El Ajuntament de Sant Antoni, gobernado por PP, Cs y PI, pretende gastar 80.000 euros (que se dice pronto) en una escultura de un tirachinas gigante del artista gallego Enrique Saavedra López-Chicheri. La obra, que se llama ‘El Despegue’, será instalada en sa Punta des Molí. La iniciativa surge del departamento de Turismo y, según dicen, formará parte de un circuito turístico de grandes esculturas que serán diseminadas por todo el municipio.
Al conocerse que la junta de gobierno municipal había aprobado la contratación de la escultura, la polémica ha saltado a la opinión pública. Y ante el escándalo generado, el concejal Joan Torres (PI) se desmarca de sus socios y pese a que se muestra a favor del circuito de esculturas, dice que no deben comprarse a dedo. Haberlo dicho antes, no ahora, cuando está retratado y es tan responsable de la medida como los demás integrantes del equipo de gobierno. Pero vaya, a estas alturas no le vamos a pedir responsabilidad ni lealtad a Joan Torres, palabras que claramente desconoce como ha demostrado a lo largo de su carrera política en multitud de ocasiones.
La oposición, liderada por PSOE-Reinicia, ha puesto el grito en el cielo porque considera que el dispendio es un “insulto a la ciudadanía” y un “vergonzoso despilfarro”. No les falta razón porque realmente venir ahora con esas historias para gastarse a dedo un dineral en una escultura gigante, con la que está cayendo, no es admisible y supone una burla.
Igual de burla, aunque hay que reconocer que ocho veces menos humillante y ostentosa, que fue la compra por parte del Consell d’Eivissa (cuando estaba gobernado por PSOE y Podem-Guanyem) de la escultura de un galgo. Aquello costó 10.000 euros, bastante menos que los 80.000 euros que el Ajuntament que preside Marcos Serra va a adjudicar a dedo a un escultor que imaginamos de su cuerda.
Al menos el galgo tenía algo de ibicenco, pero un tirachinas pues la verdad, no lo veo. Pero para gustos, colores. Lo que sí tengo claro es que cada vez que los vecinos de Sant Antoni vean la escultura, les sentará como una pedrada en un ojo.
Yo no lo calificaría de vergonzoso despilfarro, yo lo llamaría idiotez supina.
Un tiragomas, hay que ser tontos, A caso podrian haber puesto una honda, fona o bassetja
Per 5.000 euros faig una bassetja.
Estic preocupat, primera vegada mai que estic d’acord amb en Perpinyà