Empresarios de sectores como la restauración y la hostelería de Ibiza no solo están alquilando pisos para que sus trabajadores puedan tener un alojamiento en la isla durante la temporada o todo el año sino que están llegando al extremo de comprar viviendas para alojarlos ante la escasez y carestía de oferta de alquiler.
Es una inversión a largo plazo con la que pretenden garantizar plantillas y poder ofrecer todos los servicios del día correctamente, cubrir todos los turnos y, en definitiva, trabajar con normalidad.
Así lo confirma Alfonso Rojo, presidente de la patronal Pimeef, que incluso apunta a que hay empresarios que no lo cuentan públicamente porque «parece que recayese sobre ellos el estigma de que acaparan el cien por cien de la vida del trabajador al ocuparse también de su vivienda, cuando, en verdad, lo que tratamos de hacer es ayudarles», relata.
Jordi Cardona, conocido empresario de los restaurantes Sa Caleta, de Sant Josep, y Re.Art, de Ibiza, explica a Noudiari que firmó el pasado viernes las escrituras del piso en el que podrá alojar a tres de sus trabajadores. Gracias a ello puede ofrecer todos los servicios del día en el restaurante de Sa Caleta.
Es más, este empresario hace ya algunos años que destina una casa y un piso de su propiedad a alojar a sus propios empleados para poder abrir puertas. En la casa aloja a siete personas (cada una con su habitación), en un piso a tres más (en las mismas condiciones) y en el que acaba de comprar a otros tres. Es decir, que se ha tenido que preocupar por el alojamiento de 13 de sus 35 empleados porque, de lo contrario, no podría trabajar en sus establecimientos con normalidad y con horarios completos.
Rojo, por su parte, relata a Noudiari que conoce el caso y que no es ni mucho menos el único. «Muchos empresarios, empezando por mí mismo, hemos alquilado pisos para garantizar que nuestros trabajadores tengan un alojamiento digno, con un precio justo y en buenas condiciones. Otros están dando un paso más y están comprando los pisos como inversión y porque los alquileres han duplicado precios en los últimos meses«, relata
Cardona corrobora este extremo: «He preferido invertir en otro piso que pagar 2.500 euros al mes, que era lo que pedían por un piso de tres habitaciones cuando me puse a buscar en abril«, relata a Noudiari.
Gracias a ello ha podido abrir esta semana de mayo el turno de noche de su restaurante en Sa Caleta. No pudo hacerlo en abril, como tenía previsto, porque sus trabajadores ya no encontraban alojamiento en Ibiza.
Este empresario conoce casos directos de empresarios de Ibiza que alquilan pisos todo el año a 1.200 euros al mes solo para poder alojar a sus empleados durante la temporada alta porque, de lo contrario, no podrían abrir puertas. «Mantienen casas vacías durante cinco meses para poder tener un espacio donde acoger a las plantillas de mayo a octubre», subraya.
Alfonso Rojo asegura que este es un problema social, no solo un asunto que atañe a empresarios y trabajadores: «Los empleados no encuentran piso pero es que nuestros propios hijos, de la gente de Ibiza, no se pueden independizar por el mismo motivo: por la especulación creciente de personas que hacen caja en la isla y después se van y nos dejan a nosotros con los problemas que eso acarrea», lamenta. Por todo ello trabajan desde Pimeef con sindicatos y con la patronal Caeb para pedir al Consell medidas contundentes: «las que sean necesarias» para controlar este tema. Medidas que «deberían ser tan impactantes y urgentes como la de poner detectives para frenar las fiestas ilegales», sugiere Rojo.
Los empresarios se encuentran con trabajadores desesperados y estresados porque les exigen fianzas de 4.000 o 5.000 euros que no se pueden permitir; en otros casos porque tienen que vivir en malas condiciones (con muchas personas en el mismo piso o en pisos mal acondicionados) e incluso son estafados o timados por gente que subarrienda viviendas y encarece artificialmente los precios. «Un desastre. Necesitamos que los trabajadores estén en buenas condiciones para que rindan y para que quieran seguir viviendo y trabajando en Ibiza», subraya Alfonso Rojo.
Tener que ocuparse del alojamiento de sus propios trabajadores es algo novedoso para sectores como la restauración, el comercio o la distribución de alimentos. «Ha pasado a estar en nuestro día a día», relata.
Por otra parte, los empresarios hoteleros de Ibiza ya están volviendo a ofrecer alojamiento a sus empleados. En algunos casos han convertido pisos que tenían como alquiler vacacional en viviendas para sus empleados; en otros han reconvertido zonas de apartahoteles en residenciales para empleados y en otros casos destinan habitaciones a su staff o ya están reformando o planteando reformas para volver a habilitar espacios de alojamiento en los propios hoteles. Esto fue habitual en Ibiza durante al menos dos décadas, entre los años 70 y 90. Pero, con las grandes reformas para aumentar la categoría de los hoteles, muchos destinaron estos espacios de personal a spas, gimnasios y otros servicios necesarios para tener una calificación de cuatro o cinco estrellas.
Demasiada mano de obra foránea.
Más escuela para los jóvenes de Ibiza de hostelería e idiomas… éstos tienen vivienda .
Además muchos puestos de trabajo solo es de animación…en los años ochenta, noventa, etc no había tanto «artista» en nómina.
Eivissa plena de ninis, no sé de dónde serás, pero de Ibiza seguro que no. Cualquier ibicenco que tenga un dedo de frente sabe a la perfección que la economía de Ibiza no puede funcionar sin eso que tú, inteligentemente, llamas »mano de obra foránea».
Los jóvenes de Ibiza no tienen vivienda, la tienen (algunos de) sus padres.
Si, Bella Napoli también ha comprado dos, según un empleado.