Vicent Marí es presidente del Consell de Ibiza desde julio de 2019. Cuando no llevaba ni un año al frente del cargo estalló la pandemia de la Covid 19 y dinamitó buena parte de los planes del equipo de gobierno que encabeza, de PP y Ciudadanos. Tuvieron que enfocar los esfuerzos en manejar una isla que vive del turismo… sin turismo. Ahora que parece que lo peor ha pasado, Marí está mucho más relajado que meses atrás y se nota. El rictus serio de las ruedas de prensa en las que se anunciaban restricciones de la mano del Govern ha dado paso a un semblante mucho más relajado. La isla ha tenido temporada turística 2021, a pesar de los malos augurios de principios de año, algo que, subraya, se ha conseguido gracias a la vacuna. Esta es la primera entrega de una entrevista en la que aborda algunos de los principales temas de la actualidad pitiusa.
¿Alguna vez se imaginó algo ni remotamente parecido a lo que ha vivido como presidente del Consell con esta pandemia?
No nos lo imaginábamos nadie. Esto ha sido un tsunami que nos ha caído encima. Algo tan insignificante como un virus ha puesto en jaque a toda la humanidad. Pero de todo se aprende y, afortunadamente, la ciencia ha estado ahí. Tenemos que aprender muchas cosas de lo que hemos pasado.
¿Qué es lo que ha aprendido como presidente del Consell en la pandemia?
Lo importante que es remar todos en la misma dirección. Sector privado y sector público en Ibiza hemos ido todos a una y nos hemos unido ante la adversidad. Esto es lo positivo: haber puesto a un lado nuestras diferencias e intereses para, todos juntos, plantear soluciones, alternativas y opciones para afrontar esta situación. Empresarios, trabajadores, ayuntamientos, Consell y Govern balear estuvimos unidos.
Lo cierto es que no se mostraron públicamente las discrepancias que pudo haber habido con las medidas del Govern.
Todas las diferencias que pudiera haber las abordamos entre nosotros, en las reuniones. No las ventilamos para no confundir al ciudadano. El ciudadano necesitaba seguridad, que se transmitiera que los responsables públicos trabajaban en beneficio de la comunidad, de todos. No se podía dar una imagen de división o de crítica política porque no era el momento. Por primera vez nos enfrentábamos a un ‘cero’ en turismo, eso no había pasado nunca. El sufrimiento de la sociedad era muy grande y, si hubo diferencias, quedaron entre nosotros. Hay que abrir el angular y quedarse con lo positivo: ha llegado la vacuna y entre todos hemos hecho un gran esfuerzo. El grado de vacunación es muy alto y me quedo con eso: esto va a ir quedando atrás.
¿El período desde marzo de 2020 hasta hoy ha sido el más difícil que recuerda al frente de una institución?
Sin duda alguna. Y no hemos salido de esta situación por completo. Hay empresas que cerraron a finales de 2019, cuando acabó la temporada, y todavía no han vuelto a abrir. Ha habido mucho sufrimiento y hemos perdido muchas vidas humanas. Esta pandemia se ha llevado a familiares, amigos y conocidos. Eso es lo más duro. También se ha perdido tejido empresarial y muchos trabajadores perdieron su trabajo o han estado en ERTE. Ahora estamos al final de este túnel oscuro y tenemos que afrontar el futuro con esperanza.
¿Cómo se ha sentido siendo presidente de la isla con la tasa de vacunación más baja?
La verdad es que esto me ha sorprendido. Se han puesto todos los medios posibles y se han dado todas las facilidades como habilitar el Recinto Ferial para motivar a la gente a vacunarse cuanto antes y llegar ese 70 por ciento de inmunidad de rebaño. Por eso me sorprendió, la verdad, que hubiera tanta resistencia. Ha sido difícil llegar al 80 por ciento. Ibiza ha sido de las islas donde más lenta ha ido la vacunación. No sé el motivo.
¿Qué aciertos y qué fallos ha cometido el Consell en la gestión de la pandemia?
Cuando te enfrentas a algo desconocido acertar o equivocarte está en el día a día, pero no solo en una pandemia sino en cualquier ámbito de la vida. Siempre hay cosas que, una vez pasadas, las habrías hecho de otro modo pero hay que contextualizar. Hemos tomado decisiones en base a lo que recomendaban los expertos, nos hemos fiado de los sanitarios, y hemos intentado acompañar estas decisiones. Si nos hemos equivocado en algo pedimos disculpas pero no ha sido intencionado. La restauración lo ha pasado mal y quería una mayor flexibilización… pero eso creo que ya forma parte del pasado y hay que pensar en el futuro.
Desde luego la burocracia para acceder a las ayudas ha sido un infierno para muchas familias, autónomos, empresas…
Es una asignatura pendiente que tenemos todas las administraciones. Estamos trabajando en un Reglamento de simplificación administrativa porque al ciudadano le desespera la lentitud de la administración. Me gustaría que el Govern balear dejase a un lado la ideología y trabajase con un poco más de sentido común para favorecer esa agilización que necesita la administración. Lo digo porque el Govern ha recurrido nuestro Reglamento de simplificación y me parece una deslealtad. Tenemos que ir todos en la misma dirección y solucionar problemas, no crear más de los que ya tenemos.
El Govern balear ha recurrido nuestro ‘Reglamento de simplicación administrativa’ y me parece una deslealtad.
¿Le preocupa las consecuencias que puede tener para Ibiza la falta de suministros para construcción e industria por la crisis global?
Me preocupa el incremento de los costes que se está produciendo. La inflación está aumentando por falta de materia prima, de componentes, de materiales. Se encarece todo: la electricidad, los combustibles, la cesta de la compra, la construcción… Es una escalada que se tiene que parar y esto es una asignatura pendiente del Gobierno central. Hay que tener una visión más liberal y proactiva y hacer los cambios legislativos que permitan desregularizar algunos mercados, de manera que las materias primas, combustibles o electricidad no suban de la manera que están haciendo. Bajar impuestos, por ejemplo, es la manera de favorecer la actividad económica.
Una vivienda cada vez más cara en Ibiza, acompañada de un nivel de vida más caro, se traduce en dificultades para contratar personal sanitario, fuerzas del orden, trabajadores cualificados de hostelería… ¿Qué está haciendo o puede hacer el Consell con este problema?
La vivienda es el gran reto que tenemos por delante. La carestía de la vivienda en Ibiza es algo que se está volviendo crónico y hay que adoptar medidas valientes. Hay que actualizar los planeamientos municipales y hay que favorecer la construcción de vivienda en régimen de cooperativa libre, no solo pública. No se van a arreglar los problemas de vivienda de Ibiza únicamente con las construcciones que hace el Ibavi. El Govern se está equivocando, no está facilitando el acceso a la vivienda a la gente joven. Una manera de conseguir más vivienda es perseguir aquel uso fraudulento de una vivienda para dedicarlo al sector turístico, que además es competencia desleal. Bajar impuestos a la compra de vivienda, luchar contra la ocupación ilegal… hay toda una serie de reformas que deben hacerse, ya sea desde el Govern o desde el Gobierno central, que den seguridad a los propietarios para que saquen sus viviendas al mercado y eso no está pasando.
No se van a arreglar los problemas de vivienda de Ibiza únicamente con las construcciones que hace el Ibavi. Hay que favorecer la construcción en régimen de cooperativa libre, no solo pública
El Gobierno central acaba de anunciar un seguro que protege a los propietarios y fomenta el alquiler para la gente joven.
Pero son medidas muy tímidas: por un lado se habla de seguros pero, por otro, no se combate la ocupación ilegal de una manera expeditiva, directa y clara. El propietario siente demasiada inseguridad y así es difícil que se pongan más viviendas en alquiler, si no tienes la seguridad de que la puedes recuperar ante una ocupación ilegal. Intervenir el mercado de la vivienda desde la administración central no es bueno porque va en contra del propietario. Hay que eliminar esa imagen y hay que animar al propietario a que ponga a disposición su vivienda dándole garantías y no amenazas.
En Ibiza ha habido, sin embargo, ejemplos de falta solidaridad por parte de propietarios de locales que no han querido renegociar los precios durante la pandemia lo que ha obligado a cerrar negocios. Y no hay que olvidar tampoco que son los propietarios los que han subido los precios de los alquileres en Ibiza a niveles estratosféricos. Pero parece que nadie habla de la responsabilidad y poca solidaridad de los propietarios.
Algunos casos hay de propietarios que no han rebajado el alquiler durante la pandemia pero también hay mucha gente que sí lo ha hecho y eso hay que ponerlo en valor. Propietarios de locales y de viviendas han ayudado a los inquilinos a salir de esta situación tan difícil. La administración no puede controlar la relación entre arrendador y arrendatario. Ha habido gente que ha sido más solidaria y gente que lo ha sido menos y eso entra dentro de la voluntad individual de cada uno.
Pero insisto: pedir 1.000 euros o más por un piso de 50 metros…
Los precios en Ibiza se han disparado y hay que tomar decisiones valientes. No se puede tomar una decisión de ámbito nacional porque quizás necesita Ibiza unas medidas específicas. Tenemos problemas específicos como el intrusismo y mucha demanda de vivienda. Hay que impulsar la construcción de nueva vivienda social pública y privada en régimen de alquiler. En la colaboración público-privada se llegará a una solución, estoy convencido.
Con todo el parque de viviendas vacías que hay en Ibiza, ¿construir más?
Por eso hay que incentivar al propietario. Muchos tienen miedo porque han tenido malas experiencias. Si tienes que ir a un desahucio tarda mucho tiempo en resolverse… todo el mundo quiere una garantía cuando pone en alquiler un bien.
¿Ha sido esta una temporada turística mucho mejor de lo esperado? ¿Cómo será la del 2022?
Acabamos de regresar de la feria de Londres (World Travel Market) y se respira un ambiente de optimismo. Hay ganas de viajar, de recuperar la normalidad, de ser feliz, y qué mejor que irte de vacaciones y desconectar. Ibiza es un destino de primer orden. Quien ha estado quiere volver y muchos la quieren conocer y descubrir… con lo que estoy convencido de que la de 2022 va a ser una gran temporada turística. La temporada 2021 no ha sido todo lo mala que esperábamos antes del verano. Se han salvado los muebles, pero seguimos con un 30 por ciento de establecimientos hoteleros que no han abierto sus puertas y tenemos todavía mucho recorrido por delante. Hemos recuperado solo el 25 por ciento de todo el mercado británico que viene. Nos queda mucho camino para recuperar este mercado tan fiel. Esperemos que el año que viene sea el de la recuperación verdadera.
Estoy convencido de que la de 2022 va a ser una gran temporada turística, la de la recuperación verdadera
¿Qué medidas plantea el Consell ante el más que posible regreso del colapso en la isla, la vuelta a los viejos errores y problemas que teníamos antes de la pandemia?
El turismo no es el causante de los problemas que podemos tener. Es cierto que durante unos meses, julio y agosto especialmente, se producen aglomeraciones. Y eso está relacionado con la cantidad de vehículos que vienen a la isla. Ibiza no ha crecido en plazas turísticas, tiene las mismas, unas 100.000. Lo que queremos es apostar por controlar la llegada indiscriminada de vehículos en momentos puntuales del año. Este es un territorio limitado y creemos que es necesario controlar esa llegada masiva de caravanas, que aparcan en cualquier lugar con el riesgo que eso supone de incendios, entre otras cosas, y el de vehículos de alquiler que llegan sin ningún tipo de control. Estamos trabajando para que haya una Ley específica para que el Consell tenga la posibilidad de regular el número de vehículos que llega a la isla. Estamos en la fase de analizar todos estos datos: las llegadas por meses, por días… para ver en qué momentos punta tenemos esa gran cantidad de vehículos que genera esa sensación de colapso que, a su vez, provoca una reacción contra el turismo. Tenemos la obligación de poner algún tipo de control para que el turismo no sea el perjudicado. El turista que viene a disfrutar de unas vacaciones y a respetar la isla es bueno y necesario. Queremos apostar por la calidad y no por la cantidad. Habilitar aparcamientos en playas también es necesario para que no se invadan los entornos. Es una asignatura pendiente y un trabajo por delante que tenemos.
¿Se establecerán entonces cupos máximos por día de entrada de caravanas y coches de alquiler? ¿Cuándo entrará en vigor?
Estamos recopilando datos de la Autoridad Portuaria para saber cuál es la evolución de la entrada de vehículos y, en base a esos estudios, necesitamos que la ley nos habilite a poner una regulación sobre la mesa. Esperemos poder hacerlo el año que viene.
¿Pero estará en vigor el control entrada en 2022?
Es un poco complicado… para aplicarlo lo veo difícil, pero para plantear la normativa y llegar a aprobarla, sí. Por lo menos estará planteado el cambio legislativo y, después, ya dependerá del Govern balear que nos lo apruebe o no. Queremos que sea una medida consensuada, en la que participemos todos. Confío en no tener mucha resistencia, en que todos los partidos políticos nos vamos a poner de acuerdo para trabajar en beneficio de la isla de cara al futuro.
Pimeef y asociaciones de Rent a car ya han dicho que están de acuerdo en regular la entrada de coches de alquiler.
Es una invasión. Ha cambiado la manera de viajar. Antes los turistas llegaban al aeropuerto con un turoperador, les recogían en un autobús, iban al hotel y luego iban a las playas y hacían excursiones en autobús. No se alquilaban tantos vehículos como ahora. Ahora es llegar a Ibiza y alquilar un vehículo. Hay mucha demanda y es fácil traer coches a la península a la demanda. Pero las carreteras y los aparcamientos son los mismos.
¿Cómo está la relación con los ayuntamientos, especialmente con los de Vila y Sant Josep donde no gobierna el PP?
Las relaciones con todos los ayuntamientos son buenas. Desde el primer momento este equipo de gobierno ha apostado por el municipalismo y en colaborar con los ayuntamientos a través del Pla 5 de obras y servicios o de todas aquellas actividades que los ayuntamientos consideraban que el Consell podría estar a su lado. Tanto es así que hemos incrementado las ayudas en materia social y otros ámbitos como puede ser el deportivo o el turístico. Hay colaboración y fluidez en la relación entre Consell y Ayuntamientos. Este es el objetivo, sin importar el color político. El Consell tiene que ser el coordinador y el facilitador.
¿Cómo valora la gestión del ayuntamiento de Sant Josep de la crisis de los apartamentos Don Pepe [la entrevista se hizo antes del anuncio del Ayuntamiento del desalojo inminente]?
Hemos pedido que se cambie la ley para que esos propietarios puedan reformar sus viviendas. Y no se nos ha tenido en cuenta. ¿Que hay dificultad para obtener una licencia, tal y como está legislación actual? Vale, se puede entender, pero las leyes se pueden cambiar y no estamos inventando nada. En la comunidad catalana ya existe. Lo que pedimos al Govern balear y le decimos al ayuntamiento es que acepten este cambio legislativo que proponemos, porque es lo que va a dar una solución a los propietarios, que viven angustiados pensando que van a perder sus casas o que los van a echar y no tienen ninguna esperanza para afrontar un futuro inmediato. Hay que entender la situación y ponerse en la piel de esos propietarios, de esos vecinos, empatizar y arreglar este problema. Algo que, insisto, se puede hacer con un cambio legislativo sencillo. Ha habido intransigencia por parte del Govern balear y eso lo llevarán en sus conciencias: no han querido apoyar a esos vecinos y es de justicia ayudarles. Si ellos financian la reforma de su edificio no tendrá, además, coste alguno para la administración. Tiene que haber un cambio por parte del Partido Socialista y de todos los que le dan apoyo parlamentario, precisamente para que se pongan en la piel de esos propietarios y que vean cuál es su angustia. Han mirado este asunto desde una óptica muy cruel.
En el último Consell de alcaldes anunciaron que aumenta considerablemente la posibilidad de ampliar los suelos industriales, ¿esto terminará con la selva que son ahora los polígonos industriales, con los talleres en suelo rústico, naves empresariales por todas partes, etc…?
Las industrias en Ibiza se quejan, y con razón, de que el poco suelo industrial que queda es muy caro y prácticamente inexistente. Muchas empresas tienen problemas para implantarse o crecer. Eso genera, además, una presión sobre el suelo rústico porque, si no te puedes implantar legalmente en un polígono, te instalas en almacenes o en cualquier lugar y no es deseable por el impacto paisajístico. En Ibiza hace más de 30 años que el suelo industrial es el mismo. Los polígonos existentes se tienen que ampliar y se ha de facilitar el traslado de empresas que están fuera de ellos a esos polígonos. Para eso hay que adaptar los planeamientos. Es una demanda de la Pimeef. Cada ayuntamiento ha hecho una previsión de las necesidades de suelo industrial y posibilidades de crecimiento y, en el último Consell de alcaldes, se aportó esa información. Es un punto de partida y ahora hay que agilizar todos los cambios.
Realmente hay trabajadores que están haciendo su actividad en naves de polígonos que no pasarían una inspección de trabajo: amianto, residuos sin tratar adecuadamente… pero parece que están en un gueto del que nadie sabe nada.
Es muy grave, sí, hay que abordar este problema con el máximo de facilidades por parte del Consell y del Govern, es una necesidad.
(Mañana martes, segunda parte de la entrevista)