La ONG ibicenca Via Oberta a Nepal ha desplazado este verano a tres de sus voluntarios hasta Nepal, desde el 21 de agosto hasta el 5 de septiembre. Uno de ellos, Magí Ferrer Tomàs, que ejerce como gerente técnico de la entidad, celebra que después de dos años sin viajar por la pandemia han podido comprobar de primera mano los frutos que están dando los proyectos que Via Oberta ha puesto en marcha en diferentes puntos del área de Pokhara.
La finalidad del viaje, que Magí realizó acompañado de los voluntarios Héctor Bonet y María del Mar López, era «supervisar sobre el terreno los proyectos de canalización de agua potable, así como la formación y sensibilización de buenos hábitos de higiene y mantenimiento de las instalaciones», cuentan desde la ONG.
Los planes de canalización de agua están subvencionados por el Fons Pitiús de Cooperació: «Sin su ayuda, sería imposible que desde Via Oberta a Nepal lleváramos a cabo todo esto».
Hasta la fecha, esta ONG ha hecho realidad dos de dichos programas en las localidades de Lauruk y Gaire-Baire, y tiene previstos otros dos, que se encuentran en proceso de obras, en los pueblos de Koelipani Dawa y Singare Pame. En este mes de agosto, los cooperantes ibicencos pudieron asistir al inicio de las obras en esta última localidad.
«Entre estos cuatro planes, daremos suministro de agua potable a unas 2.300 personas», destacan desde la ONG. Antes de llevarse a cabo las mejoras que ya se han producido en el suministro de agua a la población, las mujeres tenían que caminar a menudo por montañas (cuesta arriba) durante hora y media con garrafas para llegar a los puntos en los que había agua potable y, así, poder llevarla a sus casas para usos domésticos, señalan desde Via Oberta.
«Con estas iniciativas, conseguimos que cada familia tenga una toma de agua potable delante de su casa», celebra Ferrer. «El viaje ha sido muy positivo (…) He podido recibir el agradecimiento de las personas beneficiarias. También he podido ver in situ la problemática común en el ‘tercer mundo’ en lo referente al mantenimiento de las instalaciones. Todo esto me ha servido para fijar protocolos en temas más estrictos en cuanto a mantenimiento, formación y sensibilización», añade el voluntario y gerente de la organización.
Además, tal y como cuenta Ferrer, toda esta labor llegó a oídos del presidente del área de Pokhara (ciudad de Nepal que aglutina todos los pueblos en los que trabaja Via Oberta), quien, junto con su equipo de gobierno, recibió a los miembros de la ONG: «Nos citó para agradecernos el trabajo que se hace desde Ibiza, así como para presentarnos otro proyecto de agua muy necesario y de gran envergadura».
«Me emocioné enormemente con los distintos programas que está realizando nuestra ONG, como en el caso de la casa de acogida, que alberga unas 23 personas entre niños y madres», cuenta Magí Ferrer. Algunos de estos pequeños han sido abandonados por sus padres y con esta iniciativa se les brinda un nuevo espacio en el que ser atendidos y vivir una segunda oportunidad.
En esta casa, que fue inaugurada en Lauruk durante este viaje, también viven Sunsil (un joven de 14 años que sufre parálisis cerebral) junto con su familia o mujeres que han sufrido una situación de maltrato. «Otra labor que realizamos es proporcionar formación profesional a mujeres en riesgo de exclusión social», añade el voluntario ibicenco.
Por otro lado, la ONG también realiza la labor de uniformar a los niños de los pueblos de Lauruk y Ankuna para que se les permita asistir a clase, ya que necesitan cumplir este requisito para poder ser escolarizados.
Ferrer, en conversación con este medio, explica que aunque en un primer momento Via Oberta a Nepal desarrollaba su actividad solidaria en Lauruk, poco a poco, se fue expandiendo a zonas cercanas: «Todo lo que hacíamos llegó a los oídos de los pueblos de los alrededores, y los políticos comenzaron a hacer proyectos de agua en sus pueblos».