El 82,4 % de los jóvenes de 16 a 29 años de Baleares viven en casa de sus padres pese a que dos tercios de ellos querrían tener su propio hogar, según los datos recogidos en el cuarto Anuario de la Juventud, presentado este jueves.
La tasa de emancipación en las islas se ha reducido casi a la mitad en la última década y, aunque es la segunda más alta de España por detrás de la de Cataluña, se aproxima a la media estatal, según ha destacado la coordinadora del anuario, Belén Pascual.
Otro dato significativo recogido en la recopilación de artículos, que publica la Universidad de las Islas Baleares con la colaboración del Govern y Caixa Colonya, es que durante el año pasado aumentó el porcentaje de jóvenes emancipados que obtienen una hipoteca para comprar su propia vivienda, que pasó del 16 % al 25 %, dentro del 17,6 % de menores de 30 años que ha conseguido independizarse.
Entre los jóvenes que se emancipan, el 75 % viven de alquiler, en muchos casos de forma compartida, o en casas cedidas de la familia, una opción esta última que ha crecido en los últimos años.
El politólogo y sociólogo Pablo Simón, autor del prólogo del anuario y coordinador de un reciente estudio estatal sobre la situación de los jóvenes, ha señalado que España es el sexto país de la UE con la emancipación más tardía y en el que más se ha retrasado la edad de salida del hogar familiar.
El grado de emancipación, por circunstancias laborales y sociales, es proporcional a la edad y alcanza el 71 % en el archipiélago entre las personas de 30 a 34 años.
En cuanto a la situación del empleo entre la población juvenil en 2020, fuertemente impactada por la pandemia de covid-19, los baleares de 16 a 29 años sufrieron más desempleo que el conjunto de los residentes en edad de trabajar, dada su mayor presencia en los sectores afectados por los cierres.
En el segundo trimestre del año, cuando reabrieron la mayoría de las empresas que habían tenido que cesar su actividad, la tasa de empleo de los jóvenes era del 37 %, 8 puntos porcentuales por debajo del mismo periodo de 2019.
La proporción entre los precios de compra o alquiler de vivienda y los salarios que perciben los jóvenes hace «inaccesible» para la mayoría los menores de 30 años disponer de una casa propia, ha incidido Pascual.
Además, ha explicado, el descenso de los precios de alquiler durante el año pasado no redundó en una mayor facilidad de acceso a las viviendas porque los ingresos de los jóvenes también se redujeron.
«Ser joven en España ha sido siempre un mal negocio», ha incidido Simón, que ha recordado que a la crisis de 2008, con la precarización del empleo y la restricción de los créditos, se ha sumado la crisis de la covid-19, generando un impacto «desvastador» para los jóvenes.
La pandemia ha afectado psicológicamente más a los jóvenes, en particular las mujeres, que a otros grupos de edad como los ancianos, con unos efectos en cuanto a la salud mental que se apreciarán más a medio plazo, ha explicado el especialista. EFE
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