“Me quedo en el Bàsquet Sant Antoni porque me lo pide el corazón”. Con estas palabras definía Jordi Grimau, el año pasado, su sentimiento por el club de Portmany y explicaba su renovación como jugador de la plantilla del equipo de la Liga EBA.
El catalán, estandarte de la entidad y uno de los grandes culpables del crecimiento de la misma, seguirá vinculado al Sant Antoni como jugador del primer equipo, faceta que compaginará con la de director deportivo. Su experiencia y liderazgo continuarán al servicio de los sanantonienses, ahora en la exigente LEB Plata.
El escolta barcelonés, de 38 años, que cuenta en su currículum con una amplia trayectoria en el baloncesto profesional tanto en la Liga ACB como en la LEB Oro, sigue teniendo calidad suficiente para poder ayudar al Bàsquet Sant Antoni tanto en la pista como fuera de ella.
Ya lo demostró el curso pasado, en el que fue uno de los puntales del equipo balear, con el que promedió en la Liga 14,1 puntos por partido, 6 rebotes y 2,7 asistencias.
Su aportación en la tercera categoría del baloncesto nacional será fundamental para que el Sant Antoni logre la permanencia como principal objetivo. Sería un paso más en la progresión del club, un reto que Grimau se ha marcado para cumplir en la hoja de ruta de los de Portmany.