El barco de la compañía FRS que el pasado verano cubría por primera vez la ruta marítima entre Formentera e Ibiza para el transporte de vehículos y pasajeros abandona el puerto de Vila tras más de cuatro meses. La embarcación sufrió un accidente la noche del 28 de agosto con 35 pasajeros a bordo y 12 tripulantes y tras ser remolcado, quedó amarrado en la zona del muro.
Un niño de 10 años resultó herido de gravedad en aquel accidente y tuvo que ser trasladado en helicóptero a Mallorca, donde se recuperó totalmente. Otras 15 personas tuvieron que ser atendidas por los equipos sanitarios después de ser evacuadas tras el choque contra los islotes de es Malvins, concretamente con el que se encuentra más al Norte, situados en el antepuerto de Ibiza.
El buque sufrió una vía de agua, aunque al quedar varado sobre el islote en ningún momento hubo riesgo de que pudiera hundirse. Tras este suceso, la naviera dejó de prestar servicio entre ambas islas y, un mes después, anunció que se retiraba de la ruta. De hecho, en su web sigue el mensaje de que ha dejado de navegar en las Pitiusas y pide disculpas a los clientes que habían comprado pasajes.
El barco, que ha sido vendido, emprende ahora el viaje hacia Noruega, donde le espera una nueva vida después de que sean reparados en Malta los desperfectos ocasionados en la proa a causa del impacto contra las rocas.
Su irrupción en la línea entre ambas islas estuvo marcada desde el principio por la polémica. Primero por arrancar los cabos de amarre de un barco en su periodo de pruebas respecto a las maniobras de entrada y salida del puerto de Ibiza.
Después por reducir el coste de los pasajes por debajo del precio de mercado para hacer la competencia al resto de navieras y, más tarde, por la aparición de un vídeo en el que se veía como el pasaje bebía y bailaba en el interior del barco y en torno al bar de abordo sin respetar ninguno de los preceptos sanitarios impuestos por la pandemia del covid en aquel momento.