El entrenador del equipo de categoría benjamín de la UD Ibiza, el conocido deportista ibicenco Paco Serra, desde hace poco también presidente de la junta local del partido político ‘Proposta per les Illes’ en Vila, se ha convertido en una nueva víctima del conflicto generado por el Ayuntamiento de Ibiza entre los clubes deportivos de la ciudad por el uso de las instalaciones deportivas municipales.
Además de entrenador de fútbol, Serra practica desde hace años atletismo en las filas del CA Pitiús y es sobrino del presidente de esta entidad, Toni Roig. Y esto, por lo visto, no es compatible con ocupar un banquillo en las categorías inferiores de la UD Ibiza, que mantiene un pulso con el atletismo y el principal club de esta modalidad en la Isla, precisamente el Pitiús, desde que el consistorio le cediera la parte central de la pista de atletismo.
Según palabras del propio Serra, que ha dado a conoce la noticia a través de sus redes sociales, el presidente de la UD Ibiza, Amadeo Salvo, le ha comunicado, mediante un empleado del club, que tenía que elegir: o dejaba el atletismo o dejaba su cargo de técnico en el equipo benjamín del club de fútbol, algo que «carece de toda lógica».
«Me ha cogido totalmente por sorpresa. De hecho, este pasado fin de semana he estado con los jugadores en un torneo de fútbol en Madrid y ayer, lunes, me vi obligado a dejar el club después de que me pusieran en la tesitura de elegir entre una cosa y otra, cuando lo cierto es que ni interfiere ni afecta a mi trabajo como técnico de un equipo benjamín. Me sabe mal por los niños, y he tenido que decir lo que ha ocurrido porque no quiero que nadie piense que les dejo tirados a principio de temporada».
«Me da pena por los chavales -ha seguido Serra-, puesto que tienen nueve años y hay padres que me han llamado diciéndome que sus hijos estaban llorando, y eso es lo que más me pesa. De todas formas, les animo a que sigan formándose como jugadores en este club, y aprendan los valores que conlleva el deporte en grupo, en este caso el fútbol».
A Serra no le cabe duda de que esta medida se ha adoptado, «sin lugar a dudas», por la mala relación que existe entre ambos clubes desde que el Ayuntamiento de Ibiza tomara una serie de decisiones que han supuesto un claro perjuicio para los atletas, como se ha visto desde que el pasado 1 de septiembre empezara la temporada atlética.
«No he tomado parte en nada de lo que ha ocurrido. Me he mantenido al margen. Me gusta el atletismo y me gusta el fútbol y ni tan siquiera he dado una sola opinión sobre lo que ha ocurrido, que no creo que sea culpa de un club ni de otro, sino de una mala planificación en materia de política deportiva, que, además, no viene de ahora, sino de lejos, de hace años. Nadie se ha preocupado en pensar que va a necesitar el deporte del municipio a 10 años vista. Y me sorprende hasta dónde han llegado las cosas», señala Serra.
«Estoy seguro de que la concejala de Deportes, Elena López, ha trabajado mucho en los últimos meses, pero lo cierto es que solo se han ido poniendo parches y tapando agujeros con respecto a los problemas surgidos por la falta de instalaciones que sufre el municipio. Y que conste que estoy encantado de que en Ibiza haya un equipo de Segunda A, y estoy convencido, además, de que será bueno para el deporte de la isla, a todos los niveles».
Sin embargo, «el ascenso de la UD ha puesto al descubierto una serie de carencias en materia deportiva que eran evidentes desde hace años y que no se han remediado cuando era el momento, y por eso está ocurriendo lo que está ocurriendo», ha concluido Serra, que no ha cedido a unas presiones que, en definitiva, no hacen más que arrojar más leña al fuego y que, en este caso, solo perjudican a un grupo de niños pequeños.