La tormenta perfecta está aquí: Escasez de materia prima para la construcción y la industria, encarecimiento del transporte marítimo y aumento del coste de la luz, de los combustibles y del gas. Un territorio tan dependiente del transporte como Ibiza ya está sufriendo las consecuencias. El presidente del la Pequeña y Mediana Empresa de Ibiza (Pimeef), Alfonso Rojo, llama a la calma aunque admite que va a haber problemas para acabar obras y que algo tan sencillo como dar un presupuesto es imposible para ciertos sectores.
«Desabastecimiento de producto básico no va a haber; el problema mayor viene de la mano de la escasez de materias primas industriales para Ibiza y Formentera, problemas que ya son patentes y que van a ir a más», admite.
Pintores, carpinteros, electricistas, constructores, y todos los sectores que trabajan con acero, aluminio, madera o derivados del petróleo como pinturas o plásticos «ya tienen problemas de suministro. Todos están teniendo unas carencias de material brutales», admite.
Tanto es así que alerta de que los hoteles de Ibiza que estén haciendo reformas en este momento no tendrán las ventanas puestas a 1 de mayo de 2022 si no ya tienen encargadas y pagadas el 40 por ciento de estas instalaciones.
«Las empresas de construcción e industriales de Ibiza no pueden dar un presupuesto con una validez de 15 días. No se puede dar un presupuesto en construcción en el que intervengan madera, metal, instalaciones eléctricas y cemento, por ejemplo, porque hay escasez y porque los precios suben casi cada día», relata el empresario. «Consuelo Antúnez, presidenta de la Asociación de Construcción y Derivados de la Pimeef , así como los instaladores eléctricos y la Asociación de canteras me han comentado que están teniendo un problema brutal», admite Rojo.
El elevado coste de la energía, tanto de la luz como de los combustibles, se ha sumado al problema de falta de suministro. «Hay cementeras en la Península que están pensado en parar producción porque no pueden asumir el coste energético que les supone fabricar el producto», afirma. «Hay otras que han cambiado los turnos de producción del día a la noche y a los fines de semana para consumir energía en los horarios más baratos. El cemento va a doblar su precio en las próximas semanas, según las previsiones», alerta el empresario.
Pero eso no es todo: el gran temor en Ibiza es cómo va a afectar todo esto a los fletes marítimos, tan importantes para unas islas en la que todo prácticamente llega por barco y solo una pequeña parte por avión.
«Tememos que las navieras revisen los fletes marítimos al alza por los aumentos desorbitados de la factura de la luz y del combustible», admite. No lo han hecho todavía pero lo harán y esos costes repercutirán directamente en el precio final del producto que paga el consumidor.
Pero ¿por qué hay tal carencia de materias primas? «Hay que recordar que hay fábricas paradas en China y ciudades confinadas por completo por los nuevos brotes de Covid. Además, China ha hecho acopio de materias primas para su propio consumo y está derivando a consumo interno productos que antes exportaban, precisamente por esa escasez. El 90 por ciento del acero mundial lo tiene comprado China para todo el 2022», explica Rojo.
También ha habido falta de producción de piezas básicas de automoción, «los famosos chips», que han ralentizado las cadenas de montaje y eso repercute en falta de flotas.
El efecto del ‘Ever Given’
A todo ello se suma el problema global del transporte marítimo que generó el tapón que hizo el barco Ever Given, de la compañía Evergreen, durante seis días del pasado marzo en el canal de Suez. «Ha generado un efecto en cadena o dominó que rompió los plazos y afectó a todo el comercio mundial», analiza el presidente de la Pimeef.
«Hay un problema derivado de ello, que es que en los puertos hay contenedores vacíos pero no hay barcos para llevarse esos contenedores a origen. Hay empresas que tienen bananas en Costa Rica que no tienen contenedores para cargalos porque están en los puertos europeos. Ha habido un desbarajuste del comercio marítimo mundial», pone como ejemplo.
Pero hay más. El ‘tapón’ junto al encarecimiento del combustible ha generado otros problemas. Hasta hace unos meses, traer un contenedor desde China o Tailandia a Barcelona costaba unos 1.800-2.400 euros. En cuatro meses ha pasado a costar 14.000-18.000 euros. «Esto ha provocado que los precios de los productos de importación se hayan encarecido muchísimo, de forma que es más rentable consumir productos industriales españoles. ¿Cuál es el problema? Pues que se ha desmantelado la industria en España o al menos buena parte de ella», lamenta Alfonso Rojo.
Rojo confía en que todos estos problemas vayan desapareciendo o, al menos, mejorando en los próximos meses: «Hay que recordar que Argelia ha cortado el mayor de sus gasoductos con España por la crisis con Marruecos pero, en el momento en que eso se restablezca, el precio de la luz debería volver a la normalidad… pero eso no será hasta febrero o marzo de 2022. Ojalá vuelva todo a su cauce porque, de lo contrario, sería inaguantable», confía el empresario.
En lo referente a productos de tiendas de comercio local, José Javier Marí, presidente de la Asociación de Comerciantes, ha avanzado a Rojo que hay grandes marcas internacionales de zapatillas que han eliminado directamente la colección de verano de zapatillas de 2022 porque no pueden garantizar que tengan las materias primas necesarias para esas zapatillas. «Eso no va a provocar un desabastecimiento como tal pero sí problemas», admite.
Más que desabastecimiento, lo que cree Rojo que va a suponer toda esta crisis es un aumento de precios que se va a notar, sobre todo, a partir de final de año, «cuando las empresas vean lo que han pagado de energía eléctrica, gasoil y los fletes marítimos —que no han aumentado por el momento— pero muy probablemente lo hagan».
Rojo cree que lo que subyace de fondo, al menos en parte, de esta crisis de suministros es el sobreconsumo mundial. Apunta que, en lugar de hacernos reflexionar sobre ello, todo parece ir enfocado «a cómo podemos seguir en la misma vorágine para garantizar que podamos tener los mismos productos que hemos tenido siempre». «Consumir productos más respetuosos con el medio ambiente, más producto local y hacerlo de manera responsable y contenida pueden ser las claves de futuro», según Rojo