Emoción hasta el último suspiro con recompensa para el HC Eivissa, que se clasifica por segunda vez en su historia para disputar el grupo por el ascenso a la máxima categoría del balonmano nacional, la Liga Asobal.
Los ibicencos necesitaban, primero de todo, ganar al Sant Quirze, que ha sido un hueso duro de roer pero que, finalmente, ha claudicado en es Pratet por el resultado de 27-26. Después, que no hubiera biscotto entre Alicante y Málaga, que necesitaban empatar para acceder al grupo de los mejores, y que, casualmente, han firmado tablas, 26 a 26.
La otra opción y que ha sido la que ha dado el pase al conjunto de Vila era que Alarcos Ciudad Real no ganará en la pista del Sarrià, cosa que no ha logrado, puesto que el encuentro ha terminado con empate a 24, lo que, sumado al triunfo del HC Eivissa, ha dado al equipo de Geno Tilves la peleada, ansiada y sufrida clasificación. Meta cumplida.
Al ser una jornada decisiva y en la que había muchas cosas en juego, todos los partidos del grupo han empezado a las siete de la tarde. El público ibicenco, pegado al móvil para saber cómo iban los otros partidos, ha tirado de los suyos como nunca, al tiempo que se iba informando de lo que ocurría en los otros partidos en los que estaba también en juego el futuro inmediato del HC Eivissa.
Al final, el empate de Ciudad Real, que ha dominado buena parte del partido a Sarrià, unido a su triunfo, le ha reportado el pasaporte para jugarse por el ascenso con los mejores conjuntos de la División de Honor Plata de esta primera fase de la campaña. Para optar a ello, el HC Eivissa tenía que superar al Sant Quirze, y para conseguirlo ha tenido que sudar la camiseta como nunca en una bonita batalla táctico-técnica.
Lo nervios y la firme oposición del adversario han hecho del partido un drama para los de casa, sobre todo en algunos momentos en los que el cuadro catalán parecía capacitado para llevarse algún punto de es Pratet, lo que hubiera arruinado el objetivo perseguido por el bloque local.
Sin embargo, el público, que en es Pretet aprieta, y mucho, por la proximidad de la grada con la cancha, ha jugado un papel importante y ha dado ese plus de ánimo y empuje que necesitaban los jugadores de su club para sellar la victoria más importante de este curso hasta la fecha.
La afición local al balonmano siempre está, pero cuando se la necesita de verdad nunca falla y se vuelca con la causa, como se ha visto de nuevo hoy en un recinto deportivo abarrotado hasta la bandera.