La UD Ibiza se despide de la Copa del Rey en segunda ronda tras caer en la prórroga ante la Ponferradina por 2 a 1. Se adelantaron los de casa nada más arrancar la segunda parte, pero igualaron los insulares antes del final del choque y forzaron la prórroga, donde un error defensivo resultó determinante a pesar de que quedaba tiempo suficiente como para reaccionar, pero no hubo respuesta del Ibiza, que pareció conformista.
El conjunto insular no estuvo bien en un primer tiempo en el que se mostró apático sobre el terreno de juego. Era el equipo de casa el que mandaba, aunque su superioridad no fue, ni de lejos, aplastante. Las ocasiones claras de gol estuvieron más equilibradas, dos para los de casa y una para los visitantes, que en el minuto 36 obligaban al meta a lucirse.
Lo mejor estaba por llegar, casi todo concentrado en los segundos 45 minutos y en el tiempo extra. Nada más arrancar el segundo acto, Edu Espiau mandó el cuero fuera en un mano a mano con el portero del Ibiza, Álex Domínguez.
Un aviso claro, porque en el 47, y tras una recuperación en la zona ancha y una buena combinación atacante, Dani Ojeda se plantó solo en la frontal para mandar un obús directo a la escuadra derecha del portero del Ibiza.
Cuando más lo necesitaba, cuando no le quedaba otra, nunca antes, el Ibiza dio un paso al frente. Mejoró en todo, que no era difícil, y empezó a jugar todo lo que no había hecho antes. Empujaba, disparaba, creaba… Y producto de ello, y en una acción, eso sí, con una pizca de fortuna, lograba empatar el duelo por mediación de Miki Villar en el 67.
El gol dio confianza a los insulares y creó inseguridades en la Ponferradina, que fue reculando en vista del empuje de su rival. Excepto en los últimos instantes del tiempo reglamentado antes de la prórroga, en los que asomó de nuevo la cabeza en ataque, aunque sin recompensa.
Pero la dinámica cambió súbitamente. Nada más comenzar la primera parte del tiempo extra, un error grueso de Escobar en un despeje de cabeza fue aprovechado por Agus Medina para ganar la línea de fondo y asistir a Dani Romera para que marcara a placer. El propio Medina, solo tres minutos más tarde, se colaba en el área sin vigilancia alguna y mandaba, de toque sutil, el cuero al larguero en lo que podría haber sido la sentencia para un Ibiza que había perdido la brújula.
Castel, en el 99, reclamó penalti por una carga que parecía legal y que acabó en nada. Significaba, no obstante, que el Ibiza se había recuperado después de haber quedado momentáneamente aturdido por el golpe anímico del segundo gol. Pero fue un espejismo, ya en lo que restaba de tiempo y en todo el segundo de la prórroga, no dio sensación real de peligro, de poder volver a marcar. Como si le faltaran, a partes iguales, ambición y recursos.
De hecho, estuvo más cerca el tercero de los locales que el empate de los ibicencos, que, aun así, tuvieron la última en un libre directo desde la media luna del área que Javi Lara estrelló contra la barrera.
Se despide por tanto el Ibiza de la Copa en el segundo sorbo de la competición y tras un partido demasiado plano como para conseguir la victoria. La apuesta por llegar a los lanzamientos de penalti marcada por el devenir del encuentro salió cruz.