“Mujeres civiles, ruidos de actos sexuales, música a todo trapo, micciones de borrachos y un soldado jugando a tenis de mesa en calzoncillos junto a un centro de menores”. Esto es lo que ocurrió, según informa hoy ElDiario.es durante la madrugada del 4 al 5 de septiembre de 2020 en los edificios de Sa Coma, antiguas instalaciones militares de Ibiza.
Los implicados son dos soldados de la Unidad Militar de Emergencias (UME) de la base Jaime I de Bétera (Valencia) que estaban en Ibiza en misión de apoyo por posibles incendios forestales en la isla.
Los dos han sido sancionados con 20 días de arresto por el Tribunal Militar Central, según avanza el medio.
Según la sentencia, mujeres que no contaban con autorización accedieron al recinto de Sa Coma (cedido por el Consell de Ibiza a la UME, por un convenio con el Ministerio de Defensa). Es más, para poder entrar, las civiles usaron un permiso que solo podían usar los militares, algo que está completamente prohibido.
Hay que recordar que dentro del recinto de estas instalaciones está el Centro de Menores Padre Morey, desde donde los menores acogidos escucharon voces y ruidos, hasta el punto de que no pudieron dormir, por lo que la directora denunció los hechos ante el teniente coronel del Tercer Batallón de Intervención en Emergencias de la Base de Bétera.
“La testigo revisó las imágenes de las cámaras de seguridad que inmortalizaron a cuatro mujeres accediendo a las instalaciones, a un militar de la UME orinando fuera del edificio con síntomas de embriaguez tambaleándose y a otro uniformado chocándose con el cristal al acompañar a las civiles hasta el taxi que las esperaba de buena mañana” relata ElDiario.es.
El vigilante del recinto “incluso declaró que los menores venían quejándose durante tiempo de este tipo de ruidos y conductas, si bien matizó que el comportamiento anterior y posterior de otros destacamentos de la UME ha sido siempre ejemplar”, añaden.
Los soldados, según las instrucciones de la UME, “tienen órdenes de estar en perfectas condiciones para ejecutar sus cometidos por si hay que actuar ante una emergencia, debiendo estar preparados con los vehículos y con un tiempo máximo de incorporación al servicio activo de una hora. Sin embargo, como consecuencia de la severa ingesta de alcohol, los militares sancionados no se encontraban en condiciones de conducir los vehículos de servicio”, añade la información.
Además, “su conducta resulta reprochable no sólo por haber sido percibida por el personal responsable del centro de menores, y por los encargados de seguridad, sino que, lo que resulta más grave, también llegó a afectar a los propios menores que se encontraban internados (…), al impedirles conciliar el sueño con los ruidos y la música en la madrugada”, señala la sentencia.
Ambas sentencias no son firmes, por lo que cabe recurso de casación ante la Sala de lo Militar del Tribunal Supremo.
20 días por ensuciar el nombre de todo un cuerpo?
Entonces queda manchado por siempre.
Ahora que hemos dicho lo serio…
Espero que la emergencia de las civiles fuera atendida. Algún fuego que apagar?
mmm…
No estaria en Juancar entre els implicats pas?