Un hombre, de unos 50 años según testigos presenciales, ha provocado sobre las 18.50 horas de hoy un momento de pánico en la estación marítima de Ibiza donde se toman las barcas de Formentera.
El hombre, fuera de sí por motivos que se desconocen, ha comenzado a gritar y ha roto los cristales de las taquillas de atención al público de al menos una de las navieras que operan la línea Ibiza-Formentera.
Los turistas que estaban en el interior, algunos con menores, han salido corriendo de las instalaciones, mientras que los trabajadores que estaban detrás de las ventanillas se han refugiado, asustados por la violenta reacción del hombre.
Varios testigos han llamado al 112 para alertar de los hechos y se ha dado la casualidad de que en ese momento pasaban por la avenida de Santa Eulària dos patrullas de la Policía Local de Ibiza, que han acudido inmediatamente para localizar, identificar y detener al hombre.
El causante de los daños, lejos de escapar, estaba en el exterior de la estación marítima fumando un cigarrillo cuando han llegado los agentes.
Según testigos presenciales, el hombre no se ha resistido a la detención y habría admitido incluso haber provocado los destrozos.