@D.V./ Ataviado con un traje extraordinario salpicado por completo por motitas de pintura y que podría haber diseñado el mismísimo Pollock, el artista holandés Bo Woody Winter nos invita a pasar a la ‘suite Freddie Mercury’ del Hotel Pikes, donde encontramos una muestra de su trabajo: dieciséis retratos de auténticas leyendas de la música jazz, dieciséis cuadros que también son otras tantas declaraciones de amor, admiración y respeto hacia unos genios musicales, creadores, innovadores y, sobre todo, personas con una gran generosidad que contribuyeron a expandir los límites del alma y la belleza.
Hasta el próximo ocho de mayo, se pueden disfrutar de estos retratos de John Coltrane, Dizzy Gillespie, Eric Dolphy, Miles Davis o Nina Simone. La presentación de la exposición contó con música de jazz -como no podía ser de otra manera- a cargo de Muriel Grossmann y su banda, que homenajeó el sonido hard-bop y free y realizó un homenaje muy especial a Coltrane. Woody Winter sorteó su abracadabrante vestido para una asociación de lucha contra el cáncer y nos explicó los motivos de su fascinación por el jazz.
-¿Por qué el jazz? ¿Por qué estos dieciséis músicos?
-El jazz es la música del alma, es la que más me llega, la que más me transforma. El jazz es como el amor, que cuando te enamoras ya no puedes parar y no puedes pensar en otra cosa y te transforma completamente. El jazz es como estar enamorado.
-Ha dividido sus cuadros en un grupo de color azul y otro de color marrón. ¿Por qué?
-Los cuadros azules son un guiño al ‘blues’ -el típico juego de palabras- y también a los artistas del sello Blue Note. Los cuadros de una tonalidad más marrón intentar evocar el ambiente brumoso, con humo, turbio, de los antiguos clubs de jazz. Es una evocación a la estética de esa época.
-La mayoría de los artistas homenajeados pertenecen a la época gloriosa de los años 50 y 60. ¿Qué tenían esos músicos que se han convertido en leyenda?
-Esos muchachos realmente vivían el jazz. Tocaban como si cada noche fuera la última vez. Además, la mayoría provenía de familias humildes y conocieron la época de la segregación racial. No aprendieron el jazz en academias de música. En ellos todavía estaba intacta una fuerza y una expresividad que es dificil de encontrar.
-Coltrane aparece en sus cuadros. Realmente, después de él, poco más se puede añadir a la música. Expandió los límites del arte y lo situó casi en un callejón sin salida…
-No habrá nunca ningún músico como Coltrane. Uno de sus últimos temas se llama ‘Soul Transmission’ y eso es exactamente lo que hacía él, transmitir directamente de su alma. Es como Nina Simone, un artista irrepetible. Coltrane improvisaba pero, a la vez, era muy estricto con la práctica del jazz. Cada día tocaba ocho horas, practicaba y practicaba.
-Cuando uno intenta imaginar la libertad del jazz en pintura, la primera relación es con el expresionismo abstracto, como un equivalente en pintura de la libertad total, la improvisación y el azar. Sus cuadros, en cambio, son figurativos y contienen elementos geométricos. ¿Por qué?
-En los cuadros he intentado ‘ver’ la música. Es lo que yo visualizo cuando cierro los ojos al escuchar una canción. A la vez, el jazz es matemática. No creo en la imprivsación pura. Algo siempre surge de algo. De la nada, no sale nada. Todo viene de algo, todo proviene de algo. Ese torrente de notas también tiene pautas. Ese mundo que se ordena en el pentagrama he intentado también ordenarlo con formas y colores.
Gracias por venir, Nou Diari! El expo de Bo sigue en Ibiza Rocks House en Pikes Hotel hasta este jueves, para los que no podian asistir el evento..
Thank You Nou Diari, great release and fantastic journalisesm !
See you next time in Octobre at my new exposition in Atzaro the ‘ DJ Icon’ total art experience !