José Manuel Piña Vives / Los azules más restallantes, los encarnados más encendidos, los verdes casi fosforito, los amarillos más telúricos y los champán más embriagadores se enzarzaron a medianoche en el tradicional castillo de fuegos artificiales con los que culmina el programa oficial del Consell Insular de Eivissa para las Festes de la Terra.
Es un juego de alquimia que todos los años congrega en el puerto de la ciudad a miles de personas llegadas de todos los puntos de la isla para disfrutar de una de las convocatorias más multitudinarias del año.
Decenas de autocares facilitan a una multitud de turistas el acceso a este fin de fiesta, como siempre muy aplaudido y vitoreado con el clásico «¡¡ooooohhh!!» de la multitud y el ulular de las sirenas de los barcos. Sólo los expertos y los más veteranos parecieron notar el no menos espectacular recorte que se ha aplicado al presupuesto destinado por el Consell a esta actividad.
La mayoría parecía satisfecha con el espectáculo pirotécnico, al que seguirán los fuegos artificiales de ses Figueretes, Platja d’en Bossa y Sant Antoni en fechas ya muy próximas. Entre las cuatro localidades se ha creado desde hace muchos años una sana rivalidad que casi siempre se resuelve en tablas.
Y a mi que todas estas cosas ya me parecen siempre «lo mismo» … será la edad.
Y 25.000 aurelios del erario público quemados en 14 minutos para que la peña, básicamente inculta, diga ¡Oooooooooh! Y los desaprensivos que nos gobiernan siguen diciendo ¡Oooooooooh! vista la imbecilidad congénita del populacho. Patético.
Llevamos dos años que los fuegos son costeados por empresas particulares,sin coste ninguno para Nosotros,podrias informarte un poco mejor antes de despotricar de los que nos gobiernan