apoderan de la clientela de los auténticos poseedores de las licencias de actividades pertinentes. Ahora veremos cómo se suceden los acontecimientos durante el mes de agosto y el resto de temporada en el puerto de Ibiza, en Sant Antoni y en tantos comercios y restaurantes de toda la isla. Desde un punto de vista físico, el principio de impenetrabilidad establece que dos cuerpos no pueden ocupar el mismo espacio al mismo tiempo. En esta nueva sala de fiestas, sin embargo, observamos cómo caben miles de individuos en una sala que tiene 0 personas de aforo, según consta en su ficha técnica. Seguro que se les ocurre alguna justificación que explique este privilegio, al que no ha tenido acceso el resto de la ciudadanía, ni en la escalada, ni en la desescalada.
Ushuaïa, durante todos estos años, con el matasellos y los cuños matuteros estampados en su papeleo y en las firmas digitales, se ha convertido en un emporio transgénico; con la ley pero fuera de la ley, inocuo pero venenoso, nocivo pero beneficioso para quien ostenta este don de crear este organismo vivo que ha sido realizado artificialmente y modificado genéticamente, empleando esta rama de la biotecnología que permite franquear las barreras interespecíficas y alumbrar seres vivos que de otra forma no podrían ocurrir en la naturaleza.
Las fiestas ilegales tienen impunidad, pero obligan a cerrar el ocio nocturno que trabaja de forma legal. Si no hay orden, ni ley, ni se atajan los focos de contagio, tendremos quinta, sexta y séptima ola. Los empresarios del ocio nocturno ofrecen abrir las discotecas con seguridad y en condiciones, pero no les dejan. ¿Cómo se puede entender esto? Además, esta sensación de impunidad que hay en Ibiza se traslada a todos los ámbitos de la isla. Lo dijo muy claro hace unos días el doctor Francisco Vilás, consejero delegado del Grupo Policlínica: “En Eivissa sube la incidencia de Covid por que hay un descontrol absoluto”.
Pepe Roselló
Tener que reinventarse porque las cosas por ahora no van como todos querríamos es lógico y necesario. Ojalá todo el mundo siguiese el mismo camino. Cena espectáculo, porqué no? Lo hace el Lío en Ibiza, que hace muchísimo más ruido que este y no veo al abuelo cebolleta hablar ni quejarse nunca de ellos. En un escenario normal, este venerable anciano estaría disfrutando de su vejez navegando, y disfrutando de su familia y de su jubilación. Pero erre que erre con la cantinela. Debería saber que un exceso de bilis a su edad es perjudicial. Esta estrategia que han decidido seguir este buen hombre y el grupito que han formado de incondicionales (o de estómagos agradecidos) ya la pusieron sobre la mesa personajes como Villalonga y cía; y así les fue. Pero lo que más me extraña de todo esto, después de haber conocido un poco al personaje, es ese lenguaje tan falaz, esa manera tan barriobajera de señalar y dirigirse a otras personas cuando él mismo se las da de persona cultivada y elegante. O a lo mejor es que él pone la firma y sus compinches redactan las cartas. No se.
Al igual que con los taxis, las licencias solo sirven para acaparar poder, otorgando favores y destruyendo el empeño de los enemigos.
que pesao! vete a contar tu dinerito, pepe!