Los sindicatos USO (Unión Sindical Obrera) y CCOO (Comisiones Obreras) de Eivissa y Formentera han mostrado su incertidumbre, en conversación con este diario, sobre la situación laboral de los fijos discontinuos de cara a la próxima temporada turística. Enrique Lorenzo, secretario general de USO en las Pitiusas, prevé que no se llamará a muchos de ellos para volver a sus puestos de trabajo, por lo que probablemente habrá una cierta rotación de empleados.
«Ya está ocurriendo que a muchos les están diciendo que para el año que viene ya no cuentan con ellos, y un porcentaje muy alto no va a reclamar porque es gente de fuera, por lo que habrá una rotación, a pesar de la reforma laboral», prevé Lorenzo.
Sin embargo, José Antonio Roselló, vicepresidente ibicenco de la patronal CAEB (Confederación de Asociaciones Empresariales de Baleares), asegura que «esto no deja de ser una especulación» y no cree que vaya a cumplirse: «Veo difícil que se deje de llamar a fijos discontinuos de forma generalizada. Si ocurre, serían despidos y esto tiene un coste».
No obstante, Roselló opina que «la reforma laboral encaja mal con el sector servicios», pero insiste en que no cree que haya muchos despidos a fijos discontinuos la temporada que viene.
Pimeef Restauración
Por su parte, Verónica Juan, presidenta de la Asociación de Bares, Restaurantes y Cafeterías de Pimeef (Pimeef Restauración), también niega que esto vaya a darse: «Para nosotros, como decimos siempre, no hay mayor valor en una empresa que su personal. Nosotros no nos saltamos las leyes y estoy convencida que se seguirán los procedimientos adecuados, porque lo que busca todo empresario es una plantilla fija, y más con los problemas de personal que hay ahora». En este sentido, señala que para que las empresas trabajen al máximo «una de las principales aspiraciones hoy en día de los empresarios es tener personal fijo de calidad». «Y eso que nos está costando mucho fidelizar al personal. Dudo que haya nadie que no quiera que su personal fijo de confianza vuelva. Obviamente no nos vamos a intentar quitar a gente de encima con los problemas que hay para conseguir personal, aprovechando que muchos son de fuera», insiste la representante de Pimeef (Petita i Mitjana Empresa d’Eivissa i Formentera), quien concluye que esta hipótesis es, por lo tanto, «contradictoria».
«Formar plantillas cuesta muchísimo esfuerzo y no siempre consigues lo que quieres. Nuestra aspiración es dar un servicio de calidad, y más en nuestra actividad, que es de servicios, no como en otras actividades en las que prima el producto. En nuestro sector, una gran parte se basa en dar un buen servicio, y quien lo da es el personal. Por eso nuestro propio interés es tener una plantilla satisfecha, fija y que tenga una vinculación larga con la empresa y su filosofía», añade Verónica Juan.
Rafael Sancho, secretario de Organización de CCOO en Eivissa y Formentera, sí cree que pueden peligrar algunos fijos discontinuos, pero advierte que los sindicatos estarán vigilantes, ya que estos casos equivaldrían a despidos: «Es algo que nos preocupa. No sabemos a ciencia cierta en qué porcentaje habrá despidos, pero sí es verdad que estaremos vigilantes para saber si se llama a estos trabajadores fijos discontinuos».
Encarecer los despidos: ¿una solución?
En este sentido, Lorenzo denuncia que la reforma laboral del Gobierno central, aunque ha generalizado los contratos indefinidos y los fijos discontinuos, no ha revertido el abaratamiento de los despidos: «Esta reforma ata la entrada de trabajadores, pero no ata su salida porque no sube la indemnización por despido», apunta el representante sindical de USO, que cree que la reforma de Yolanda Díaz se ha quedado corta en muchos aspectos.
Sancho, por su parte, indica que, aunque encarecer el despido puede ser positivo, tal vez una solución a esta situación es «buscar una fórmula que combine un modelo de contratación flexible pero que cubra las necesidades de los trabajadores con tal de atajar la precariedad», de manera que estos puedan tener cierta estabilidad. A través, por ejemplo, de cubrir sus necesidades con prestaciones; y pone como ejemplo los ERTE que se pusieron en marcha con la pandemia y el ‘escudo social’ que se ha negociado en las mesas de diálogo social.
En este sentido, Sancho (CCOO) recuerda que la reforma laboral del 2012 (la de Mariano Rajoy) marcó un giro hacia la flexibilización del trabajo que favoreció la contratación mediante el abaratamiento del despido, pero que ha comportado una «precariedad estructural» y que «mucha gente, sobre todo en los sectores más precarios, esté trabajando en unas condiciones muy malas y con unos salarios muy bajos».
«El trabajo tiene un futuro incierto y las empresas necesita cierta volatilidad. Hay mucha incertidumbre de cómo será el trabajo dentro de 5 o 10 años. Se generarán nuevos puestos, otros se destruirán», añade Rafael Sancho, quien sostiene que este «entorno tan volátil para las empresas» también entra en juego «la responsabilidad de los sindicatos», puesto que «las circunstancias tienden a generar puestos laborales más volátiles y con más rotación».
«Nosotros pedimos estabilidad en los puestos de trabajo, pero también somos conscientes de que el contexto es muy inestable», reitera el representante de Comisiones Obreras.
Periodo de prueba
El vicepresidente ibicenco de CAEB señala que «es cierto que algunas empresas se han aprovechado del periodo de prueba» para «quitarse de encima» a los trabajadores una vez finalizado dicho periodo. Pero sostiene que no es razonable especular con una marea de despidos la próxima temporada.
Por otro lado, los dos sindicatos mencionados coinciden en que las jornadas laborales de esta temporada en las Pitiusas han sido maratonianas, debido a que las plantillas, que han funcionado a medio gas, tenían que suplir la falta de mano de obra en ambas islas. «La gran mayoría de los casos nos indican que las jornadas han sido muy largas, pero desgraciadamente en Inspección de Trabajo tienen unos recursos limitados», recuerda Rafael Sancho, quien pide, por otra parte, subir los salarios. Esta es la principal reivindicación de estos meses de los sindicatos, con el objetivo de que los ciudadanos de a pie puedan hacer frente a la inflación.
En cualquier caso, Enrique Lorenzo asegura que en muchos casos los trabajadores hacen más horas extras de las que permite la ley, en ocasiones cediendo algunos días libres, y que «Inspección ni está ni se la espera»: «Ellos también tienen un volumen de trabajo muy grande», añade, en la misma línea que Sancho.
Decrecimiento
El representante pitiuso de Unión Sindical Obrera concluye que «quienes más beneficiados han salido de esta temporada son los empresarios, puesto que han suplido la sobrecarga de trabajo con menos trabajadores, haciendo que estos hagan más horas» para paliar la falta de personal.
Asimismo, el representante de USO pone encima de la mesa la propuesta del decrecimiento: «Si cada año vienen más turistas, la demanda de trabajadores también irá en aumento y volveremos a estar en las mismas. Si no se pone coto, no saldremos de esta espiral. Hay que poner límites». En este sentido, Lorenzo critica que «el hecho de que Ibiza sea número 1 en los rankings de turismo no repercute en la calidad de vida del ciudadano, ni en la limpieza de las calles, por ejemplo», y señala que Baleares se ha visto especialmente afectada por la inflación.
Empobrecimiento de la clase trabajadora
«Ir a más no hace otra cosa que encarecer los servicios y la vida en la isla, y al final salimos todos perdiendo. El territorio es el que es y los recursos y la población son los que son. Además, hemos ido hacia un empobrecimiento de la clase trabajadora en la isla y no ha habido empobrecimiento en la clase empresarial, que ha mantenido o aumentado los beneficios», añade el secretario general local de USO.
Al margen de estas incertidumbres, desde CCOO valoran «muy positivamente» la reactivación de la economía y del mercado laboral: «Hay que destacar el aumento del porcentaje de contratos indefinidos», subraya Sancho.
De todos modos, explica que el modelo de CCOO es «acabar con la precariedad» en el mercado laboral: «Esta temporada los trabajadores han podido escoger. Algunos han estado en dos o tres empresas en seis meses, pero esto no es lo que nosotros buscamos. Queremos trabajo de calidad y estable, lo que será bueno tanto para el trabajador como para la empresa, por lo que acabaría positivamente repercutiendo en el conjunto de la sociedad».
«Los salarios no pueden subir como la inflación»
Preguntado por las demandas de subidas salariales, José Antonio Roselló apunta que estas no pueden ni deben llegar al nivel actual de los precios: «No se puede perseguir el ritmo de la inflación, porque acabaríamos como en los años 70», cuando la inflación se desbocó. «Hacer esto sería muy peligroso», advierte.
No obstante, el representante local de CAEB sí ve «realista» negociar subidas salariales moderadas.
Verónica Juan, de Pimeef Restauración, cree que no hay margen de subir los salarios en este momento: «Estamos en la era poscovid, en un año en el que están subiendo los suministros y el precio de todo». Por lo que no ve conveniente una nueva subida. «Considero -prosigue- que la hostelería es un trabajo duro y que, por tanto, el trabajo debe estar bien remunerado, pero no son años de bonanza y venimos de una época muy complicada».
En cuanto a las largas jornadas que denuncian los sindicatos en relación a la temporada 2022, Juan dice estar convencida de que la gran mayoría de las horas extras se han cobrado.
Al margen de estos aspectos, Juan afirma que este año ha sido muy complicado para todos, también para los empresarios, y que en algunos casos se han tenido que cerrar cocinas antes de tiempo porque no había personal. «La actividad no ha sido normal y la hostelería es un sector complicado, pero estoy convencida de que se ha seguido la legalidad en todo momento», concluye.