@D.V./ Durante los meses de mayo y junio, el Registro Civil de Eivissa denegó a más de cien inmigrantes su solicitud para obtener la nacionalidad española por residencia. Desde la Plataforma para la Convivencia denuncian que todas las denegaciones están redactadas siguiendo un mismo patrón -como si fuera un formulario- y siempre se remiten a dos argumentos para basar su negativa: o afirman que han suspendido el examen con el que se debe justificar un “suficiente grado de integración en la sociedad ibicenca”, o se considera que no han “justificado una buena conducta cívica” porque el cetificado que acredita que no tienen antecedentes penales ha caducado.
“Hay una evidente mala fe” comenta Alda Yurramendi, portavoz de la Plataforma para la Convivencia, “porque el certificado de antecedentes penales caduca a los tres meses, y que te lo traigan a España ya puede tardar un mes y medio” y posteriormente la tramitación se alarga tanto que, inevitablemente, la documentación caduca. Así, han denunciado que entre que se reclama la nacionalidad y se obtiene la respuesta, el solicitante puede llegar a esperar hasta cuatro años. Una esperar “injustificada” y que, en la mayoría de ocasiones, es absolutamente en balde.
Conocer la receta del ‘bullit de peix’ para tener la nacionalidad
Por lo que respecta a los exámenes de la ‘integración’, el portavoz de la Asociación de Marroquíes Mediterráneo, Mohammed Eddars, ha criticado su carácter absolutament arbitrario. “En una ocasión preguntaron el nombre de la mujer de Mariano Rajoy. Dudo que ningún español lo sepa”. Los tests que se realizan en Eivissa contienen preguntas adaptadas a la realidad social de la isla, como el nombre de la alcaldesa de Vila o del presidente del Consell Insular, aunque también se incluyen otras más sorprendentes: “Te preguntan los postres típicos de la isla o la receta del ‘bullit de peix’. No es lógico que tu nacionalidad dependa de una pregunta de gastronomía” comenta Eddars.
A la arbitrariedad de las preguntas y las denegaciones de las solicitudes, según la Plataforma también se debe añadir la actitud de algunas funcionarias del Registro Civil: “En muchas ocasiones te atienden con desprecio, o realizan comentarios sarcásticos como ‘‘¿Qué pasa? ¿Que ahora todos queréis ser españoles o qué?‘” comenta Karine Chergui, de la Asociación de Mujeres Marroquíes.
Los colectivos inmigrantes recuerdan el esfuerzo que comporta realizar estos trámites, ya que se deben solicitar los documentos en los países de origen, se deben pedir las traducciones, hay que conseguir las certificaciones y desplazarse a los consulados, con lo que el gasto total suele rondar los 250 o 300 euros. Una inversión que en el caso de obtener una denegación es a fondo perdido, y si se recurre ante el Contencioso Administrativo se deben pagar 1.200 euros más. “La sensación que tenemos es que parece que no quieren ponernos las cosas fáciles”, comenta la presidenta de la Plataforma por la Convivència.
Los inmigrantes latinoamericanos pueden solicitar la nacionalidad española después de dos años de residencia legal. El resto, en cambio, deben esperar un total de diez años de residencia para poder iniciar los trámites.