“No despreciéis el poder de la fealdad, porque es la puerta de la estupidez y ésta lo es a su vez de la maldad”. Esta frase la escribió Rafael Sánchez Ferlosio y me acuerdo de ella cada vez que paseo por Vara de Rey y, al llegar a la esquina de Comte de Roselló, veo las columnas negras y los siniestros soportales de la antigua Banca Matutes, hoy sede del Hard Rock Café, sucursal a su vez del despropósito de Platja d’en Bossa.
Frente a monumentos tan importantes como el Hotel Montesol, con los colores caribeños que trajo de Cuba el maestro de obras Juan Gómez Ripoll ‘Campos’, ibicenco emigrado que regresó al hogar, y del Teatro Pereira, epicentro de la cultura ibicenca a desde principios del siglo XX, irrumpe este adefesio con su negrura, símbolo de la misma oscuridad que anida en algunos corazones. La fealdad, como dice Ferlosio, ejerce como puerta de entrada a la maldad y no se debería consentir en la zona más noble de la capital. Especialmente, en un entorno histórico y protegido, donde el único que hace lo que le viene en gana, según parece, es el señor Matutes.
Que hoy este amplio local sea el Hard Rock Café tiene delito, si nos atenemos a su historial reciente. En 2008, con Xico Tarrés como presidente del Consell Insular, fue inaugurado bajo el nombre de Centro Sociocultural s’Alamera y en los cinco años que permaneció abierto albergó más de cien exposiciones y actividades. Sus 550 metros cuadrados acogían también la oficina de información turística. Era, en definitiva, la sala cultural más céntrica de toda la isla, donde la obra que exponían aquí nuestros artistas brillaba con más fulgor que en ninguna otra parte.
Tras la venta de la banca Matutes, el inmueble había pasado a ser propiedad de la Caja de Ahorros del Mediterráneo, que fue quien se lo cedió al Consell Insular d’Eivissa. Éste tuvo que invertir más de medio millón de euros en ponerlo a punto porque se encontraba en muy mal estado. El Sr. Matutes, sin embargo, decidió hacérselo suyo y cerrarle al Consell y a todos los ibicencos su más importante y céntrico espacio cultural. Negoció en secreto la compra del local por dos millones de euros con el Banco Sabadell, que había absorbido a la CAM, y el Consell, según parece, no se enteró de nada y tampoco tuvo oportunidad de pujar por él. Entonces presidía la institución Vicent Serra y cuando se quiso renovar el contrato con el nuevo banco, éste informó que ya no era suyo y que le pertenecía al Sr. Matutes.
En cuanto venció el periodo de cesión, el ex ministro puso de patitas en la calle a los funcionarios de Turismo y Cultura que allí trabajaban. El asunto fue tan feo que Matutes tuvo que salir a dar una rueda de prensa, donde vino a decir que lo había comprado porque aquel edificio lo construyó su abuelo, Abel Matutes Torres, y en él había nacido toda su familia, incluido él mismo. Lo adquirió, en definitiva, por nostalgia y romanticismo. Sin embargo, en cuanto lo tuvo en sus manos, decidió transformarlo en un Hard Rock Café y después le pintó las columnas de negro. Una manera pintoresca y retorcida de honrar la memoria del abuelo y la casa donde has nacido.
Para el Sr. Matutes, que solo con Ushuaïa factura 40 ó 50 millones de euros por temporada, los dos millones pagados por el local de Vara de Rey vienen a ser como calderilla. Podría habérselo cedido para siempre a la ciudad de Ibiza y su ciudadanía perpetuando su mecenazgo y prestigio, rindiendo culto a las artes y las letras con sus insignes apellidos. El amor con amor se paga.
La fealdad y escasez de ética es una constante en este empresario. Cualquiera que haya paseado últimamente por Platja d’en Bossa lo habrá percibido. Mientras muchas vallas publicitarias ya han sido retiradas de calles y carreteras a petición del Consell Insular, las que anuncian el Ushuaïa, el Hard Rock y otros negocios de la familia, por cierto de dudosa legalidad como ya he explicado muchas veces, siguen en pie, afeando todo este entorno y, sobre todo, proclamando un mensaje a los cuatro vientos: yo soy intocable y a mí nadie me dice lo que debo hacer con lo mío. De hecho, a ver a quién más de esta isla se le permitiría montar una discoteca al aire libre en la piscina de un hotel, con 8.000 personas todos los días, sin tener licencia de actividad como sala de fiestas. Yo me atrevo a decir que a nadie más.
El colmo de esta actitud chulesca y de esta fealdad es la pantalla gigante instalada en Hard Rock, que costó 4,5 millones de euros y al parecer es la más grande del mundo en su género. En su día, el GEN denunció que se le hubiera permitido instalarla porque contravenía la ordenanza de publicidad del Ayuntamiento de Sant Josep, que no permitía anuncios de más de 8,5 metros de ancho por 4,5 metros de largo; es decir, unos 38 metros cuadrados. La pantalla del Sr. Matutes tiene 400 metros cuadrados. Para sortear el asunto, el consistorio dijo que no podría poner anuncios ajenos y desde entonces, y ya han pasado seis años, se dedica a anunciar sus propios negocios, como si eso no fuera también publicidad. Las normas se aplican de una manera o de otra, según a quien le afecte, y al ciudadano se nos toma el pelo a diario.
Ahora, persistiendo en este rumbo hacia la aberración estética, anuncia la construcción un nuevo centro comercial de marcas de super lujo, en la misma zona, trayéndose como musa del proyecto a la esposa de un futbolista. Con semejantes antecedentes, ya nos podemos imaginar el resultado.
El Tribunal Superior de Justicia de Balears ha vuelto a descalificar varios sectores de Platja d’en Bossa donde el Sr. Matutes tiene instalados algunos de sus negocios, dejándolos como suelo rústico. Platja d’en Bossa vuelve a ser objeto de nuevos conflictos legales. Era urbano y ahora rústico de nuevo, pero seguro que saldrá muy beneficiado en cualquiera de las normas que para esta zona se establezcan de nuevo. Al tiempo.
Pepe Roselló
Pobre hombre. Lo que tiene que estar pasando para albergar tanto odio en su interior…
Verdades como puños está diciendo, enterao
No entiendo este afán por criticar al oponente.
Matutes le ha estado amargando la vida a Pepe, es bien sabido por todos, que le den a matutes un poco de su medicina no va mal.
Tenc un safareix a casa,si ve tota sa familia i poso es radiocassette en marxa,tenc sa pasma en cinc minuts ,tallant-me es rollo per feste il.legal..
Menos mal que hay alguien que cuentan las cosas como son. Gracias por el reportaje
No te acerques a una cabra por delante, a una mula por detra y a un tonto por ninguna parte. Esta guerra es una guerra entre «familias» por controlar un imperio muy lucrativo. En fin, nada nuevo que no sepamos.
La guerra es de un «señor» contra la isla, y en esa guerra perdemos casi todos. En los años 70 quiso invadir las salinas, pero ahora ha invadido toda la bahía con el ruido.
La pantalla del Hard Rock Hotel, sempre encesa, de nits i de dia, fins i tot durant sa pandèmia, és un gargall, una pixarada del Gran Cacic sobre es parc natural que tantes voltes ha intentat destruir, i contra es poble de Sant Jordi, amb sa complicitat tradicional de s’ajuntament, que sempre li ha fet es joc, governi qui governi.
A ver Robin De Los Bosques, pon un cartel delante del safareix que diga «Famiglia Matutes» i ja ho tens solucionat.
Un poco de imaginación, por favor.
Y ya puedes utilizar un equipo como el del Üsuhaia y no il poverino radiocasette que te lo vas a cargar