El libro Pepe Roselló. La Ibiza vivida de la editorial Balàfia Postals y escrito por el periodista Xescu Prats se presenta mañana, 7 de enero, en Sant Antoni. El 7 de enero es una fecha grabada a fuego en la memoria de los ibicencos ya que ese día de 1972, hace exactamente 50 años, se produjo la tragedia de ses Roques Altes, el accidente aéreo más grave de la historia de Ibiza y uno de los más terribles del país, que sesgó 104 vidas y dejó en shock a toda la isla. Por ello, Pepe Roselló, detallista hasta la médula, pide amablemente si es posible destacar en la entrevista una fotografía de entre las decenas de imágenes que ilustran el libro.
Es esta:
Es una foto de su hermano, el coronel del Ejército Vicent Roselló, ya fallecido, recibiendo la Cruz de la Orden del Mérito Aeronáutico de manos del por entonces ministro del Aire, Julio Salvador, por su actuación en esta tragedia, ya que estuvo al frente de los soldados que acudieron a sa Talaia a retirar los restos de las víctimas. Quiere que este sea un gesto de cariño hacia su cuñada, Caíta Tur Mena, y hacia toda su familia. Para él, huérfano de padre desde los seis años, su madre, sus hermanos y sus abuelos lo han sido todo.
Cumplido ese gesto con el recuerdo llega la hora de hablar del libro y de su apasionante vida. Creó negocios pioneros como s’Olivar, el Rincón de Pepe, Capri-Play Boy y la inolvidable Space, fue concejal de Urbanismo de Sant Antoni, y permanece fiel a sus pasiones: la ópera y el arte… El polifacético Pepe Roselló cumplió 85 años el pasado 21 de septiembre pero su inquietud vital sigue intacta. Tanto, que ha firmado un alquiler para abrir este 2022 un restaurante Space en ses Variades de Sant Antoni. Y el contrato de alquiler es por 15 años. Es decir, que expirará cuando Roselló tenga 100 años. Y hasta se atreve a bromear: “Eh, que los quince años son prorrogables”.
Hablamos con Roselló acompañados por el autor del libro, Xescu Prats, y su editora, Neus Escandell, en el emblemático Can Jordi Blues Station de Sant Josep, mientras preparan la presentación del libro, mañana a las 12 horas en el Club Náutico de Sant Antoni.
¿Por qué pensó en Xescu Prats para esta biografía?
Pepe Roselló: No nos conocíamos personalmente pero los artículos de Xescu me resultaban muy atractivos, sobre todo cuando hablaba de las playas, de la costa, de los monumentos históricos, de las costumbres… lo leía y pensaba: este ibicenco es un erudito. [Xescu, sentado a su lado, hace un gesto significativo como indicando que está exagerando]. También me gustó que escriba tan bien en castellano porque yo, por mi educación, me expreso mejor en castellano. La palabra me sale más dócil y más fácil hablando castellano.
Así que le llamé por teléfono y enseguida nos interesamos el uno por el otro. Yo, con mis vivencias del momento, en una isla que está totalmente destronada y él, que quiere poner orden [Xescu Prats se ríe: yo digo lo que pienso, pero ya sé que no pondré ningún orden, dice entre risas].
Cuando recibe la llamada de Pepe Roselló con este encargo, ¿cómo lo recibe?
Xescu Prats: Primero me llamó para, simplemente, felicitarme por mis artículos, que es una cosa que no me había pasado en la vida y menos con alguien al que no conozco de nada. Después hablamos varias veces y un día quedamos en el Club Náutico de Sant Antoni para tomar un café. Allí le hice muchas preguntas sobre su vida y su infancia sin que él me dijese nada de su libro pero, en un momento dado, me lo propuso. Por entonces yo estaba hasta arriba de trabajo y le dije que sí, pero que había que esperar seis meses para comenzarlo. Estuvo de acuerdo y ahí empezó todo. Me interesaba mucho, en un principio, conocer de su mano la historia de Sant Antoni pero, según he ido rascando, he descubierto tantas, tantas, pero tantas aristas que no me esperaba… que aquí está el resultado… [toca el voluminoso libro]
¿Cuántas páginas son?
643 y, de ellas, 160 solo de fotos [Neus Escandell, la editora y presente también en la entrevista subraya que todas las fotos están documentadas y que son otro de los atractivos del volumen].
Un año y medio de intenso trabajo…
X. P: El trabajo ha sido resumir ¡aunque no lo parezca! [ríe]. Hicimos 40 sesiones y cada una fue de tres o cuatro horas de duración. Haz la cuenta del material que había. Durante este año y medio que ha durado el proceso hemos hablado prácticamente a diario por teléfono, resolviendo dudas y detalles. Él tiene mucha memoria y lo tiene todo estructurado y organizado, con lo que buena parte de la documentación estaba resuelta gracias a eso. Muchos pueden pensar que este es un libro sobre el Space, pero a este tema le dedicamos cuatro de 36 capítulos. Trata de muchísimas más cosas.
¿Es un libro sobre la historia reciente de Ibiza?
X.P: Sí y además hay que pensar que él ha querido hacer un homenaje a la gente de Sant Antoni. Se nombra a todas las familias: a los carpinteros, a los vendedores de pescado, a los que tenían la forja… La gente de Sant Antoni se va a ver reflejada aquí.
¿Por qué pensó que este era el momento de escribir su vida?
P. R: Este libro se lo debía a mi familia, a mis vecinos, a la gente de Ibiza, a la gente de Space, a los artistas, a la música… era una deuda tan grande, tan importante, que fue lo que me hizo decidirme. Me encontraba en deuda con todo lo que Ibiza me ha dado y con todo lo que he recibido. La música ha sido la que me ha permitido vivir mi vida y la isla me ha hecho llegar a lugares donde yo nunca, por mis propios medios, habría podido acceder.
Este libro se lo debía a mi familia, a mis vecinos, a la gente de Ibiza, a la gente de Space, a los artistas, a la música… era una deuda tan grande que fue lo que me hizo decidirme a hacerlo.
Pepe Roselló
Se siente muy orgulloso de ser ibicenco…
P. R: El hecho de presentarme como ibicenco me ha abierto las puertas siempre. Nadie queda indiferente delante de una persona que, en un determinado contexto, aparece en una reunión y dice yo soy ibicenco. Sigue siendo tan fecunda la idea de Ibiza, el concepto de Ibiza… aunque, poco a poco, se ha ido deteriorando hasta llegar a un punto en el que Ibiza ya no puede presumir de ser algo por descubrir, porque parece que todo está descubierto.
¿Qué quiere decir con eso?
P. R: Antes, venir a Ibiza era una aventura. Las vacaciones eran de 15 días en la isla, luego de diez, después de una semana y ahora la gente es un vaivén. Vienen motivados por unos acontecimientos que deslucen completamente lo que la isla ofrece y lo que la isla es. Ya no se viene a conocer la isla. La isla se ha convertido en un paisaje casi anónimo, mientras que antes la isla era un experimento de vida: un lugar donde tal vez te atrevías a hacer lo que en tu casa no te atrevías. Esa oportunidad de tener aventuras de cualquier tipo: sean en la naturaleza, en el mar, en el arte, en la vida, en el puerto de Ibiza… el puerto de Ibiza es fascinante, el punto mágico donde tiene que empezar la aventura del visitante, del turista que venga a Ibiza. Ahí empieza la noche y, durante el día, el mar y las playas son los protagonistas.
¿Y entonces quiénes protagonizan ahora la isla?
P.R: En estos momentos yo entiendo que los protagonistas de la vida de la isla son los hoteles. Y, para mí, los hoteles son hoteles. Es decir, que la vida de un turista se circunscriba a la vida que ofrece un hotel, sea de lujo o del tipo que sea, es un concepto aberrante. Hay gente que ha visitado Ibiza y no ha salido del hotel y de la piscina. Hemos ido desposeyendo el aura que tiene Ibiza hasta llegar al punto en el que nos encontramos ahora: venir a Ibiza es un menú. Al público le cuesta mucho aislarse de este menú que se le ofrece para poder interpretarse a sí mismo y buscar la aventura que cada uno quiere encontrar en la isla.
¿Ha sido una caja de sorpresas bucear en la vida de Pepe Roselló? ¿Que vivencia o anécdota de su vida le ha sorprendido?
X. P: Te voy a contar una anécdota que es anterior a que él naciera: la historia de su bisabuelo Agustí, de Sant Agustí. Era el padre de su abuela materna. Este hombre decidió emigrar a Cuba y compró un pasaje en un barco que salía desde Barcelona, el vapor Valbanera, en 1919. Fue de Barcelona a Canarias, de Canarias a Santiago de Cuba y de ahí a La Habana. Antes de llegar a La Habana se fue a pique y murió toda la gente que iba [488 personas]. Mucha gente bajó en Santiago pero todos los que fueron a La Habana murieron. Le llamaron el Titanic de los pobres porque era un barco de emigrantes. Es una historia muy famosa. Su bisabuelo no volvió a dar jamás señales de vida. Lo dieron oficialmente por desaparecido y entonces la madre de la abuela se casó con otro hombre… Pero al cabo de unos años… apareció el muerto.
¡Había desembarcado en Santiago de Cuba!
X. P: Y se encontró a su mujer casada con otro y el hombre perdió el norte. Iba vestido como de penitente, e iba por las casas payesas pidiendo de comer. Un día me contó esta historia como quien no quiere la cosa y no me lo podía creer… y de estas hay muchas.
¿Qué ha aprendido en este año y medio escribiendo el libro?
X .P: Muchas cosas. He descubierto cosas de Ibiza de las que no tenía ni la más remota idea. Por ejemplo, la forma en la que él retrata con sus palabras el cambio de Sant Antoni. Yo me lo he pasado muy bien en el West End con 17 o 18 años pero desconocía cómo era antes del turismo. Casas bajas, con el cercado detrás. La gente o era pescadora o campesina. El abuelo de Pepe tenía barcos de pesca y de transporte de mercancías y él se crió en un ambiente de marineros… Ahora se habla de Sant Antoni como un sitio ‘de tercera’, cuando fue el lugar más importante del turismo en los años 50. Allí estaban los mejores restaurantes, por allí pasaron Rafael Azcona, Fernando Guillermo de Castro, los Aldecoa, los Cava de Llano… eran las personas con las que se relacionaba la gente de su edad [la de Pepe Roselló] entonces. O el Club de los Argonautas, que eran unos universitarios franceses que venían dos meses de vacaciones y hacían actividades de deporte y aventura, pesca submarina, aprendían a navegar a vela… Estaban allí también las mejores tiendas de la isla. Todo eso mucho antes de los hippies. Es una de las partes que más me ha impresionado.
¿Y qué ha aprendido Pepe Roselló de Xescu Prats?
P. R: Ufffff madre mía. Es una pregunta… muchísimo, muchísimo. Xescu es una persona que te presta ayuda, que muestra disponibilidad, que te resuelve cualquier duda…. El empeño y la disciplina que tiene él en el trabajo, este rigor, me ha sorprendido muchísimo. Hemos creado una conexión entre amigos pero no ha perdido nunca el rigor de su profesión de periodista.
¿Se han hecho ustedes amigos en este proceso?
Sí, claro [responden casi al unísono].
Emocionalmente, ¿qué ha supuesto para usted tener que bucear tan profundamente en su vida?
P. R: Ha sido un trabajo largo, gratificante y alentador. Ha supuesto para mí un trabajo de introspección. Este libro me ha acercado a mi juventud, a mi familia, a los juegos con mis cinco hermanos, al calor de la casa, con esa cocina que funcionaba las 24 horas. La abuela, que siempre estaba al frente de todo lo que pasaba en la casa. Mi madre, siempre preocupada por nosotros y por nuestra educación… Nos quedamos huérfanos de padre cuando yo tenía seis años. Entramos todos en un colegio de huérfanos de militares en Murcia que se llamaba, por cierto, San Antonio. Pasamos juntos aventuras, alegrías y disgustos. Éramos una familia muy unida. Mi madre se quedó viuda con 27 años y mi abuela materna nos crió… Este libro está dedicado a las mujeres, que son las verdaderas protagonista de todo:
Y así reza la dedicatoria del libro:
A nuestras madres, abuelas y todas estas mujeres ibicencas de la payesía. Con un coraje infinito, se cargaban las responsabilidades de la familia y la crianza de los niños a la espalda, sin dejar de repartir cariño, felicidad y ternura a todas horas, ni perder la sonrisa. Su carácter y ejemplo fueron nuestro refugio y nos dieron alas para volar.
¿Cree entonces que esa orfandad temprana le marcó?
P. R: Me marcó muchísimo. Eso es algo traumático para todo. Tanto es así que yo no me he casado, pero me he convertido en el marido de mi madre por la protección que le he podido dar a ella.
¿Es usted el hermano mayor?
P. R: El segundo. El mayor era militar y, por lo tanto, hizo vida fuera de Ibiza
¿Así que usted era el que estaba en Ibiza y asumió el papel de padre de familia?
P. R: Exactamente, el de cuidar a los hermanos… y ahora me atribuyo el papel de abuelo, aunque nadie me lo diga [ríe]
¿Space ha representado tanto en su vida como parece?
P. R: Sí.
¿No es un negocio más de los que ha tenido?
P. R: Space no ha sido un negocio, ha sido una empresa que yo llevaba en la mente. Siempre he concebido Space como si fuera un teatro de la ópera pero con música popular. El Space era mi Scala de Milán. Tal cual te lo digo. Me preocupaba de la gente de Space como lo hacía Giannino Tenconi (consejero de La Scala) o mi maestro Paolo Grassi (director) con la Scala. Renata Tebaldi (célebre soprano) o Tiziana Fabriccini (también reputada soprano) y toda la gente que he conocido del mundo de la música han pasado por allí y todos han celebrado sus fiestas en Space también. Space han sido mi teatro de la vida, pero no solamente lo he vivido yo sino que todo el mundo que ha querido ha vivido dentro de este escenario que ha sido Space. Me ha dado una respuesta total a cualquier ambición que nunca habría podido imaginar. Sobre todo me quedo con el lazo que quedará para siempre con la gente de Ibiza y con el público.
Space no ha sido nunca un negocio. El Space era mi Scala de Milán
Pepe Roselló
La prueba es el cariño con el que el público acoge noticias relacionadas con Space… como cuando anunció que abriría un nuevo negocio con ese nombre finalmente en 2022.
P. R: Despierta sentimientos. En Space hay millones de toneladas de sentimientos. El año pasado se casó una pareja en el Ayuntamiento y se presentaron con un hijo de 14 años y una hija de 11 años. Como regalo de bodas se intercambiaron las pulseras de Space, de cuando se conocieron en la discoteca. ¿Qué te parece? [le brillan los ojos y sonríe de oreja a oreja]. Esto te da la vida.
X.P: Space es la culminación de lo que Pepe ha buscado toda su vida: el espectáculo, el teatro, lo que le gusta y lo que disfruta. Algo que le fascina desde que era pequeño, desde que iba al Teatro Romea de Murcia, donde veía todas las revistas, o cuando se colaba en la discoteca ses Voltes, una sala de fiestas en la playa de s’Arenal para ver qué pasaba ahí. Space no es un simple negocio sino una vivencia absoluta. Hay que recordar que ganado 13 veces el premio a la mejor discoteca del mundo… eso no lo ha conseguido nadie ni por aproximación.
¿Hay cosas que le ha contado a Xescu Prats pero que no se van publicar?
Neus Escandell: Ya hay otro libro en proyecto [bromea].
P. R: No, no. Este viaje me ha ayudado muchísimo tanto a estar en paz conmigo mismo como a sentirme agradecido del trato que recibo por parte de la gente… El problema que tengo, entre comillas, es que me encuentro muy bien de salud. Me encuentro mejor ahora que hace diez años atrás.
Este viaje me ha ayudado muchísimo a estar en paz conmigo mismo y a sentirme agradecido del trato que recibo de la gente. Me ha ayudado a liberarme de fantasmas.
Pepe Roselló
Así que este libro le ha revitalizado…
P. R: Yo digo que el libro me ha ayudado a liberarme de fantasmas. Tengo 85 años y tengo proyectos nuevos. Este libro está aquí pero yo ya estoy escribiendo los próximos pasos que voy a dar a partir de mañana. Aunque tengo que confesar que me da miedo lo de mañana [en referencia a la presentación del libro].
X.P: Hay una anécdota genial al respecto. En el libro ya se cuenta que Pepe tiene en marcha el proyecto de abrir un restaurante en ses Variades que se llamará Space. ¿Sabes por cuántos años ha firmado el contrato de alquiler?
¡Sorpréndame!
X.P: Pues hasta sus 100 años, es decir, un alquiler de 15 años.
Pepe Roselló: ¡Pero es renovable! [se ríen todos]
X.P: Esto ya lo dice todo de cómo es Pepe.
¿Qué nombre recibirá el restaurante?
X.P: Space Sun Beach
¿Y ya es seguro que será este 2022?
Sí.
¿Tiene más proyectos en mente?
Sí, hay más.
Me imagino que no quiere avanzar mucho más… pero ¿cómo será el restaurante?
Un restaurante al lado del mar… y a lo mejor inventamos una música con la que vamos a recordar a José Padilla, el sunset original de Sant Antoni.
Es usted incansable… y pensar que sus primeros negocios fueron en los años 60 del siglo pasado…
Abrí Playboy en el año 1965. Fue la primera discoteca de la isla que puso a bailar a la gente de Ibiza con discos. Antes solo había orquestas. Unos inspectores de aduanas se presentaron en el local y se llevaron 400 discos por considerar que había infringido la Ley de contrabando. Me llevaron a juicio porque consideraban que era contrabandista de música [se los suministraba un amigo de Iberia que se los traía de Londres y otro amigo de la base de militar de EEUU de Torrejón de Ardoz]. Al final de temporada se subastaron los discos junto con todo lo que habían confiscado. Así que yo pujé y me compré mis propios discos. Había pagado la multa, había vuelto a comprar los discos y ahora me daban un papel que indicaba que esos 400 y pico de discos eran míos, por fin, legalmente. Lo que hacía después era comprar discos nuevos y cambiarles las fundas para que parecieran que eran los viejos.
X.P: Hay una anécdota muy bonita relacionada con esto de los discos. Cuando ponían música en el Capri-Play Boy, los días de calma, la música llegaba hasta Sa Conillera. Y el farero de Sa Conillera, Toni Ribas, y su mujer bailaban a la luz de la luna con la música.
P. R: Y cuando venía a Sant Antoni me decía que le gustaba más la música de los discos que la música de la orquesta porque la orquesta tenía siempre el mismo repertorio.
Las anécdotas son infinitas pero habrá que leer el libro, que en esta entrevista no cabe todo [ríen] ¿Cómo ha sido para usted, como editora, trabajar en este proyecto?
Neus Escandell: Hace un año, más o menos, me llamó Xescu, nos reunimos y me presentó el proyecto de editar un libro de Pepe… y no me lo pensé: ¡adelante! Este libro no es solo el libro de Pepe Roselló sino una herramienta de consulta importante para la historia de Sant Antoni y para quien quiera conocer la historia contemporánea de Ibiza y la historia del turismo en esta isla. Porque el turismo empezó en Sant Antoni.
Me ha gustado mucho involucrarme en este proyecto y he disfrutado mucho con el proceso. Incorporé a Pedro Ortega para hacer la maqueta, que ha usado el tipo de letra del logo de Space para el título y eso ha gustado mucho. Además hay nueve fotografías [Donato Di Bello] que dan una impresión de cubo de rubik, en referencia a la personalidad poliédrica de Pepe Roselló. Ha sido muy gratificante poder hacer este libro. El libro de Joan Marí Tur Botja y este ya crean una línea dentro de la editorial de memorias o biografías,
¿Qué personaje de Ibiza cree que merece una biografía o autobiografía y no se ha hecho todavía?
Neus Escandell: Pepe Tur Olmo, por ejemplo, sería una persona que merecería que se escribiera su biografía.
P. R: Tur Olmo es una persona entrañable, culta, que ha dedicado su vida a Ibiza, ha estado en Fomento del Turismo y no se le ha reconocido lo suficiente.
Vergonzoso que por un puñado de lentejas se le haga este masaje y sauna a este buen abuelo. Este periodista después de esta genuflexión que le hace queda totalmente retratado. No puedes ir de salvapatrias dando lecciones a diestro y siniestro y demonizando a otros negocios y empresarios, y después decir lo que dice por ejemplo de lo que supuso Space (me parece que este periodista no estuvo mucho por la discoteca y alrededores). A partir de ahora el Xescu este queda retratado. Que la cosa está muy malita para todos, eso ya se sabe, pero caer tan bajo es imposible.
Del libro nada que decir. El abuelo se aburre y quiere limpiar la imagen después de todo el espectáculo bochornoso que ha montado últimamente.