Picor de ojos e irritación de las vías respiratorias superiores son reacciones típicas al polvo en suspensión que entre hoy y mañana cubrirá buena parte de la Península y las islas, por lo que los expertos aconsejan hidratarse mucho y salir lo mínimo indispensable a la calle, sin olvidar la mascarilla.
Otro uso inesperado para la mascarilla que ya teníamos casi olvidada en exteriores y que ahora nos puede ayudar a disminuir la sequedad que genera al respirar el polvo.
Media España ha amanecido este martes teñida de naranja tras la llegada de polvo en suspensión del norte de África, que ha provocado un episodio intenso y significativo de calima, lluvias de barro y un empeoramiento de la calidad del aire que se prevé se prolongue hasta mañana.
Al tratarse de partículas en suspensión secas, no como las de otros episodios meteorológicos como la niebla, producen sequedad cuando entran en contacto con nuestras mucosas, explica a Efe Felipe Villar, jefe asociado del Servicio de Neumología de la Fundación Jiménez Díaz y coordinador científico de la revista «Open Respiratory Archives», de la de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ).
Y esa sequedad da lugar a una irritación; las reacciones más típicas aparecen en los ojos, ya sea picor o molestias oculares, y en la vía aérea superior, con afectación faríngea o nasal o, si las partículas van bajando hacia la vía inferior, bronquial.
Esto en la población general sana, porque hay personas que pueden verse más afectadas, como son los pacientes con patologías respiratorias crónicas, fundamentalmente asma y EPOC, en los que una exposición prolongada puede dar lugar a tos, disnea -falta de aire-, sibilancias o pitos e incluso expectoración de mucosidad.
Inicialmente, este episodio de calima amainará mañana, pero si se prolongara en el tiempo, acabaría afectando a la población sana; este experto no se aventura a decir cuándo empezaría a considerarse una exposición de riesgo, pero sí asegura que, si se alarga, personas sin patologías previas podrían acabar teniendo manifestaciones respiratorias o cardiovasculares, por no hablar de problemas de salud mental como ansiedad o estrés.
Además de los pacientes especialmente sensibles al polvo en suspensión, Villar ha querido hacer un llamamiento a otros grupos que deben extremar las precauciones, como son los mayores, los niños y las embarazadas.
¿Cómo protegerse de la calima? «Hidratarse y evitar el contacto con el polvo, saliendo solo lo imprescindible, usar mascarilla, cerrar ventanas en casa y no hacer ejercicio al aire libre; al conducir, reducir la velocidad, utilizar bien las luces y limpiar bien los cristales», detalla el neumólogo.
¿Y cuándo acudir al médico? Si se toman estas precauciones, el polvo en suspensión de estos días no tiene que dejar secuelas: solo aquellas personas en las que los síntomas persistan o se agraven, «entrando ya en una dificultad para respirar», tienen que acudir al profesional, especialmente si son pacientes con enfermedades respiratorias, concluye.