La Asociación de Vecinos de Can Bonet, uno de los barrios de Sant Antoni que más ha crecido en la última década, ha celebrado su primera asamblea general desde 2020, un parón provocado por la pandemia.
Unas 80 personas acudieron al pabellón deportivo de Can Bonet y pusieron al día sus reivindicaciones para el barrio que son muchas y están dirigidas tanto al Ayuntamiento como al Consell.
Una de las reivindicaciones principales que surgieron en la asamblea es solicitar al Consell un puente elevado que una los barrios de Can Bonet y Sol y Descanso con el barrio de Can Guillemó.
«El semáforo que hay ahora, más que una solución. es un parche. Un parche en el que se han producido múltiples accidentes por alcance, y si no hay desgracias mayores es por pura suerte, porque el número de vehículos que hace caso omiso al semáforo en rojo es considerable», alerta la asociación en un comunicado.
«Esta solicitud ya se hizo en su momento cuando se estaba elaborando el proyecto del desdoblamiento de la carretera, y la respuesta a nuestra petición fue un no rotundo», lamentan.
Eso no les amilana: «Es hora de retomar el tema y ver si hay ahora mejor voluntad y, sobre todo, conocimiento de cuál es la solución, y ver que esa es la mejor alternativa», remarcan.
«Si se contase el número de personas que cruza por este semáforo, seguro que está por encima y con creces del total de quienes atraviesan todos los puentes que hay a lo largo de la carretera de Ibiza a Sant Antoni. Nunca se ha entendido la negativa a la colocación de un puente en ese punto de la carretera», subrayan en el escrito firmado por la presidenta de la asociación, María José Torres.
La directiva informó, además, de que ya han tenido contactos con el conseller de Infraestructuras, Mariano Juan, para hacerle llegar otra de sus peticiones: recuperar los pivotes o buscar una alternativa eficaz en la EI-30, avinguda de ses Païsses, «ya que evitaban muchos giros prohibidos y peligrosos en esa zona».
«Fueron retirados debido a los problemas de maniobra de los camiones de gran tonelaje que salían de un supermercado, pero, según informó el propio conseller a esta asociación, están buscando una medida alternativa que permita la salida de esos vehículos pero que, a la vez, garantice la seguridad de los vecinos que transitan por esa avenida», avanza los vecinos.
Otras quejas que recogió la asamblea fue el mal estado del asfalto de muchas calles, con socavones que suponen un peligro tanto para vehículos como para peatones.
Además solicitaron la apertura de la calle Atmetllers, «una petición de hace más de veinte años». A día de hoy esta calle está reducida a un tramo de apenas 50 metros, que unen la primera rotonda de la EI-30 con la calle Clavell. «Esta calle sería el cinturón de ronda de ses Païsses y Can Bonet y daría movilidad a muchas vías públicas que ahora tienen que sortear laberintos para salir o entrar del barrio», subrayan.
Durante la asamblea también se dio cuenta del informe de la presidenta, del estado de cuentas y de la renovación de parte de la directiva.
Respecto al barrio de can Bonet lo que hace falta es un PROYECTO DE REORDENACIÓN DEL ACCESO al barrio, que incluya y acondicione un acceso viario (una ROTONDA), junto con pasos peatonales semaforizados, junto con acera que conecte con la Farmacia y G.Civil. No es normal que el 2º núcleo poblacional más importante de Sant Antoni tenga un acceso tercermundista. Para ello, igual que para la pasarela, haría falta expropiar a la parcela de materiales de construcción (cuyo parking en pleno giro y la entrada de trailers a la zona de materiales es un auténtico peligro ya que se quedan atravesados cada mañana generando colas en la ctra. de Ibiza), de hecho se podría trasladar a un polígono industrial.
Lo de la pasarela ojo, puede ser contraproducente, ya que si se elimina el paso semaforizado los vehículos irán a toda velocidad y habrá personas que crucen por debajo de la pasarela para evitar andar tanta distancia. Debe haber un acceso en condiciones, y una pasarela sería un nuevo parche.
Me consta que desde la Asociación se ha trabajado poco, se dedican más a organizar paellas y cruceros que a defender a los intereses de los vecinos. Me consta también que los 80 asistentes son una mínima e irrisoria representación de los residentes del barrio, ya que la desafección ante la inactividad de la asociación ha hecho que cada vez haya menos socios. 80 socios no representan a todo un barrio y eso lo tiene que tener claro su presidenta. También es sorprendente que el cura del barrio sea miembro de la asociación de vecinos que es una entidad social, no religiosa. Antes de solicitar según que medidas debería hablarse con todos los socios y hacerse con consenso, no en base a decisiones individuales y personales y con cierto carácter político contra el gobierno actual municipal. Tampoco es lógico que la sra presidenta aproveche su noviazgo para publicar artículos en determinado medio de Ibiza afín al PSOE. En fin…mucha tela por cortar…