Entré en Can Ventosa con un poco de miedo. Son tan grandes, tan sabios, tan intelectuales, tan bestias que uno teme no estar a la altura, teme no entender, teme que una obra de teatro sobre el discurso de ingreso en la RAE de Juan Mayorga sea demasiado culta o, disculpen la sinceridad, un auténtico coñazo.
Qué tontería más grande, qué equivocación tan flagrante. El primero que sabe que el espectador va a tener esos miedos y prejuicios es el propio Mayorga. El primero que sabe que muchos hemos comprado la entrada por ver a la Portillo, enamorados del teatro de Mayorga, sí, pero con muchas dudas sobre esta obra en concreto es su autor. ¿O qué te pensabas, Ferrer?
Los y las grandes intelectuales que he conocido son personas que manejan el humor como nadie porque saben que es la herramienta más afinada de la inteligencia. Y de eso saben mucho Juan Mayorga y Blanca Portillo. Así, ‘Silencio’ es una obra maravillosamente intelectual e inspiradora y a la vez un prodigio de humor inteligente. El texto de Mayorga se despliega y se abre ante el espectador al mismo tiempo que Portillo se despoja del rígido smoking que viste y su pelo, que comienza rígido y engominado, acaba hecho un revoltillo sobre su cara empapada en sudor, lágrimas y maquillaje corrido hasta por el cuello de la camisa.
Portillo te hechiza durante casi dos horas, (incluidos 4.33 minutos de ella en completo silencio) gracias a la palabra, al gesto y a un talento difícil de describir. ¿Y esos momentos de diálogo entre actriz y autor: «Mira que le dije que quitara esta parte, que no la entiende ni él…»? ¿O entre ella y los técnicos, agradeciendo cada cambio de luz y cada efecto sonoro, en un gesto de amor hacia los que están detrás y lo hacen todo posible? Qué gozada.
En un juego maravilloso, Portillo pone voz a las palabras de Mayorga mientras Mayorga representa el silencio, ya que no puede dar réplica a las frases que Portillo le dirige directamente.
Metateatro, autoparodia, erudición, amor por la literatura, esperpento, minimalismo… Nada menos que la historia del teatro, desde los griegos hasta Lorca o Samuel Beckett, narrada a través de sus silencios. Todo se concentra en esta obra que solo se puede calificar de genial y que nos dejó a todas y todos sin palabras pero con ganas de aplaudir hasta que nos dolieron las manos este domingo en Can Ventosa.