A este paso a Pep Marí Ribas, Agustinet, van a acabar apodándole el caballo de Atila, que allí donde pisa no vuelve a crecer la hierba. El ex alcalde de Sant Josep, el pasado febrero, se marchó por la puerta de atrás al Govern balear para hacerse cargo de la conselleria de Movilidad y Vivienda y ha dejado tras de si una herencia envenenada que cada vez se le atraganta más a su sucesor. Lo primero que hizo al desembarcar en Mallorca y tomar posesión de su nuevo cargo ya retrata al personaje: hacer exactamente lo contrario a lo que predicaba desde el Ayuntamiento. Tras decir que no quería ferris de ningún tipo en la bahía de Portmany, como nuevo responsable de Ports IB volvió a autorizar su llegada levantando la moratoria y cualquier día, aunque ahora tengan que ser un poco más pequeños, acabarán regresando y generando los problemas habituales.
El rastro que ha ido dejando Pep Agustinet lo sufre ahora su sucesor, Ángel Luis Guerrero, que hasta la fecha no se ha caracterizado precisamente por su habilidad para coser y recomponer los rotos del primero. Que se lo digan, si no, a los vecinos de los apartamentos Don Pepe, que ya se ven pasando las Navidades expulsados de sus casas. Ellos, que viven tan cerca de Platja d’en Bossa, han visto como allí, con el acuerdo de derechas e izquierdas, que nunca pactan nada salvo cuando responden a la voz de su amo, se modificaban leyes para regularizar décadas de despropósitos urbanísticos, y mientras tanto a ellos les dan la patada y ni se les escucha. Incluso cuando disponen de informes de arquitectos cualificados que certifican que sus casas ni se van a derrumbar ni son una ruina, como precipitadamente las ha declarado el Ayuntamiento.
A esta pobre gente, condenada a pagar la hipoteca de una casa que ya no tendrán, pretenden silenciarla ahora con migajas. Aquella famosa frase de Groucho Marx, que dijo que “la política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados”, parece hecha para describir lo que está ocurriendo en los Don Pepe. Los políticos están para dar soluciones, no para hundir la vida de la gente. Ya es hora de que se dejen de excusas y se pongan a solucionar este tema, que, para mayor desvergüenza, depende del propio Agustinet, que es el máximo responsable de Vivienda del Govern y todavía no le hemos visto mover un dedo para ayudar a sus vecinos.
La polémica de los apartamentos Don Pepe comenzó medio año antes de que Agustinet se bajara del barco, pero de su primer fallo garrafal, aún no sé si achacable a su carácter pusilánime o a algo incluso peor, se cumple ahora una década y merece la pena recordarlo por orden cronológico, porque sus consecuencias han sido catastróficas. Todo comenzó el 28 de mayo de 2011, cuando el hotel-discoteca Ushuaïa abrió sus puertas como sala de fiestas diurna, sin disponer de licencia. Ofrecía fiesta al aire libre, vendiendo entradas al público exterior, con un espectáculo fotocopiado de las discotecas, aunque en un escenario montado en la terraza de la piscina del hotel.
Cuando ocurrió, veníamos de dos décadas salpicadas de polémicas. A principios de los noventa, las grandes discotecas se vieron obligadas a insonorizarse para evitar molestias a los vecinos, lo que supuso grandes inversiones que a algunos los llevó a la ruina. Luego se prohibieron los after hours por toda la isla, impidiendo que nadie pudiese cerrar a las seis de la madrugada como estaba prescrito, y luego volver a abrir a las ocho.
En este contexto, el señor Abel Matutes permitió el lujo de abrir una sala de fiestas sin paredes ni techos, atronando los alrededores. Agustinet es el responsable director de haberlo permitido, porque él tuvo en sus manos parar este abuso e impedir que luego se extendiera por una parte impor tante de la costa ibicenca, como ha acabado ocurriendo.
Tras el descaro con que Ushuaïa abrió sus puertas, tres días después de la apertura el Ayuntamiento de Sant Josep exigió a la empresa de Matutes que presentara la documentación que acre ditara la legalidad del festival celebrado el 28 de mayo. Se produjo cierto intercambio de papeles entre las partes y el consistorio incluso recibió, el día 14, un escrito de AENA quejándose de los deslumbramientos sufridos por los pilotos a causa de la pantalla del escenario del Ushuaïa. Cuando ya llevaban más de un mes abiertos sin parar una sola jornada, con miles de clientes a diario, la empresa de Matutes presentó un certificado técnico que acompañaba la declaración responsable que, supuestamente, debía amparar esta actividad.
El 14 de julio, cuando Agustinet ya se había marchado de vacaciones, dejando como alcaldesa accidental a Paquita Ribas, el Ayuntamiento desestimó las alegaciones presentadas por Fiesta e hizo lo que tenía que hacer: ordenar como medida cautelar el precinto de los equipos de sonido del Ushuaïa. Además, esta resolución fue notificada a la Asociación de Empresarios de Salas de Fiestas y Discotecas de Balears, que ya llevaba un tiempo denunciando la flagrante ilegalidad y la desleal competencia que representaba la forma de proceder de Matutes. La alcaldesa accidental había pretendido actuar con contundencia ante una injusticia sin precedentes, pero Agustinet decidió volver de su periodo sabático y ordenó dar marcha atrás a la orden del precinto de los equipos de sonido, a pesar del descaro de lo estaba ocurriendo.
Agustinet, en la que probablemente es su declaración más patética hasta la fecha, dijo que la decisión que había tomado Paquita Ribas podía tener una gran repercusión económica para la empresa promotora. Había que velar por el bolsillo del señor Matutes, incluso a costa de que se perpetuara una actividad ilegal. Nada dijo, Agustinet, de las repercusiones económicas que esta decisión sí tendría para los bares del puerto o el resto de discotecas, a los que Matutes se anticipaba en horario, dejándoles sin clientes. Agustinet también dijo que la orden no se anulaba, sino que se posponía hasta después del verano, pero ya nunca más se supo. Me pregunto hasta qué punto fue determinante lo ocurrido para que, tal y como ocurriría unos años después, Agustinet y Paquita Ribas acabasen tarifando.
La decisión de Agustinet permitió al Ushuaïa ganar tiempo y afianzarse, mientras Matutes movía los hilos en Mallorca para colocar a sus hombres de paja en el Govern balear recién ganado por Bauzá y crear una nueva Ley Turística con suficientes sombras donde camuflar el despropósito del Ushuaïa.
Y no fue la única consecuencia. El movimiento de Paquita Ribas obedecía a las denuncias presentadas de forma reiterada por el colectivo empresarial del ocio balear, Abone. A partir de entonces, esta entidad pasó a convertirse en el objetivo a batir. Matutes, a través de sus peones, impulsó una nueva asociación en la isla, Ocio de Ibiza, para relacionarse con las instituciones, normalizar una situación absolutamente anormal e ir trabajando en eliminar a Abone, que era el único colectivo que hacía ruido en contra de su proyecto de ocio ilegal.
Al final lo acabó consiguiendo, ya que hace algunos meses una nueva junta directiva desembarcó en Abone, controlada de forma descarada por el socio de Matutes en Mallorca, Bartolomé Cursach, que ha conseguido que Abone renuncie a seguir denunciando la actividad de Ushuaïa y los beach clubs, que trabajan sin licencia y con unos permisos que no se sostienen. Cada paso que se da en la isla está dirigido por Ocio de Ibiza, que, gracias a la influencia política y la red de informadores de su promotor, Abel Matutes, controla todo lo que ocurre en los ayuntamientos, el Consell y el Govern balear. El ejemplo más claro lo tenemos nuevamente en Sant Josep de sa Talaia, donde por parte del Ayuntamiento, al parecer, se ha encargado la realización de un mapa de ruidos para el municipio a una empresa que también elabora los informes técnicos que Ushuaïa presenta para defenderse de las acusaciones de excesos de ruidos.
Agustinet, en definitiva, nos ha dejado como herencia a toda la isla un bien de interés cultural y público, protegido a perpetuidad si se consuma esta situación heredada, que hasta se podría in corporar a la declaración de Patrimonio de la Humanidad. Esta conducta y herencia le proporciona una puntuación muy favorable y meritoria para optar a cualquier cargo público que merezca la confianza del ciudadano.
Pepe Roselló
No sabía que los fachas sabían escribir
Ni yo que los comunistas sabían leer
No es fascismo Amic, tan solo personas con dos dedos de frente. Es normal que los consideres tus enemigos.
Pepe Roselló, ex aliado de Abel Matutes (hoy enemigos) y uno de lo principales agentes de destrucción ambiental y turística de la isla de Ibiza dándonos lesiones… HIPÓCRITA.
*dándonos lecciones.
Parece un disco rallado la francisca. Obsesión senil.