El grave incidente protagonizado en la noche del sábado 28 de agosto por el ferri ‘San Gwann’ de la naviera FRS, es el enésimo incidente marítimo que se produce en aguas pitiusas, que analizado con perspectiva presenta tal cúmulo de incidentes inexplicables que ni en el Triángulo de las Bermudas, oiga.
Ya a principios de junio el buque carguero River Thames, con bandera de Vanuatu (no me pregunte dónde está ese país), quedó encallado en Formentera, en la Platja des Valencians. ¿Qué sucedió? Se supone que el patrón del barco o quien estuviera al timón se quedó dormido, porque embarrancó directo en la playa, con buena mar y sin ninguna maniobra extraña. Pero oficialmente no sabemos los detalles ni los sabremos nunca, porque estas cosas no trascienden.
El 17 de agosto pasado, el ferri Formentera Direct de Balearia abordó a una embarcación de recreo dentro del Puerto de Ibiza. Hubo una persona fallecida, otro herido leve y sólo se recuperaron los restos de la pequeña lancha. ¿Qué pasó? Se investiga. Vete tú a saber…
No mencionaremos los miles de incidentes que se producen entre pequeñas embarcaciones recreativas que atestan las aguas Pitiusas y cuyo control se escapa de las autoridades porque sencillamente es imposible el mínimo control ni vigilancia cuando ni siquiera tenemos un destacamento permanente del Servicio Marítimo de la Guardia Civil. Dado que no hay prevención ninguna, debemos concentrarnos en la labor paliativa y en la investigación por parte de Capitanía Marítima. Pero de sus pesquisas raramente sabemos nada. Habrá que resignarse y seguir padeciendo accidentes misteriosos e inexplicables en la mar, que forjarán leyendas y nos tendrán atónitos ante la tele viendo repetidamente la imagen de un ferri cual ballena varada en la arena, sobre un islote que todo el mundo conoce y que está perfectamente señalizado en las cartas náuticas y en los equipos GPS más modestos.
Siempre podremos llamar a Iker Jiménez para que aborde este enorme misterio en su programa Cuarto Milenio y arroje luz sobre este insoportable nivel de siniestralidad en las aguas del archipiélago de las Pitiusas. Sólo él puede desentrañar esta maraña inexplicable de accidentes que se escapan de la lógica. O eso o llamar a Mulder y Scully del FBI, quienes podrán aclarar tanto Expediente X.