Este sábado, 11 de junio, dos activistas de la entidad ecologista Extinction Rebellion se subieron a la pasarela de Adlib en pleno desfile para lanzar un mensaje de concienciación acerca de la crisis climática y «recordar que no habrá moda en un planeta muerto», según señalan desde la propia organización, que es conocida precisamente por realizar este tipo de protestas de acción directa.
Las activistas, como ya han hecho en otras ocasiones, portaban pancartas con los lemas “No fashion on a dead planet” y «Use your influence». El objetivo, cuentan, era pedir a los influencers allí presentes que hagan uso de su poder y su visibilidad mediática «para lograr el bien común» y para situar el problema medioambiental en el centro del debate público.
«Nuestro planeta está en peligro, la humanidad necesita saber la verdad sobre el peligro que corremos todas si nuestros gobiernos no actúan con urgencia», sostienen desde Extinction Rebellion. Según ha destacado una portavoz del colectivo, “el consenso científico nos avisa que las medidas propuestas por nuestros gobernantes nos llevan hacia un escenario catastrófico, y nadie se salva de las consecuencias”. «Estamos sobrepasando los límites del planeta y sin embargo continuamos impulsando un modelo económico de crecimiento ilimitado», ha denunciado.
Según este grupo conservacionista, la pandemia ha demostrado que «cuando existe voluntad política, hay capacidad de reacción» ante los graves problemas, y que, sin embargo, «ante las inminentes consecuencias de la crisis climática, no reaccionamos»: «Queremos volver “a la normalidad” de un consumo excesivo», apuntan las activistas. Así, piden «decrecer con inteligencia».
La artista Barbara di Giacinto es una de las activistas que participó en la acción del sábado, y como reconoce que «el drama de la vivienda y de los alquileres nos deja sin tiempo ni energía para dar algún paso para mitigar” la crisis climática, pide, por ello, a los privilegiados económicamente que usen su influencia en la vida de mucha gente y de las nuevas generaciones para hablar del cambio climático y de lo que llama «colapso» de la sociedad de consumo.
La saturación que vive Ibiza
«Nuestra isla es frágil en cuanto a sus recursos hídricos y su capacidad de autoabastecimiento alimentario es casi nula. Nuestra biodiversidad está constantemente en peligro a raíz del turismo invasivo, véase los mega yates y sus efectos nefastos en la vida marina», ha agregado Barbara di Giacinto.
Otra de las activistas, Karen Killeen, es una antigua directora en una reconocida cadena hotelera, quien, según el grupo ecologista, «entendió la gravedad de la emergencia hace escasos años, por lo que dio un giro a su vida y ahora se dedica a luchar por el planeta». «Aplaudimos que los diseñadores Adlib sean locales, pero criticamos el hecho de continuar impulsando un modelo de consumo descontrolado en vez de apoyar la economía circular también en la moda», ha asegurado Killeen. «A las grandes empresas que se enriquecen mientras devastan el planeta evidentemente no les interesa promocionar una ropa reciclada. Sin embargo, Ibiza, isla influencer, podría ser pionera en hacer que lo vintage y lo upcycled recycled, el “trueque”, se convierta en la nueva moda Adlib, una moda con conciencia”, ha añadido.