@Noudiari/ Han pasado casi tres décadas desde que un adolescente Boris Becker ganaba el torneo de Wimbledon y se convertía en un fenómeno mundial. Hoy, Becker es un alemán cuarentón, grandote, alto y rubio como la cerveza y con mucho sentido del humor. Ahora está de vacaciones en las Pitiüses acompañado de su pareja y de los hijos que tuvo en su anterior relación, y no ha parado de hacerse fotos. Becker en el Malibú . Becker en su yate imitando la pose de un viejo lobo de mar. Becker en los karts. Becker con una dorada a la sal y una paellla de marisco. Todo está en su Instagram, donde también aparecen unas fotos de sus hijos que, realmente, han sido a su madre. Unas vacaciones, en definitiva, felices y perfectas.