El gobierno de coalición de PP y Cs en el Consell d’Eivissa cumple tres años al frente de la institución insular. El presidente Vicent Marí se autoevalúa con un notable, cuando afirma que el 76 % de las medidas acordadas ya han sido implementadas y el 24 % que falta, ya viene de camino. El exalcalde de Santa Eulària está encantado de conocerse y ayer, junto al vicepresidente 2º, Javier Torres, hizo detallado balance de su gestión, sin ocultar lo que falta por hacer e incluso lo que no verá siquiera la luz por desavenencias con el Govern de Francina Armengol, como la Agencia Insular del Agua o la gestión de las residencias de mayores.
Un día antes, el portavoz del PSOE en el Consell d’Eivissa, el expresidente Vicent Torres, dibujó un panorama catastrofista y desolador. Con el semblante desencajado, supongo que por el calor, a punto estuvo de pronosticar la extinción de la vida humana en Ibiza, porque ya se sabe que si la derecha gobierna, los socialistas recurren a los viejos tópicos de siempre, acusando al PP y Cs de “clientelismo, desprotección y degradación de los servicios públicos”.
Charlatanería vacía que suena desafinada en boca de un político agotado. Pero no ha pasado tanto tiempo desde que ellos gobernaran con Podem-Guanyem, como para que la ciudadanía se haya olvidado de que sus vaticinios no son más que confesiones de su propio fracaso. Porque si aún no hay una nueva concesión del transporte público insular, alguna responsabilidad tendrá Vicent Torres, que no la renovó cuando correspondía. Pero al menos ahora no se incendian los autobuses en Playa d’en Bossa, que será cosa de suerte, innegable, pero también cuenta. Su gobierno estuvo un tanto gafado y le lució poco, por no decir nada.
Inevitablemente, los que gobiernan están encantados de conocerse y no creen que nadie lo pueda hacer mejor. Y a la recíproca, los que están en la oposición y quieren gobernar, no creen que nadie lo pueda hacer peor. Es lo de siempre. Como decía Ramón de Campoamor: “Y es que en el mundo traidor / nada hay verdad ni mentira / todo es según el color / del cristal con que se mira”. Lo que no tiene discusión es que tanto unos como otros quieren gobernar, lo cual indica que no se estará tan mal gobernando…
Para presentarse a un cargo público la clase política debería de presentar de manera obligatoria un seguro de responsabilidad civil que cubra sus desaguisados y cagadas, como cualquier profesional y autónomo que tenga sentido de la responsabilidad.