Wilson Macas, natural de Ecuador, y Reyna Ogando, nacida en Santo Domingo, fueron padres anoche de una niña que se llama Aymara. El parto fue toda una aventura para ambos, ya que la pequeña tenía prisa por nacer y no les dio tiempo ni a salir de casa, ubicada en la ciudad de Ibiza.
La pareja, que lleva más de 20 años establecida en Ibiza, no olvidará cuando, sobre las 22 horas de ayer, ella se puso de parto en su domicilio tras regresar de un paseo. La mujer, de 32 años y en su 40ª semana de embarazo, salía de cuentas mañana viernes.
«El parto estaba previsto para mañana viernes, pero se ha adelantado dos días. Ella había salido un momento y, al regresar a casa, empezó a sentir dolor y los síntomas del parto. En ese momento yo no sabía qué hacer y llamé al 061. Me dijeron que la ayudase en lo que pudiese mientras llegaba la ambulancia. Se tumbó en nuestra cama y vi la cabeza que estaba saliendo. Casi de un momento a otro estaba fuera», explica el padre. Pasaron menos de cinco minutos en el proceso.
El bebé salió dentro de la bolsa de líquido amniótico, así que Wilson Macas la rompió para que pudiera respirar. Aunque llamó al 061 para recibir indicaciones, afirma que no escuchaba nada y entendía menos de los nervios que llevaba encima. Pero lo hizo lo mejor que pudo y la bebé salió tan rápido que no necesitó mucho más. Eso sí, al ponerla sobre la madre se dio cuenta de que le costaba respirar y se estaba poniendo morada. «Reaccioné, le quité el cordón y empezó otra vez a respirar bien. Fue todo muy rápido y justo entró entonces el personal del 061», explica.
Entre los gritos de dolor de la mujer; sus otros hijos de 7 y 3 años preguntando qué pasaba, el parto y la situación Wilson pasó nervios. A pesar de todo logró animar a Reyna. «A mi mujer le decía: ¡vamos, vamos, que tú puedes!», relata y admite que cuando por fin vio a los sanitarios entrar en su casa (debieron pasar poco menos de diez minutos en todo el proceso) gritó aliviado.
«Apoyé la espalda contra la pared y dije: uf, ya está, los médicos ya están aquí«, relata.
Una pareja que ha vivido una experiencia nueva y que está contenta porque todo ha salido bien. La mujer incluso bromea con que prefiere un parto así de rápido antes que estar horas y horas de parto, como le pasó con el anterior. «Vale, pero en el hospital», responde Wilson.
Desde el Área de Salud de Ibiza y Formentera explican que madre e hija fueron evaluadas por el Servicio de Pediatría y el de Obstetricia a su llegada al hospital y que ambas están en perfecto estado.
Aymara, un nombre de origen Inca que curiosamente significa volver a nacer o renacimiento, pesó 3.120 gramos y tanto ella como la madre se encuentran esta mañana descansando en la planta de maternidad.
Recientemente este medio avanzaba otro caso de un parto en un domicilio de Ibiza, esta vez en el ascensor.