En estas fechas de máxima ocupación en Ibiza y con el desastre ecológico y paisajístico del incendio declarado en Mallorca el viernes pasado aún presente, nos volvemos a alarmar sobre el estado de seguridad ante los incendios de nuestros bosques, en especial en estos momentos de máxima presión turística sobre nuestro territorio.
Las noticias recientes, nos hablan de cerca de 2.400 hectáreas calcinadas en la Serra de la Tramuntana, patrimonio de la humanidad, con pérdidas en propiedades que alcanzan los 600.000 euros, costes medioambientales imposibles de cuantificar y elevadísimos costes en efectivos y medios antiincendios; todo lo cual, nos hace reflexionar, sobre el presupuesto anual que dedicamos en las islas a prevenir estos trágicos sucesos y sobre todo, la planificación a medio y largo plazo en este tema.
Cuando una de estas desgracias se desatan, la opinión pública se moviliza y la solidaridad de la sociedad civil se hacen presentes, recordemos el año 2010 en Ibiza cuando durante 12 días bomberos, equipos de emergencias, UME, protección civil y voluntarios, lucharon por controlar el incendio de la Cala Benirras que finalmente quemó 400 hectáreas. Antes de que se cumpliera un año, otro paraje de especial belleza y riqueza ambiental, Els Amunst, ardía durante 8 días dejando un balance de 1.600 hectáreas calcinadas.
Desde Fomento del Turismo, queremos invitar a la reflexión sobre el valor de nuestras zonas forestales como recurso paisajístico y por tanto directamente ligada con el valor añadido que representa para nuestra oferta, como destino turístico.
Ibiza ha pasado, de tener una masa forestal productiva, donde el bosque suministraba carbón, piedra o cal y en el que la labor del hombre, mantenía el nivel combustible al mínimo; a un sistema forestal urbanizado, sin agricultura ni ganadería, sin trabajos extractivos particulares que garanticen la limpieza del monte bajo y donde la mayoría de los propietarios de las viviendas diseminadas por todos nuestros bosques, están ausentes la mayor parte del año.
Esta ecuación, genera una masa forestal altamente combustible, que conjugada con el periodo estival, nos hacen sentirnos cada año sentados sobre un polvorín verde, pero no ecológico ni medioambientalmente sostenible. Esta situación, creemos que es totalmente evitable y que debe contar con un elevado nivel de colaboración entre propietarios de los bosques, municipios y comunidad autónoma. Es necesario hacer cumplir las normas existentes de distancias de seguridad en viviendas, desarrollar planes de gestión adaptados a las particularidades de Ibiza, pero subsidiarios del aún en elaboración Plan Director Forestal de Baleares, y sobre todo, encontrar formulas de obtención de ingresos, que reviertan directamente sobre el mantenimiento del bosque sin tener que depender exclusivamente de las inversiones administrativas.
Los esfuerzos de todos los que necesitamos que nuestro territorio siga siendo un recurso de alto valor paisajístico, se deben centrar en crear conciencia social y cultura de la protección contra el fuego. Cuando ante casos como el de este año de Mallorca o los de los últimos años de Ibiza, la sociedad clama horrorizada por culpables, casi siempre encontramos personas negligentes pero inocentes, que se ven arrastradas como una víctima más de la desgracia; señalando un culpable, buscamos acallar nuestras conciencias por eludir nuestra responsabilidad, pero hay que recordar, que el fuego en el bosque es problema de todos y que hay medidas para evitarlos que no representan anualmente más coste, que el que genera finalmente la lucha contra un incendio de estas características.
En el pasado, estos bosque servían para generar recursos económicos a través de suministrar energías como el carbón; hoy en día deberían estar produciendo biomasa forestal, para compost y calderas, que significaría una importante apuesta de la isla por las energías alternativas, que representan un notable ahorro frente a combustibles como el gasóleo y que reducen en un 80% la emisión de CO2. En este sentido, la administración pública debe trabajara para apoyar el uso generalizado de calderas de biomasa, facilitar los trámites administrativos para las empresas especializadas en limpieza de bosques para reutilización y desarrollar un marco de colaboración con los propietarios.
Por otra parte como recurso turístico, la cesión para uso público de bosques privados, debe recibir un retorno económico que permita costear el elevado coste de mantenimiento del entorno rural: bancales, paredes y limpieza de arboles y bosques. Actividades de alto carácter desestacionalizador como el senderismo, el turismo micótico, rutas ecuestres o la observación de aves, por poner ejemplos; han de ser potenciadas a través de licencias, que adecuadamente gestionadas, generen recursos encaminados a la sostenibilidad del entorno rural.
La concienciación de todos ante el cuidado de los bosques, nos permitirá poner en valor nuestros recursos y adaptarlos a las demandas de nuevos sectores de demanda. Aquí debemos hacer una especial llamada de atención para el cuidado del entorno, en las ocupaciones abusivas de los bosques por motos, quads o todoterrenos, que son incompatibles con cualquier uso de la naturaleza como recurso turístico.
El bosque sin control avanza y arde, e Ibiza no se puede permitir perder recursos naturales, no solo por razones medioambientales, sino también por razones puramente económicas de competitividad turística.
Fomento del Turismo de la isla de Ibiza.
Jo voldria recordarvos q abans de es boom des nordic walking y s’augment d’usuaris de mountainbike de sa darrer decada, es carreranys dins es bosc des que avui disfruten aquets deportistes, els mantenien oberts o inclus els varen obrir aquestes motos que ara voleu fotre fora des bosc… Quant d’incendis han provocat ses motos d’enduro dins Espanya?? Ja responc jo, CAP! Es nomes un pas mes en sa persecussio q sofrim els que al cap i a la fi no som mes que deportistes, i que disfrutam, gaudim i patim pes boscos tan o mes que qualsevol altre…